REENCUENTRO

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ALEXANDER

Estaba tan nervioso que estaba dando vueltas en mi despacho, después de aquella conversación con Sarah, no quería decepcionarla otra vez, quería tenerla en mis brazos nuevamente y que ella me amara, pero aquello era más que imposible, no ahora que tenía el compromiso con el otro club y mucho menos si ponía en riesgo su vida por culpa de la loca y del idiota arrogante.

- ¿Entonces? ¿Me las vas a decir o lo tengo que adivinar yo? – se le veía esperanzada.

- Te contare lo que quieras, pero no ahora necesitas descansar primero y cuando te encuentres bien te diré. – trate de zafarme de la situación, quería más tiempo con ella.

- Alexander, no me puedes dejar así. Alexander. Quiero saber la verdad. – vi en sus ojos como esa esperanza que tenía, se evaporaba por un capricho mío.

- Entiende quiero que estés recuperada primero. – necesitaba salir de la habitación lo más rápido posible.

Y con eso la deje sola en la habitación.

No quería mentirle más, pero primero es su salud cuando esté lista le contaré todo lo que quiera saber. Mientras tanto puedo disfrutar su compañía en mi club, como en los viejos tiempos en donde todo era relativamente bien.

Estaba terminado de revisar algunas cosas, cuando entra mi segundo al mando hecho una furia, no entendía lo que le pasaba hasta que me mostro una foto en donde estaba mi hermana saliendo de la universidad.

- Por qué carajos tienes una foto de mi hermana. – lo mire seriamente.

- Llego junto con una carta, en donde mencionaba a tu queridísima Sarah. – se le notaba muy enojado.

- ¿De qué demonios, me estás hablando? – quien carajo se atrevería a hacer seméjate estupidez.

- Dice que dejes a Sarah en paz o sino se van a meter con Amber. – sabía que quería infligirle mucho daño al tipo que se atrevió a hacer ese tipo de estupidez como para meter a mi hermana.

- ¿Quién mierdas pudo hacer eso?

- ¿Quién más? Tu fanática loca. – no había pensado en esa posibilidad.

- ¿Estás seguro que es ella?

- Estoy más que seguro hermano. – lo conocía demasiado bien, como para que diga ese tipo de acusaciones a la ligera.

- Bien, pondré a luka a investigar, tu cuida de mi hermana. – esto no se quedaría así.

- Siempre. – sabía que el siempre cuidaría de mi hermana.

Para cuando termine los pendientes del club, más lo del problema, me encamine a mi habitación en donde se supone que debe de estar Sarah.

SARAH

Habían pasado horas quizá, desde que Alexander se fue de la habitación, me estaba aburriendo ahí dentro así que decidí, darme una pequeña ducha en su baño para matar el tiempo un rato. Después de la relajante ducha y ponerme algo que me quedara, que solo consistía de una playera negra y un bóxer que encontré entre los cajones de Alexander. Me dio hambre después de un rato, así que decidí que lo mejor era ir a buscar un poco de comida ya que, el idiota que me dejo con mil preguntas no se le ocurrió la gran idea de traerme comida durante las horas que estuve ahí encerrada, para cuando iba bajando las escaleras me topé con el idiota que me dejo con hambre en la habitación.

- Sarah, que haces afuera de la habitación? – se le veía serio.

- A ti que te importa. – en esos momentos no lo quería ver, me dejo con hambre el idiota.

MENTIRAS, UNA Y MAS MENTIRAS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora