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LISA POV

Puedo llevarte a casa si necesitas un aventón -dije mientras el avión aterrizaba.

-Tengo un auto esperándome. Pero gracias por la oferta.

Nos desabrochamos los cinturones de seguridad, agarramos nuestro equipaje y salimos del avión.

-Me gustaría tener tu número en caso de que necesite hablar contigo antes del sábado.

-Solo los clientes habituales obtienen mi número.

-Ya veo. ¿Y quién puede decir que no me convertiré en un cliente habitual? Pero te pago veinte mil dólares por una noche, así que creo que eso debería incluir un número de teléfono.

-¿Eso crees? -Ladea la cabeza.

-Lo hago. Hemos celebrado un acuerdo comercial y generalmente se intercambian números de teléfono.

-Bien entonces.

Saqué mi teléfono e ingresé el número que ella recitó.

-Gracias. Te veré el próximo sábado. Sonreí.

-¿No me vas a dar tu número?
-preguntó.

-Con un demonio. -Le guiñé un ojo.

-Está bien, nos vemos el próximo sábado.

La miré mientras se alejaba, rodando su maleta detrás de ella. La seguí hasta el aeropuerto, manteniendo mi distancia para que no me viera.
Entró en el baño y esperé en el Starbucks del otro lado hasta que saliera. Me quedé allí en estado de shock cuando salió.

-Estaré condenada -me susurré a mí misma.

Ya no era morena, sino rubia. Una mujer rubia muy sexy y hermosa.
Ella se disfrazaba para sus clientes. Mujer inteligente. Saqué su tarjeta de mi bolsillo y miré su nombre: Jane Pine. Garantizaría que también era falso.

Me dirigí a mi ático en Park Avenue. Cuando salí del elevador, dejé mi maleta en el vestíbulo y me acerqué al bar y me serví una bebida. Llevándola al balcón, me incliné sobre la barandilla y pensé en ella. Creí que era sexy como morena, pero después de verla como rubia, llevó mi emoción a otro nivel. Ahora era más un misterio y yo iba a descubrir exactamente quién era ella. Terminé mi bebida, dejé mi vaso y salí de mi edificio para ir a ver a mi hermano Bobby. Era el fundador y propietario de Upscale, un elegante restaurante de cinco estrellas en el distrito
financiero.

-Buenas tardes, señora Manoban.

-Buenas tardes, Allison. ¿Dónde está mi hermano?

-En la cocina. -Ella me sonrió con coquetería.

El lugar estaba lleno como siempre. Para entrar, se tenía que hacer reservas con al menos dos meses de anticipación. Mi hermano era un excelente chef, lo que había sido su pasión desde que era niño. Intentó el negocio familiar y lo hizo miserable. Lo único que lo hacía feliz era estar en la cocina. No era un tipo de oficina, sentado detrás de un escritorio. Era mi hermano mayor por tres años, y también era mi mejor amigo.

-Hey hermana. Bonita sorpresa.
-Sonrió cuando entré en la cocina.

-Hola. -Agarré un escalope envuelto en tocino de la sartén de aluminio que estaba sobre el mostrador.

-Llegas justo a tiempo. Iba a tomar un descanso. ¿Cenaste?

-No. Aún no.

-Marcus, prepara un plato para mí y para Lisa y tráelo -dijo.

-Claro, jefe.

Caminamos hacia la pequeña habitación a un lado, que era donde se celebraban las fiestas. Tomando asiento en una mesa, Bobby me entregó un bourbon.

-Gracias.

-¿Cómo estuvo Texas?, -preguntó mientras tomaba asiento frente
a mí.

-Estuve allí un día, y fue memorable por decir lo menos. -Arqueé
una ceja mientras tomaba un sorbo de mi bebida.

-¿Lleno de acontecimientos en el buen sentido o en el malo?

-Depende de cómo lo mires. Conocí a una mujer en el hotel y hubo algo en ella que me llamó la atención muy rápidamente.

-¿Te gusta?

-Era sexy, equilibrada, inteligente. Alguien a quien quería follar mucho.

-¿Supongo que no?

-Sí. Ella rechazó mi oferta.

-¿Oferta? -Sus cejas se fruncieron.

-Le ofrecí pagarle veinte mil dólares por la noche.

Se rio entre dientes mientras Marcus dejaba nuestros platos frente a nosotros.

-¿Qué es ella, una acompañante o algo así?

-Sí. Ella lo es. Estaba con Derek Willows y él tuvo que volar debido a una emergencia familiar.

-Hablas en serio, ¿verdad?

-Muy en serio.

-¿Por qué demonios rechazaría veinte mil dólares y por qué no
llamaste a su agencia?

-Ella no trabaja para una agencia. Trabaja para ella misma. Tiene
un proceso de evaluación que todos los clientes tienen que pasar primero. Espera, se pone mejor. -Sonreí-.
Dejó su teléfono en el bar, así que subí a la suite en la que estaba para devolvérselo. La puerta se abrió y no la vi, así que entré. Fue entonces cuando apuntó con un arma a la parte posterior de mi cabeza.

-Oh, Dios mío. -Se rio-. ¿Qué pensó? ¿Qué la ibas a violar o algo así?

-Supongo que sí, ya que me apuntó con un arma. Le expliqué que
solo estaba allí para devolverle el teléfono, que dejó en el bar.

-Ella suena como una psicópata.

-No lo es. Estaba siendo cautelosa, y eso lo admiro. La hizo más sexy a mis ojos. -Sonreí-. De todos modos, ella vive aquí en Nueva York y le ofrecí un viaje de regreso en mi jet. Ella aceptó y la contraté para asistir a un evento conmigo el sábado por la noche.

-¿A qué precio? -Levantó su ceja.

-Veinte mil.

Se sentó frente a mí y lentamente sacudió la cabeza.

-¿En serio le vas a pagar veinte mil dólares por una noche?

-Si. Lo haré. Sé que valdrá la pena cada centavo. Puedo sentirlo.

-¿Estás aburrida o algo así?
¿Hay mujeres haciendo fila por toda la ciudad tratando de acostarse contigo gratis y vas a pagar una acompañante?

-No puedo entenderlo ni yo misma. Todo lo que sé es que hay algo en ella que me intriga. De todos modos, es solo una noche. Una vez que la folle, la sacaré de mi sistema y la enviaré por su camino.

-Buena suerte hermana. Espero que valga la pena el dinero.

"Lovers" - Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora