"Lovers" - Jenlisa G!P

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JENNIE POV

Dos semanas después pensé que después de que Lisa se disculpara, volvería a tener noticias suyas. Pero no lo hice. Tomé mi teléfono docenas de veces y miré su nombre en mis contactos tratando de alejar los nervios para enviarle un mensaje. Pero no pude. Si hubiera querido hablar o volver a verme, me habría contactado. Tal vez su disculpa era solo para ella, para sentirse mejor..

Mientras cocinaba la cena para Nina y para mí, sonó mi teléfono y apareció el nombre de Lisa. Al instante, mi barriga comenzó a retorcerse y mi corazón comenzó a acelerarse.

—Hola.

—Jennie, es Lisa. ¿De casualidad estás en casa?

—Sí. Estoy en casa. ¿Por qué?

—¿Nina está contigo?

—Sí. Ella también está aquí.

—Me preguntaba si podría pasar un rato. Le debo una canción en el piano. Quiero decir, si no estás ocupada ni nada.

—No. Estoy haciendo la cena. Estoy segura de que a Nina le encantaría que vinieras a tocar para ella. Ha estado preguntando por ti.

—No quiero interrumpir tu cena.

—Eres más que bienvenida a unirte a nosotras. Estoy haciendo pollo parmesano.

—Realmente no quiero entrometerme. Puedo venir en otro momento.

—No te estarías entrometiendo, Lisa.

—Mami, ¿es Lisa al teléfono? —preguntó Nina con entusiasmo—.
¿Va a venir a tocar el piano conmigo?

—Sí, Nina, así es.

—¡Yay! —dijo dando saltos.

—Mire, señora Manoban, ahora no tiene otra opción. No querrías
decepcionar a una pequeña persona de seis años, ¿verdad?

—No. No lo haría —se rio entre dientes—. Estaré allí en breve.

Terminé la llamada con una sonrisa y colgué mi teléfono.

Caminando hacia el gabinete, tomé un plato extra y lo puse en la mesa.

LISA POV

¿Usar a su hija como una excusa para verla era un error?
Probablemente. Pero todo se reducía a pequeños pasos. Había progresado mucho con el doctor Tuang en las últimas dos semanas. Más progreso de lo que pensé que sería posible. El auto se detuvo en su edificio , salí y tomé el elevador hasta su departamento.

Después de tocar la puerta, Nina la abrió y me sorprendió cuando me tomó la mano.

—Bienvenida de nuevo a nuestra casa.

Entré y Nina me llevó a la cocina.

—Hola —me saludó Jennie.

—Hola. —Las comisuras de mi boca se alzaron.

—La cena estará lista en un minuto. Espero que tengas hambre.

—Así es. Huele delicioso.

—Vamos, Lisa, vamos a tocar el piano.

—Nina, es hora de comer. Ustedes dos pueden tocar después de la cena.

—¡Aw, mamá! —se quejó.

—Tu mamá tiene razón, sabes. No podemos tocar buena música con el estómago vacío. —Le sonreí.

—¿No podemos?