capítulo único.

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Era un día normal en la casa de Canadá viendo películas con su hermano Alfred y su oso polar del cual siempre olvida su nombre, en fin todo iba normal hasta que Canadá recibió una llamada y salió del cuarto para poder contestar, al principio Alfred no le vió nada extraño a eso no fue hasta que habían pasado 15 minutos y su hermano no volvía, se preguntó:

—¿Qué estará haciendo Canadá? Está tardando mucho.— estaba algo preocupado.

—bueno es normal después de todo quiere que su cita de mañana con Cuba sea perfecta.— contestó kumajiro a la pregunta que Alfred había pensado en voz alta.

— así que se trata de eso...— por un momento la tranquilidad volvió a él hasta que..—¡¿Qué mi hermano qué?! ¿Desde cuándo están saliendo esos dos?— gritó a los cuatro vientos completamente alterado.

—¿Enserio? mañana se cumple un año de su noviazgo sin contar de que fuiste el primero al que le contó esto y lo olvidaste, además de ruidoso eres un mal hermano.— mencionó el oso polar de la manera más tranquila.

Al rubio estaba a punto de alegar por eso pero en ese instante Canadá entró a la habitación todo continuó de lo más normal el joven decidió no preguntarle nada a su hermano, en cambio, ya había ideado un plan para mañana no iba a dejar que nadie se aprovechará de la pureza de su hermano aunque para eso tenía que pedirle ayuda una personita con la que no se llevaba muy bien pero todo era por una buena causa así que el héroe tenía que hacer ese sacrificio.

Al día siguiente ya en el parque de diversiones Cuba se encontraba algo nervioso habían queda en verse en ese lugar para poder empezar su cita aunque la verdad era que estaba más nervioso por qué hoy se cumplía un año de su noviazgo y obviamente le trajo un regalo pero le preocupaba el hecho de que si le fuera a gustar pues Canadá era alguien que lo tenía todo (materialmente hablando) no sabría si fuera a gustarle un regalo tan sencillo.

— aquí está Cuba.— se escucho una voz dulce que lo sacó de sus pensamientos al moreno. Era Canadá que ya había llegado parecía algo agitado como si hubiera venido corriendo hasta aquí.

—¿Qué te pasó? ¿Porqué estás tan agitado?— mencionó algo preocupado mientras colocaba sus manos sobre los hombros de Canadá.

—en la mañana no sonó mi alarma, me levanté hasta las 10 por más que trate de apurarme salí tarde de casa y cuando trate de tomar un taxi para llegar a tiempo ninguno se paró, no me quedo de otro más que correr hasta aquí.— dijo entre jadeos por lo agitado que estaba.

El moreno se sintió conmovido al ver de qué ambos trataron de llegar temprano a la cita, de hecho el por su naturaleza latina era muy probable que llegara tarde por eso se alistó desde temprano, llegando al parque una hora antes de la cita, a decir verdad el joven de lentes no había llegado tan tarde solo eran unos 10 minutos de retraso no era mucho comparado con lo que llegan a tener sus hermanos y aunque hubiera preferido que le avisará se dió cuenta de que no era tiempo para reclamos de por sí Canadá se veía muy apenado por la situación no era el momento así que para calmar las cosas quitó con su mano los cabellos de su frente sin previo aviso beso su frente con ternura.

— no le tomes importancia, tenemos mucho para disfrutar el día de hoy.— le dedicó una sonrisa acción que hizo que un Canadá ya sonrojado se volviera un tomate.

Cuba tomo la mano del canadiense para comenzar su cita. Todo empezó bien subieron a la rueda de la fortuna dónde se la pasaron de acaramelados, disfrutaron algunos juegos mecánicos aunque por alguna razón en todos lados se encontraban a las botargas de un oso polar y uno pardo pero no era algo importante según Cuba. La pareja tuvo antojo de un helado así que el latino fue a comprarlo mientras Canadá esperaba en una banca.

Cita de tres- One-shot CucanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora