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Sakura abrió sus ojos y la imagen a su frente le gustaba demasiado, debía confesar que Sasuke a pesar de ser un hombre rudo y muy frío contaba con tal delicadeza y belleza en su rostro que lo asemejaba a un ser divino. La nariz respingada, la piel branca, la perfecta barbilla y el cabello negro brillante, junto a un rostro relajado por el sueño profundo en el que estaba, lo hacía parecer un ángel y no a la feroz criatura que era realmente por dentro.

Pequeños golpecitos en puerta se escucharon, Sakura se levanta con suma cautela para no despertar al felino. En el pasillo se encuentra Arai, que con una hermosa sonrisa recibe a su amiga al abrir la puerta.

- Hoy es el día - dice moviéndose impaciente -. Lo había olvidado, pero el festival se celebra hoy.

- ¿Festival?

- Sí, el festival "En memoria". Es hermoso, vine temprano antes de que Sasuke despierte. Él no te dejaría ir a ningún lado. Supuse que querías ¿Quieres verdad?

Los ánimos que tenía Arai por dicho evento a Sakura le daban ternura, no parecía en lo absoluto la mujer fría que había conocido días atrás, parecía una niña emocionada ¿Cómo alguien podría decirle que no de esa manera?

- Pareces muy emocionada.

- Lo estoy, nunca antes tuve con quien ir ¿iremos, verdad?

Aquella confesión dejo triste por un momento a Sakura. Arai era mujer mayor y si era cierto que los felinos vivían siglos ¿Cómo era posible que ella no tuviera nunca alguien con quien ir? ¿Ni amigoss, ni familia? Eso era muy triste, empezaba a entender el porqué de la actitud de la mujer. Se la imaginó siendo aislada, sola y sin amigos. Ella también era nueva en el terreno de la amistad, pero jamás se había sentido sola pues tenía a la anciana que la había cuidado como una hija.

- Iremos.

- Ya verás, Sakura. Nos vamos a divertir.

Mientras Sakura se cambiaba y aseaba, Arai se movía impaciente. Y como si su desespero no fuera notable, la mujer la acompaño al tocador, sin perder vista cada movimiento de la pelirosa - parece una gatita juguetona- pensó Sakura mientras la miraba inquieta.

- Muy bien, ¡vamos!

Arai respondió con un pequeño gritito de boca cerrada mientras tomaba una de las manos de Sakura para guiarla por el castillo hacia al pueblo.
El pueblo era pequeño pero muy colorido, estaba todo lleno de guirnaldas, la música resonaba por todos los rincones y la alegría era notable entre los habitantes. Primeramente, Sakura notó las miradas con desdén de todos, ser humana no debería ser algo que pudiera ocultarse entre tantos felinos con olfatos agudos, pero luego de algunos momentos las miradas se apaciguaban.

- Todos me miran raro. - dijo a su amiga, muy preocupada.

- Eres humanas, además no vienes bien acompañada - dijo ella con un tinte de amargura en su voz - pero no te preocupes ellos olfatean el aroma de Sasuke en ti, jamás harían algo que pudiera enojarlo a él.

- ¿Por qué? - pregunto ya curiosa por el estatus de su futura "pareja".

- Sasuke es un guerrero importante, así también como Madara y Shisui. Son nombres muy pesados que no se usan a la ligera por aquí. Si tienes algo que ver con ellos entonces créeme que no te harán daño.

- ¿Y tú eres pareja de alguno?

- No por ahora.

- Entonces con quien estarás.

- Yo, en realidad no quisiera, pero intentaré estar con Madara.

Esa confesión sí que sorprendió a Sakura. Ella pensaba que su amiga estaba enamorada de Shisui pero ahora todo era confuso. Mientras más creía conocer la mujer a los felinos, tenía cada vez más que saber de ellos pues habían muchas más dudas y misterios. Sakura no sabía que responder por lo tanto a tal confesión y agradecía que Arai que en un principio parecía callada no dejase ahora de hablar.

Mortal [ B O R R A D O R ] SasusakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora