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RESPETEMOS LAS MEDIDAS TOMADAS PARA PREVENIR EL CORONAVIRUS,  NOS QUEDEMOS EN CASITA PARA CUIDARNOS Y CUIDAR A LOS DEMÁS , ESTE ES MI PEQUEÑO APORTE PARA TODOS. BESOS.

(...)

Sakura

Es una mañana helada, del cielo cae nieve, mi pelo es tremendamente largo y visto solo ese roja vestido de nuevo.

Soy yo; pero no soy yo. Entonces me encuentro como un espectro viendo una escena de la que soy parte y no al mismo tiempo.

Es como si me viera a mi misma allí parada, más pequeña y delagada, perfectamente peinada e incluso con un aire de finura que desconozco. Estoy en un salón, bajo mis pies hay una alfombra tan o más roja que mi vestido. Es larga y forma un camino directo a la silla- que más bien parece un trono-  a tan solo unos pasos de mí. En ella descansa un hombre al cual no puedo verle el rostro y sonrío aunque parece fingido.

Me siento una espectadora, es como si estuviera viendo sentada desde mi living una película de la cual soy protagonista.

¿Qué está pasando?

Me veo moverme de manera descarada e incluso seductora a aquel sujeto, que se sienta erguido al notar mi presencia.

— Mi bella. —dice con voz tan gruesa me eriza la piel — has venido a verme.

Yo no respondo en cambio me subo a su regazo y saco un cuchillo de una especie de riñonera que tenía en mi cadera. Lo pongo en el cuello de aquel hombre enmascarado que muy lejos de asustarse , empieza a reír.

—Estas muy cariñosa hoy — dice acomodando los cabellos rebeldes que caen en mis rostro y los pone tras mi oreja. Su mano viaja de mi oreja a mi cuello y luego lo aprieta fuerte, sin embargo aquella Sakura no se inmuta, sigue con el cuchillo en su cuello. El hombre aprieta fuerte y ella saca el cuchillo entonces el hombre sube un poco su máscara oscura para robar un beso. Es muy apasionado, aquella Sakura le responde muy vivaz. Y justo cuando la mano del extraño van a sus pechos ella se levanta.

—Estoy lista. — dice ella.

—Lo estás, eres mía después de todo. Mi producto y mi creación, tan perfecta. — El se baja la máscara pero antes de hacerlo se puede ver la sonrisa en sus labios hinchados por ese beso. 

Esa Sakura no responde, su semblante es distinto, diferente es lejano. Ella parece tener cierta frialdad que no comprendo. Incluso después de aquel beso su rostro es tan neutral como en un comienzo.

—Tengo un regalo, mi bella grandiosa, luego chasquea los dedos. Un hombre sale de atras de unas cortinas y me  entrega algo envuelto por una tela, cuando saco la tela veo una reluciente espada y es solo en ese momento cuando veo sonreír sentidamente a aquella mujer que parezco ser yo.

—¿Te gusta, bella? Sabía que te sería de tu agrado.

Es en ese momento que sé que estoy soñando, porque no hay manera que la Sakura que veo allí sea yo. Ella toma la espada y luego corta la cabeza del mismo hombre que la trajo. Sangre brota del corte y una vez que el cuerpo sin vida cae al suelo, a la alfombra se le suma otro tono de rojo: Sangre. 

Aquella mujer parece no sentir culpa e incluso sonríe y murmura bajo:—filosa.

—No podías esperar ¿cierto? —El hombre  empieza a reír —Eres grandiosa,— luego su risa para y su voz se pone seria cuando pregunta:
— ¿Vas a matarlos, cierto?

—A todos y cada uno — responde con tal seguridad que me aterra.

¿A quién quieres matar, Sakura?

Mortal [ B O R R A D O R ] SasusakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora