Ya esta, salté y sin paracaídas.
No sabía que sentir, ni sabia como estaba ahora, solo caminaba y hablaba de manera automática. Desde la llamada y el mensaje que mando Ryder, no e podido estar tranquila, siento que a donde sea que vaya él esta cerca y eso me abruma.
El sentimiento que puedo reconocer más que nada ahora, es la impotencia, por el no saber que hacer, por el no tener idea de lo que pasara después de la apareció de Ryder.Mi mente esta exhausta de pensar.
Habían pasado dos días desde la llegada de mi hermana y los mensajes que llegaban cada noche sin falta por parte de Ryder me traían mal, literal no cómo nada y mi hermana desde ayer se ve preocupada, pero cada vez que puedo la intento tranquilizar.
Lo bueno es que hoy ella se iría de vuelta a casa, fue increíble tenerla aquí, pero la necesitaba lejos.
Después de arreglar sus maletas, despedirse de Valentina, decidimos salir del edificio en busca de un taxi, al llamar uno que estaba de paso le pedimos que nos lleve al aeropuerto.En menos de diez minutos ya nos encontrábamos al frente del extenso lugar, con todas sus cosas en mano, cerciorándose de no haber dejado nada en el taxi, nos dispones adentrarnos al aeropuerto.
Con Amina hablamos que si algunas que otras cosas, como cuando iría a visitarlos, sobre la universidad, me pidió algunos consejos sobre chicos y de lo que no se daba cuenta mi hermana es que esa jamás será mi área, ni especialización.
Después de unos minutos más hablando, anuncian que debe abordar el vuelo.–Te amo, Ei– La escucho y notó como retiene las lágrimas en sus ojos.
–Te amo más, Mini– Respondo y veo que al escuchar su apodo de pequeña hace que una lágrima salga y con eso nos encontrábamos en un caluroso y fuerte abrazó.
Nos separamos y después de otro pequeño abrazó, puedo ver como mi hermana pequeña se va alejando y con eso, no puedo evitar sentir una presión en el pecho y unas ganas de llorar increíblemente intensas.Mi mini, estarás mejor lejos de mi.
Media hora después es que término saliendo del aeropuerto y con mi boleto en mano. Esta misma noche me iría, pediría unos días en la universidad, además de que tenía que hablar con Valentina y esto último no iba hacer fácil.
Regreso al departamento en cuestión de minutos, al entrar a esté noto que Valentina no se encuentra por ningún lado así que aprovecho y hago mi maleta, además de consultar mi visa y pasaporte, al ver que todo esta en perfecto orden me dispongo hacer la maleta. La verdad es que no tenía mucha ropa y como solo seria medio mes, decidí llevarme: Dos pares de zapatos, tres camisas holgadas, tres pantalones y otro hasta la rodilla, por último mi ropa interior, además de los productos y artículos personales, eso lo pongo en un bolso de mano donde también decido guardar el pasaporte y la visa, al igual que mi cartera con dinero en efectivo y mis tarjetas y por último pero no menos importante deposito en el bolso mi libro favorito, necesitaba llevar algo para distraerme en el vuelo, a la final Italia no es que estaba muy cerca que digamos.
(...)
Ahora me encontraba entrando al que ha sido mi calvario por varios años, la universidad. Hoy no me tocaban clases, pero si me quería ir esta noche sin tener problemas con mis responsabilidades necesitaba notificarlo cuanto antes. Sin pensarlo mucho voy directamente hacia las oficinas directivas, me encuentro con la secretaria que desde que llegue aquí hace más de dos años, es la misma y pido amablemente hablar con el director.
Me voy a sentar y a esperar como ella me indica.
Alrededor de unos quince minutos por fin me permiten entrar. El director Mateo, era un hombre de cuarenta años, alto, moreno, con ojos felinos oscuros y según muchas chicas de aquí de la universidad, atractivo, porque hay que destacar que para la edad del señor se mantiene en forma, con un cuerpo tonificado envidiable por cualquier de su misma edad, aunque como casi todos los hombres, es un playboy.
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Dériver | En Pausa
Novela JuvenilTodos algunas vez en nuestra vida pasamos por una situación que nos sobrecargo, algo que no supimos manejar; donde nos sentimos solos, sin apoyo y sin compresión de algún amigo o alguien cercano. Nos deprimimos y hasta otros se llegaron a hundir en...