Berwald respiró hondo, sus nervios estaban destrozados, y probablemente la sensación de náuseas era lo que le estaba causando un fuerte mareo. Agradeció que siempre había sido terrible en soportar enormes cantidades de presión sin dejar que su rostro refleja conflicto alguno, por más que se estuviera ahogando en sus emociones. Y no tendría caso que cediera sus ganas de vomitar, no saldría más que con ácido de su estómago vació, al suelo.
Sus pensamientos sobre lo ocurrido con su hermano no lo dejaban ni respirar. Tomó aire, abriendo su boca un par de veces, y tallando sus párpados con tanta fuerza que vio puntos luminosos cuando los abrió para cubrir la escena a su alrededor con su mirada. Observó las vías del tren, y continuó esperando, acorde a las instrucciones de su misión.
Sentía que seguía esperando sin saber si realmente llegaría a quien se supone bajaría del tren. Berwald decidió ocupar su mente, pensar en todas las cosas pendientes que tenía, como reportar los últimos movimientos sospechosos de señales de radio interceptadas en la frontera con su vecino; o las últimas ubicaciones del más reciente embarque de refugiados judíos que llevaban siguiendo desde Polonia, para asegurar que llegasen a tierras con voluntarios católicos.
(¿Sus sobrinos, y la esposa de su hermano estarían bien?).
También estaba agotado con todos los detalles de su nueva misión: aunque él se había ofrecido como voluntario, dentro de aquel proyecto particular en la inteligencia sueca. Le daba un poco de pena tener que dejar, su puesto como jefe del departamento de policía de la principal ciudad de Estocolmo.
Sin embargo, con el giro de eventos que arrasaron con su hermano, estaba más que decidido a ir hasta las últimas consecuencias en esa Operación: aun, si fuera en pocas palabras, introducirse al tercer Reich.
Berwald frunció el ceño cuando por unas bocinas, avisaron la llegada del tren a la plataforma. Intentó apaciguar su dolor de cabeza cerrando sus ojos con fuerza. Buscó pensar nuevamente en trabajo, concentrarse: ¿El nombre del sujeto que esperaba era, Basch...Zwingli? Sí, algo así, de cualquier manera, los nombres pasarían a ser algo secundario en el trabajo que tenían por delante.
El tren se detuvo, llenando de vapor la plataforma en esa mañana helada en Estocolmo, Berwald creyó que el aroma del viento frío era bastante beneficioso para dejar sus náuseas de lado. Se irguió lo mejor que pudo, y observó a los pasajeros. Buscó un pañuelo rojo como el que tenía doblado en el bolsillo de su chaqueta, tan visible que le fuera posible.
Comenzó a impacientarse cuando la multitud se vio reducida notablemente conforme los minutos pasaban. Se suponía que no debía haber ningún riesgo en el traslado...y su misión era, relativamente (al menos comparados con los soldados infiltrados directamente en las fuerzas alemanas), seguro en un porcentaje, aunque fuera diminuto. ¿Tal vez decidió dar marcha atrás en participar en esa Operación? Suponía que era justificable.
Él hubiera rechazado involucrarse, de no ser por su hermano.
Miró a su espalda, a las bancas de la estación cerca de la taquilla, y sus ojos se abrieron un poco por la sorpresa. En la banca, estaba un hombre rubio con su cabello cubriendo sus mejillas, un traje completamente negro cubierto por un abrigo, y ojos verdes tan severos que le intimidaron un poco.
El hombre tenía un largo pañuelo rojo atado a un maletín sencillo que descansaba a su lado, y éste mantenía sus ojos en él, mostrando que lo llevaba observando un buen rato. Berwald ignoró el estremecimiento que solo los ojos de ese hombre le generaron. Despiadado, decidido, y sin dudas, ese hombre parecía caber en esas peculiares descripciones que le ofrecieron de él.
Se fue a sentar a su lado.
—Una mañana cálida —dijo Berwald, siguiendo el guión perfectamente ensayado.
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Al compas del silencio | Hetalia [SwissSu (Suiza x Suecia)]
Fanfic[AU, WWII, Suiza x Suecia] Basch Zwingli es un agente de inteligencia Suiza, que ha aceptado infiltrarse en el Tercer Reich como doble agente, con el fin de ayudar al rescate y refugio de judíos. Por supuesto, la operación es imposible de llevar del...