La Heredera Mágica (Starco)

VIII Volver a Empezar

Tenía tantos pensamientos en mi cabecita. Pensaba en mi familia, en mis amigos, en todas las cosas que conocía y ya no volvería a ver.

No sé en qué momento caí dormida de tantas preocupaciones.

Faltaba una hora para llegar a Silver Hills y la ojiazul regresó a ver a su princesa dormida.

Star: Dani, por fin se durmió.

Marco: -Suspirando- Nuestra bebita. Muchas cosas deben estar pasando por su cabecita este momento.

Star: Todo esto será un gran cambio. –Suspirando preocupado- Marco, mi amor, aun me sigo preguntando si esto es una buena idea.

Marco: Yo también, Star, quiero dar la vuelta y volver cerca de nuestra familia, pero luego recuerdo el incidente del muelle y a mi mente regresan imágenes de los que pasamos cuando nuestras dimensiones se unieron.

Star: -Acariciando la mejilla de su esposo- Recuerda que fue nuestro amor que unió la Tierra y Mewni, y ahora nuestro amor hizo que tuviéramos –regresando a ver a la infanta durmiente- a este precioso ángel.

Marco: Me alegra que el destino nos haya vuelto a reencontrar y nos haya permitido hacer una hija. Pero no quiero que Danielle pase los mismos problemas por causa de la magia.

Star: Yo tampoco.

Ambos quedaron en silencio por unos segundos mientras que varios recuerdos inundaban sus mentes.

Marco: Espero y quiero que Danielle vaya a estar mejor allí.

Star: Yo también. Yo también.

Marco: Les dijimos que podían visitarnos cuando ellos quisieran, más que no podríamos volver a Echo Creek, al menos por un buen tiempo. Eso ayudaría a Danielle a no sentirse tan mal, al menos hasta que se adapte a esta nueva vida.

Star: -Esbozando una ligera sonrisa- Tienes razón. Como lo hicimos tu y yo, volvimos a comenzar.

Star y Marco continuaron su largo camino a Silver Hills. Al cabo de 50 minutos, llegaron a su nuevo hogar.

Una linda casa en los suburbios, algo grande, parecía estar localizada en un un vecindario tranquilo y seguro.

A comparación de Echo Creek, la presencia de monstruos no era tan masiva y la vez la discriminación sufrida por estos no era tan palpable como lo era en su pueblo natal.

Con la ayuda de los hombres de la mudanza bajamos todo de los camiones y mi auto, Star y yo primero instalamos el cuarto de nuestra hija, era muy grande, estaba emocionada pero no tanto como lo esperaba, de seguro sigue algo afligida por este cambio repentino.

Después de varias horas de arduo trabajo, habíamos instalado todo.

Marco: Ufff. –secando su frente- No sudaba así desde que peleábamos con Ludo y sus monstruos.

Star: -Sobando sus cansados brazos- Tienes razón. Extraño al pequeño barbudo.

Hace más o menos 2 años, Marco y yo nos enteramos que Ludo había fallecido. A Marco y a mí nos afectó mucho esa noticia. A pesar que fue un gran dolor de cabeza y una amenaza cuando estaba siendo controlado por Toffee, le tuvimos un gran afecto y la final tuvo su redención.

La pareja se quedó pensando en un momento sus peleas de su adolescencia con el pequeño monstruo kappa, sin poder evitar que sus ojos se cristalizaran un poco.