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Lagrimas que reflejaban preocupación seguían corriendo por  las mejillas de Makino, incluso cuando ya toda la tripulación se encontraba en la caverna bebiendo y comiendo, bailaban y se burlaban de su capitán diciéndole que había hecho llorar a su novia. 

-¿¡ Cállense de una vez desgraciados!?- les grito Shanks quien abrazaba a Makino para que se calmara un poco, pero también tenia a Luffy golpeándole las pantorrillas con una especie de espada de madera.

-¡Eres un maldito Shanks, dijiste que no la harías llorar!- le gritaba Luffy sin dejar de golpearlo.

El pobre pelirrojo no sabia que hacer, si decirle unas palabras de amor a su amada que no había dejado de llorar, o si debía darla un buen golpe en la cabeza a Luffy para que dejara de golpearlo. Opto por la primera, pero el ruido que sus tripulantes hacían, no permitían que Makino lo escuchara; así que hizo lo que cualquier adulto responsable y maduro haría; empujo a Luffy con su pierna haciendo que cayera y rodara un poco por el suelo y cargo a la mujer al estilo princesa y saliera de la caverna, para después comenzar a caminar hacia un lugar en donde pudieran hablar tranquilamente. 

Agradecían que esa isla tuviera lugares tan bonitos y apacibles, en donde solo se escuchaba el sonido de la marea y el viento; Makino una vez que estuvo en el suelo abrazo a Shanks de nuevo, quien sonrió por la acción tan tierna de la mujer que amaba

No dijeron nada, pero ambos podían sentir la tranquilidad y alegría por que por fin volvían a estar juntos; hasta que Makino rompió el silencio.

- Tenia miedo- dijo en tono bajo mientras se pegaba más a Shanks para sentirse protegida.

Él pelirrojo lo entendió, el también tuvo miedo de que algo les ocurriera, de que al regresar encontrara el pueblo en llamas y escombros, de encontrar el cuerpo de su amada sin vida junto al del pequeño Luffy; pero ahora estaban juntos de nuevo, y ningún Marine o bandido podría cambiar eso, sin importar las amenazas, jamás lograrían cambiar el amor que sentían el uno por el otro. Por eso dejaron de pensar en lo negativo, en el miedo y prometieron disfrutarlo al máximo, pero antes de eso, el pelirrojo le explico que tenia algunos asuntos que arreglar, en los cuales Luffy seria su ayudante; Makino lo miro no muy convencida, pero la alegría en el rostro infantil de Luffy una vez que regresaron a la caverna y Shanks le explico que necesitaba su ayuda. 

(...)

- Ahora Luffy- el mayor se había agachado a su altura. - señala a los hombres malos que lastiman a Makino - 

Una vena resalto en su cien cuando el pequeño lo señalaba con una expresión enojada.

-¡No me refiero a mí! Hablo de los hombres con los que Makino tiene problemas- no supo si decirle más detalles. Pero afortunadamente Luffy entendió a que se refería; pues el pequeño niño en más de una ocasión la llego a espiar y a leer las cartas que le llegaban.

-Luego van a la caverna, o envían cartas-  dijo bajito mientras buscaba por los alrededores, hasta que tiro de la capa negra del pelirrojo. ¡Son ellos!- dijo seguro.

Shanks dirigió su mirada hacia los hombres que señalaba, no hubo necesidad de entablar una conversación con ellos para saber que eran de aquellos hombres morbosos y embusteros, sintiéndose confundido por el hecho de que el alcalde de ese pequeño pueblo no hubiera hecho algo para detener dichos abusos.

-Muy bien Luffy, ahora te corresponde quedarte aquí- dijo mientras se colocaba una extraña mascara que había conseguido en uno de sus múltiples viajes.

Sonrió cuando vio como el pequeño inflaba una mejilla, cargo sobre su hombro un costal grande cuyo contenido solo era conocido por él mismo. 

Permaneció escondido hasta que vio que se entraban en una pequeña vivienda, deduciendo que era de ellos mismos; no hubo momento para idear un plan silencioso, el no era un ninja como para entrar sigiloso, el eras un pirata, ruidosos y sin preocupación de ser descubiertos; así que de una fuerte patada derribo la puerta de madera, ocasionando gritos de sorpresa por parte de aquellos hombres. 

- No pensé que la clase de calaña como ustedes viviera en un lugar tan bonito como este- a paso lento se dirigió a la mesa en donde estaban sentados. Su presencia imponía miedo y respeto.-Estoy aquí para tratar asuntos con cierta deuda absurda con la dueña de una caverna, que por cierto hicieron llorar- en esas ultimas palabras se noto perfectamente el odio hacia ellos, haciendo que sudaran frió y los vellos de la nuca se le erizaran en clara señal de peligro.

(...)

Makino atendía a los nakamas de Shanks, viendo en cada momento a la puerta y el reloj al sentir que ya habían demorado bastante; iba a comenzar a lavar los platos sucios, cuando vio que por la puerta entraba Luffy seguido por Shanks. Ella sonrió al verlos, Luffy se veía bastante feliz.  

- ¡Makino! - Luffy se sentó en uno de los bancos y en dejo en la barra un puñado de pequeñas flores y pasto, al parecer las había arrancado de camino hacia acá. 

- Gracias Luffy- la mujer le dio un beso en la mejilla haciendo que el menos sonriera y se sonrojara levemente. 

-Mí regalo es mejor que el de Shanks- dijo muy seguro de su mismo.

Makino miro extrañad en dirección a el pelirrojo y este con una sonrisa avergonzada le mostró un hermoso pero sencillo ramo de flores que había mantenido oculto tras su espalda. 

La mujer con una sonrisa se acerco a Shanks y lo abrazo, sintiendo como con su mano libre el pelirrojo la sujetaba de la cintura con ternura. 

- Te tengo buenas noticias- le dijo con esa sonrisa típica de él.




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⏰ Última actualización: Jun 20, 2022 ⏰

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La debilidad del Younkou (Shanks x Makino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora