5 - "¿es esta ropa adecuada?"

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Rosie

- ¿Joe? -pregunto con tono de voz fuerte, me da miedo a veces estar sola, no estaba Joe ni Becca y son las 8 de la mañana, voy hacia donde escuché el ruido, la cocina. Me acerco cada vez más pero lentamente, hay alguien mirando el interior del refrigerador, casi adentro sacando algo- hey -digo yo, aun tengo miedo. La persona salta del susto y se golpea la cabeza, yo rio, es Joe.

- ¡Rosie! -exclama una vez que me ve, lleva su mano derecha a la cabeza sobándose.

- ¡Joe! -digo, nos abrazamos- ¿quieres un poco de hielo para eso? -le pregunto aun abrazándonos, Joe ríe y asiente, sale del refrigerador y se sienta en el pequeño piso que está junto a su par, al frente de la estrecha pieza de madera que hay pegada a una pared de la cocina. Le busco algo helado a Joe, una bolsa de maíz funcionará, como siempre, no hay hielo hecho en las cubeteras, ¿cuándo aprenderán? - ¿qué hacías a las cinco de la mañana afuera? ¿estabas en una fiesta o algo así? -me acerco a él dejando el paquete de maíz encima de su cabeza mientras el la sujetaba con su mano derecha, me siento al lado de él.

- estaba en el trabajo, tomé horas extras -me dijo, su rostro se notaba cansado, no habíamos hablado desde que me fui, o sea hace tres días- necesito más dinero, Rosie, necesito hacer más dinero -dice complicado, negando con la cabeza, tiene bolsas bajo los ojos y me da mucha lástima, le toco la espalda moviéndola para reconfortarlo.

- es todo tan difícil, complicado... desearía poder ganarme la lotería o algo -le digo riendo para animarlo un poco, él sólo levanta una comisura de sus labios y suspira.

- como sea, ¿cómo te fue? Estoy seguro de que Harry Styles quiso cogerte ahí mismo en el escenario -dijo sacándose la bolsa de maíz de la cabeza dejándola encima de la mesa.

- ¡ojalá! -digo y rio- fue genial, el concierto fue asombroso, lo mejor de la vida, lo vi super cerca además, valió la pena gastar dinero en eso -lo miro y él rueda los ojos sonriendo un poco, yo solo rio- luego al otro día con Karla, mi amiga que te dije que conocí en Twitter que al final no era un pedófilo gordo asqueroso, muchas gracias por el aviso -le digo, Joe pensaba que Karla iba a ser un tipo viejo y pedófilo, pero no lo era- bueno, ella quería un helado con un bizcocho o algo así, así que fuimos a un restaurante que lo vendía y adivina quienes estaban ahí -Joe levanta las cejas, no tenía idea- ¡Estaban Harry y Mitch! -le dije emocionada, él abrió los ojos y se levantó de la silla.

- ¡Rosie, estoy tan feliz por ti! Le pediste una foto, ¿verdad? -me preguntó, yo me paré del asiento y fui a buscar mi celular corriendo a mi habitación, al volver le mostré las fotos que Karla nos tomó, fueron varias y eran todas muy tiernas, no he querido subir ninguna a mis redes sociales, las quiero atesorar yo y sólo yo, no me interesa que gente que ni siquiera conozco las vea- ¡Ay, si parecen una pareja! -dice Joe, yo me alegro por el comentario, aunque es imposible, me deja soñar un poco, Joe me devuelve el celular.

- fue súper sencillo y humilde con nosotras, ¡hasta nos recordaba del concierto! Es un sueño -le digo con el corazón latiendo fuerte, hasta siento mis mejillas un poco coloradas, Joe me mira coqueto.

- ¿coquetearon? -preguntó, yo rodé los ojos- es que por las fotos que tomó tu amiga, él te mira con unos ojos que...

- ¡Joe! Que mentiroso eres, mejor vámonos a dormir -le dije, Joe ríe y yo sólo me devuelvo a mi habitación, me acuesto de nuevo en mi cómoda cama y miro las fotos de nuevo, las he mirado millones de veces desde que Karla las tomó, le hago zoom a cada una de ellas, mirando cada detalle, apreciando cada mueca que Harry hizo, me siento tan enamorada de este chico y ni siquiera lo conozco de verdad, y es un amor platónico.

Me doy cuenta de que hay otra foto, es una foto que no había visto, de seguro se tomó sin querer, era borrosa, pero se alcanzaba a ver a Mitch escribiendo algo sobre un papel o algo así blanco, era pequeño, parecía un pedazo de papel o... una servilleta... ¡Mierda! ¿Y si la servilleta que me encontré en el bolsillo de mi chaqueta era el número de Mitch? No, imposible, Mitch está con Sarah... ¿Y si era el número de Harry? Eso es aún más imposible. Los pensamientos invadían mi cabeza, no podía dejar de imaginar todo de nuevo. Claro, ahora recuerdo, cuando nos despedimos con Harry y nos dimos un abrazo sentí un tirón en la chaqueta, quizás en ese momento, Mitch metió la servilleta en mi chaqueta... esto suena tan idiota, quiero llamar a Karla pero en Carolina del Sur, aunque es más tarde que aquí, no sé qué estará haciendo Karla a las 11 de la mañana, quizás está en clase o peor, durmiendo; así que mejor me espero a la hora de almuerzo para llamarla.

kinda sweet / h.sWhere stories live. Discover now