Sung kyung

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Corro por el pasillo mas allá de  aquella escalera por la que acabo de bajar, para llegar a una sala de mediano tamaño, tiene sillones negros y cortinas azules iguales a las del dormitorio, diviso una puerta junto al perchero y por su tamaño es mas que claro que es la entrada, o en mi caso.

la salida.

Giro el pomo de la puerta y es cuando voy a abrirla que una mano aparece tras de mi para apoyarse en ella e impedirme hacerlo del todo.

-Aléjate de mi -  mi cuerpo se mueve lejos , para así poder verle es rostro.

Sus ojos muestran confusión y arrepentimiento, mientras intenta acercarse nuevamente a mi.

-Te dije que no te acercaras.- mi voz suena lo bastante amenazadora como para que no acorte la distancia entre nosotros.

—Por favor, solo déjame explicarte.— su cuerpo se apoya contra la puerta mientras me mira con ojos esperanzados, pero la imagen que acabo de ver me revuelve la cabeza, no me deja perderme en aquellos ojos y me devuelve a la realidad.

—No necesito que me des explicaciones— mi postura se alza, mientras las palabras salen de mi boca, también tengo mi orgullo, y aunque este vestida con su ropa, no pretendo hacerme la victima.

—Tu y yo no somos absolutamente nada, no tengo nada que reprocharte por besar a quien te de la gana, sobre todo en tu casa asique por favor solo déjame ir.— camino nuevamente decida hacia la puerta, el se mueve a la derecha, pero su mano vuelve a prohibirme el paso.

—no puedo dejar que te vayas—

—Disculpa— mi voz muestra toda la indignación que me es posible —no puedes retenerme aquí.— mis ojos miran fijamente los suyos, desafiante, y aunque una parte de mi quiere atrapar su cuello entre los brazos y atraerlo hacia mi, el otro, mas sensato, no desvía la mirada y se mantiene firme en ese enfrentamiento de miradas.

—Lo se—sus palabras salen en un suspiro- es solo que no puedes irte ahora y...menos con esa ropa- sus ojos se desvían hacia mi cuerpo y mi cara se vuelve de un tono ligeramente rojo, o al menos eso quisiera creer

— ¿Por qué no? —mi voz suena cada vez mas molesta y no me importa disimularlo- veo mi reflejo en la venta y la verdad me veo bastante ridícula, pero no solo eso, no me voy a morir porque la gente me vea así por la calle

-Mira... yo te lo voy a explicar, solo siéntate un momento conmigo si,- su mano fue en busca de la mía para guiarme.

-podrías dejar de tomar mis manos- estaba molesta y no pretendía disimularlo- en serio haces que mi juicio se nuble así

El retrocedió pero no lo suficiente para mi gusto. 

-No lo volveré a repetir, déjame ir o te juro por la virgencita de Guadalupe que voy a llamar a la policía.

Sus facciones cambiaron y pude ver la resignación en sus aquellos ligeros pliegues que se le hacían en sus ojos cuando mostraba que el rostro.

-Esta bien, pero al menos déjame darte algo mas para que te vayas- al principio no entendí su punto, y estuve a punto de decir que las ganas de comer algo se me habían ido hace apenas unos segundos, pero su mano apunto hacia mis piernas y supe a lo que se refería.

Mis piernas, estaban al descubierto, su polera tapaba lo justo y necesario pero un movimiento en falso y los bóxer prestados quedaban al descubierto mostrándose en todo su esplendor, apretados y completamente fuera de lugar, soy una latina después de todo, mis piernas podrían considerarse gruesas para algunos y delgadas para otros, pero en esta sociedad, eran definitivamente mas grandes que pequeñas y eso quisiera o no llamaría la atención.

-Tienes  razón, no puedo salir así, no seria correcto. - su cara ostro una ligera sonrisa al momento que se moví de enfrente a la puerta- Iré por algo que puedas usar, y luego podrás irte tal como quieres.

-Gracias..... por nada-

En cuanto lo perdí de vista girando hacia la escalera, corrí hacia la puerta y no mire atrás hasta que llegue al ascensor que estaba a un par de metros de ella.

Una vez entre en el ascensor, Nam joo apareció tras la puerta por la cual yo acababa de salir, pero ya era muy tarde, y el lo sabia las puertas del aparato se cerraron comenzando su viaje a la planta baja, solo conmigo en él.

Vi mi reflejo en los espejos y me di cuenta que tal vez para esta sociedad era raro ver a alguien así, pero para mi la ropa interior no era mas que un traje de baño que las personas ven con morbo, asique la verdad no me importaba pasearme en bóxer por Seúl, después de todo, y siendo relistas este tapa mas que un bikini.

Fuera del edificio habían un par de personas, entre ellos estudiantes, fotógrafos y .. periodistas, eso creo, de seguro estaban ahí por alguno de los famosos que asumo eran los vecinos de JooHyuk.

Gracias  dios ninguno de ellos me dirigió mas que una mirada llena de desagrado o sorpresa por mi ropa, pero ese pequeño segundo de atención fue opacado por la pareja que ahora se mostraba por el balcón de aquel  apartamento  por el cual yo acababa de salir.

La chica que antes solo había visto de espaldas ahora tenia rostro, era  Sung kyung.

Apresure mi paso y ruegoe dios que no me hayan visto, o al menos que no se estuvieran riendo de mi y del penoso show que seguramente había hecho anoche, pensar que ella había estado ahí en ese momento hiso que mi estomago se revolviera, por suerte estaba vacío.

Tome mi teléfono y llame  a la única amiga que tenia en ese lugar, y aunque seguramente estaba con Min Jae, no sabia  quien mas recurrir.  

Una somnolienta Eun Tak hablo al otro lado de la linea pero en cuanto le conté lo que había sucedido y donde y como estaba, su voz se volvió firme y dijo las palabras que necesitaba escuchar.

-No te preocupes, estaremos ahí enseguida.

Seguí caminando sin importarme las miradas de aquellas pocas personas que pasaban junto a mi, hasta que paso lo único que faltaba, comenzó a llover, en primavera, dios de seguro estaba pagando algún tipo de karma de mi otra vida.

Alcance a avanzar solo una cuadra mas cuando llego mi tan esperado trasporte, lo supe porque el auto comenzó a disminuir la velocidad en cuanto me vio, la lluvia tapaba al conductor asique no fue hasta cuando estaba junto a mi que pude ver su rostro por entre las gotas de lluvia de la ventana.

-te resfriaras si sigues ahí parada.

Era Joohyuk.

-Sube.



Han Pasado 84 años, de verdad espero que les haya gustado
y que sigan apoyando este tan fantástico y dramático texto.

All the love

Vaerea.




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Solo un paso más| Nam JooHyukDonde viven las historias. Descúbrelo ahora