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—Vamos, . No porque hayas
terminado con christian  significa que
tengas que estar encerrada en tu cuarto por siempre- Liz murmura tratando de animarme y yo bufo.

—No, Liz-gruñó y sigo escribiendo,
entonces Liz toma mi pluma y la tira alotro lado de la habitación,

-Iremos a esa fiesta aunque te tenga
que vestir yo misma- dice y yo la miro
directamente, alza sus cejas y yo bufo.

—Bien, pero en cuanto tenga ganas de
irme nos iremos-gruño y ella sonríe.

-Me lo agradecerás después.-
canturrea y sale de mi habitación, pero antes de cerrar la puerta dice: -Te veo a las ocho.

Y entonces es cuando sale y miro mi
teléfono. Faltaban sólo dos horas.
Suspiro y comienzo a darme una ducha.

Llevaba una semana completa sin ver a Chris, ni siquiera he sabido de su existencia. Christian ni siquiera me voltea a ver, y no tengo las agallas para pararme frente su edificio o su casa. Pero, ¿había terminado todo sin darme cuenta?

Sollozo, no se si quiero esto. No se si
quiero seguir sin él, pero tampoco sé si debería ir a buscarlo. Acaricio mi cuero cabelludo con un poco de shampoo con olor a rosas y coloco un poco de acondicionador con el mismo aroma.

Acaricio mi cuerpo pasando el jabón por todo este, extraño las caricias de Chris

¡Mierda es que no puedo dejar de
pensar en él!

Me deshago de cualquier gota de shampoo, acondicionador y jabón y salgo enredando una toalla
alrededor de mi cuerpo y cepillando
mi cabello.

Tomo una secadora de cabello y comienzo a secar de este. Una
vez que mi cabello se encontraba seco
camino hasta mi closet y tomo unas
bragas y un sostén negro con encaje.

Me encantaba. Una vez puesto vuelvo al baño y comienzo a arreglar mi cabello con la plancha un poco y comienzo a ver que me pondría. Liz había dicho que sería una fiesta de Powell's, una de las mejores universidades de Londres, y se destacaban por tener las fiestas
más geniales de todas.

Siendo una de las universidades con los chicos más ricos de la ciudad, podían conseguir lo que quisiesen.

Entonces capto. Es viernes, mi mamá
no llegará hasta el domingo y estoy
completamente sola. Me merezco una
buena fiesta. Sonrío y me coloco un vestido negro que era un poco pegado a mi cuerpo y un collar pegado a mi cuello del mismo color. Entonces camino hasta mi baño y comienzo a maquillar mi rostro, maquillando un poco más de lo normal mis pómulos y mis ojos, pero sin exagerar.

Aunque no era el maquillaje más sexy de todos, tampoco era el más tierno. Aunque tengo que admitir, que no era lo que siempre utilizaba.

Coloco un color rojo sobre mis labios y me miro al espejo, sonrío. Entonces dándome uno que otro retoque mi teléfono suena indicando que Liz ya estaba aquí. Tomo mi bolsillo, introduzco mi teléfono y veinte dólares y me coloco unos calcetines y unos tenis color blanco.

Bajo lo más rápido que mis pies
me permiten y me introduzco al auto de Alex, saludo a ambos y él comienza a andar.

—¿Qué traen?— pregunto y Liz me
mira, entonces me extiende una
botella de vodka rosada, sonrío, abro
la botella y le doy un sorbo. Hago una
mueca y Liz sonríe.

—¡Esa es la actitud!- exclama y Luke
simplemente le sube a la música.

Duramos al rededor de treinta minutos de camino y me sentía aún sobria.

Podía caminar normalmente, hablar
y pensar como una persona normal.

En cuanto llegamos comienzo a ver
mucha gente, todas hablando con
una o dos personas más, podías ver a
gente jugando con el alcohol y algunas
fumando.

****SUGAR DADDY ***** Christopher Vélez **Donde viven las historias. Descúbrelo ahora