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Siento la respiración pesada de Chris
sobre mi cuello, sus pequeños ronquidos invadir mis oídos y sus labios chocar con mi clavícula.

Se había quedado dormido en el transcurso del camino.

Tres horas de camino hacia la cena
familiar de Chris, y aquí estaba yo con él.

Pues me había prometido que llegaríamos antes de las tres de la mañana a Londres.

¿Me presentaría ante su familia como su novia? ¿O sólo como su amiga? ¿Le caeré bien a su madre? ¿Sus tías, a las que él llama molestosas, serán tan molestosas como él dice? ¿Lo criticarán por estar con alguien que podría ser su hija?

Cientos de preguntas invaden mi mente, y yo simplemente suspiro tratando de relajarme.

-¿Desea algo de tomar, señorita?- el
chofer me pregunta desde el volante.

Sólo un segundo...
un video anuncio está cargando.
-No, gracias- susurro amablemente y él asiente.

Entonces Chris gruñe y se mueve
hasta que su rostro completo queda
perdido en el hueco de mi cuello y sus
manos me rodean. Río.

-Estamos a media hora de llegar- el
chofer avisa y yo agradezco por lo bajo.

Paso mis manos por el brazo de Chris

- Chris- lo llamo en un susurro y él no se inmuta- despierta, si no quieres llegar con cara de dormido.

-Sólo cinco minutos más- pide como
niño pequeño y yo río.

Y eso es lo qué pasa, él duerme alrededor de diez minutos más y después despierta, dejando un beso en mi cuello

- buenos días.- dice sonriéndome, lo miro y sonrío ante su cara hinchada por el sueño.

-¿Dormiste bien?-pregunto y él
asiente.

- Como bebé.- Responde y yo sonrío-no
había dormido- comenta y yo frunzo el ceño.

-¿Por qué?- pregunto y él se encoge en
hombros mirándome.

-Eres preciosa- murmura de la nada y
yo río.

Me encanta que Chris me diga esas cosas, porque me hace sentir bien conmigo misma. Y es que aunque luzca como mierda, él siempre me dirá que luzco bonita. Él me advierte que las amigas de su madre son bastante... arrogantes, y que si no quería ir estaba en tiempo. ¡Pero vamos! Ya estamos aquí, no hay nada que perder.

El auto para y Chris baja, ayudándome a mi a hacerlo. Agradezco en un susurro y suspiro al ver el lugar.

La casa era blanca y gigante. Aparte que tenía decoraciones bastante elegantes, y eso que sólo era la entrada.

-Es... asombroso-susurro y admiro
todo.

Chris sonríe y yo trago saliva. En
cuanto nos acercamos más a la entrada,
siento la mano de Chris entrelazarse con la mía, y puedo sentir un alivio recorrer todo mi cuerpo. Ambos avanzamos hasta introducirnos y es ahí cuando siento como mi corazón estaba a punto de salirse.

En el momento en que entramos puedo notar como una que otra persona nos miran extrañados, pero no sentía que
me miraban a mi.

-¿Quieres beber algo?- Chris me pregunta y yo niego levemente y él asiente.

Puedo notar que cada segundo qué pasa, Chris obtiene más un rostro de seriedad, hasta podría decir que de coraje.

-¿Qué pasa? - pregunto y acaricio su,
brazo, él me mira y niega.

****SUGAR DADDY ***** Christopher Vélez **Donde viven las historias. Descúbrelo ahora