Capitulo 8

1.7K 111 16
                                    

Al días siguiente me desperté gracias a que estaban tocando la puerta de mi habitación; me levanté y me estiré un poco y tomé mi camino hacia mi puerta.

Al abrir la puerta vi que era Timothée con una bandeja de desayuno y con una sonrisita.

Quería hacerte el desayuno, buenos días- dijo y yo le hice una señal para que pasara. Se me hizo el gesto más tierno por parte de mi hermano; en una mesita que tenía enseguida de mi cama puso el desayuno se volteo para verme y me habló- desde este día empezamos a hacer que vuelvas hablar- dijo con una sonrisa como de los comerciales de colgate, solo le faltaba el brillito que ponían- come este desayuno que te hice con mucho amor y después te bañas y te pones bonita, aunque ya lo eres- me guiño un ojo y salió de mi habitación.

Comí mi desayuno y sabía a los desayunos de un restaurante que nos gustaba a los dos, maldito mentiroso ya sabía que no lo había hecho el; y lo sabía por qué una vez que intento hacer el desayuno tuvimos que comprar una nueva licuadora y tuvimos que limpiar por 3 horas por qué Timothée explotó la licuadora.

Cambiando el tema no he visto a mamá y no la quiero ver, me hirió mucho que mi propia mamá me haya hablado así y no pienso ni verla por qué sería tonto decir que no le voy a dirigir la palabra.
Termine de desayunar y me metí a bañar y a cambiarme. Cuando estuve lista abrí la puerta y al abrirla vi a mamá ella me vio y me sonrió y por mi lado solo le pase por un lado y fui hacia la habitación de Timothée, justo iba a tocar cuando sale el y vuelve con su sonrisa.

¿Te gusto tu desayuno?- dijo esperando a que asintiera muchas veces como niña pequeña y solo lo mire con cara de que ya sabía que lo había comprado- Bueno si lo compré por que me daba miedo que explotara otra cosa- el río y me agarro de los hombros y solo me dijo- vámonos- y salimos corriendo los dos como niños pequeños y bajamos las escaleras, no nos importo si nos cayéramos o algo solo queríamos ver quien llegaba primero.

Y están en lo correcto yo gané, pero fue por qué me subí a la espalda de Timothée haciendo que tropezara y cayera.

¡Eso no se vale, hiciste trampa!- dijo levantándose del piso y mirándome con diversión pero enojo a la ves y solo subí mis hombros y le guiñe un ojo. El solo bufo y todo los ojos.

¿A donde van?- pregunto mamá bajando las escaleras. Y Timothée y yo no le tomamos atención y nos fuimos.

Horas después...

Llegamos a un parque en donde siempre íbamos cuando estábamos pequeños y muchos recuerdos invadieron mi mente. Escuche como Timothée abría la cajuela sacando cosas de pinturas, pinceles, lienzo y comida para no morir de hambre.

Nos sentamos en el césped en donde había un árbol que nos daba mucha sombra, aprecie por un momento mi alrededor y vi a niños jugando en los columpios y resbaladeros, parejas tomados de la mano caminando o platicando y personas con sus mascotas y de repente una voz me saco de mis pensamientos.

Bueno bueno querida hermana. Como ya viste traje pinturas y comida para entretenernos un momento- dijo viéndome y suspiro- ¿qué piensas de esto?- se que hizo esa pregunta para que dijera al menos un "bien" pero lo único que hice fue alzar mis pulgares y el solo bufo y dijo- bueno empecemos.

Llevábamos horas pintando y comiendo y Timothée contaba anécdotas que le pasó en la universidad y yo solo me concentraba y escuchaba.

¿Ya terminaste tu pintura?- solo asentí dándole a entender que si- Bien! A la cuenta de tres vamos a enseñar nuestras obras de arte- dijo animado- 1...2...3!!- al mismo tiempo las enseñamos y yo solo solté una risa, así es una risa y Timothée quedó asombrado y no sabía que decir hasta que hablo- ¡POR DIOS VENUS TE REÍSTE, REÍSTE!- dijo mientras brincaba y gritaba y las personas solo lo veían raro.

Pero es que como no reírme si su pintura era una casita y un solecito con un cielo de esos como de niño de kínder pero hey al menos hizo el intento.

Okey, ahora habla- dijo viéndome con su sonrisa colgate y solo me quede seria viéndolo- eso fue un no, déjame ver el tuyo otra vez.

Le enseñe mi pintura y era un retrato de una persona que vi sentada en una banca.

¿Sabes que? Mejor vámonos de todas maneras mi pintura fue mejor que la tuya- dijo sacándome la lengua a lo que sonreí y negué- ¡SONREÍSTE! SOY EL MEJOR HACIENDO ESTO- pasó su brazo por mis hombros mientras nos dirigíamos hacia el carro

Ayúdame •TC• (En edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora