final alternativo.

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N O T A:
(Para conmemorar que esta historia llegó a 1k decidí hacer este pequeño especial que para variar vino de un sueño mío.

Esto es un final alternativo mejor dicho es como si el epílogo no existiera y fuera este, ¿okay?

Disfruten. <3)





Mingi se levantó de la cama mientras frotaba sus ojos lentamente

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Mingi se levantó de la cama mientras frotaba sus ojos lentamente. Había soñado con el mismo chico de siempre, se había convertido en un hábito que el pelirrojo realmente le importaba poco.
Su hermano menor, Jongho se encontraba en el comedor con una taza de cereal en un lado y en la otra una hoja aparentemente de matemáticas.

— ¿Me puedes pasar una manzana? — preguntó Min mientras tomaba asiento al lado del más pequeño.

— Toma — dijo este mientras la rompía por la mitad haciéndolo ver tan fácil como moldear plastilina.

— Recuérdame no hacerte enojar, no quiero que me rompas así el cuello por la noche o algo por el estilo — exclamó espantado. El menor solo sonrió mientras reía, pero era todo menos una risa amigable.

— Se nos hace tarde, vamos — llegó su padre a recogerlos.

— ¡papá! podemos recoger a una amiga que vive cerca... ¿porfavor? — Jongho hizo un pequeño puchero mientras cruzaba los dedos y su papá lo ayudará a conquistar a su crush de hace menos de tres dias.

— Estas muy pequeño para mujeres, pero si ella no está lista en la puerta de su casa en este momento no pasaremos por ella, ¿okay? — Su papá, Jaebum había perdido a su esposa dos dias después del nacimiento de Jongho, así que amaba al pequeño por ser el único recuerdo de ella que le quedaba.

— La llamaré ahora mismo — Jong salió corriendo con su teléfono en la mano.

— ¿Tanto le encanta la niña esa? Tiene solo 12 años por dios — exclamó Jae mientras rodaba los ojos. Mingi solo río, el a sus 16 años nunca había estado enamorado así que realmente no podría opinar nada.

— No me imagino cuando a ti te guste alguien, ¿no hay nadie que te atraiga Minmin? — su papá volteo a mirarlo pero en ese momento una imagen le vino a la mente.

Ese chico.

Sacudió la cabeza, negándole a su papá y al mismo tiempo borrando todo pensamiento sobre aquel chico alto, pelinegro, con sonrisa tierna y una inocente forma de ser. ¿No podía gustarle alguien imaginario verdad?

— ¡Papá! Llegaremos tarde por Dami vamos vamos vamoooos — gritó Jongho mientras jalaba el brazo de su papá.

— Uf, pobrecita ella ¡eres muy intenso! — rieron todos y Mingi decidió guardar ese pequeño momento en su memoria. No tenía ninguno sobre su madre y eso le partía el alma de solo pensarlo, así que cada pequeño minuto con su hermano y su papá eran valiosos.

Después de muchas peleas y gritos de broma entre Dami y su hermano llegaron finalmente al colegio. Se encontró con uno de sus amigos, HyunJin.

— ¡Minmin! ¿Ya escuchaste que hay un chico nuevo en el salón? — preguntó este.

— ¿Nuevo? No tenía ni idea realmente — Min levantó levemente los hombros en señal de indiferencia, no era muy sociable al fin y al cabo.

Al ingresar al salón de clases tomó su asiento habitual, pero un chico, extremadamente alto y con una mata de pelo negro le obstaculizaba la vista, estuvo a punto de pedirle que se moviera cuando el chico se volteó.

Dios, mío.

¿Porqué tuviste que tardarte tanto?

¿Porque su conciencia había dicho eso? Era el chico del sueño, quizás de tanto verlo en sueños era chistoso y curioso a la vez verlo de frente, tan real, tan lindo...

— ¡Hey Song! ¿Qué tanto lo miras? ¿Acaso te quedó gustando? — gritó con burla Hongjoong mientras señalaba al chico pelinegro.

— Si... — susurró sin pensarlo — ¡Digo! No, o sea es lindo pero... — Mingi comenzó entrar en pánico, sus mejillas estaban sonrojadas a más no poder y su cara era un poema.

— Oye tranquilo, me llamo Yunho, ¿y tú? — El tal Yunho sonrió mientras pasaba uno de sus cabellos negros detrás de su oreja.

— Un placer Yunho yo soy Mingi, puedo... ¿preguntarte algo? — dijo Song sin separar la mirada de esos ojos y hipnotizantes.

— Ya lo estás haciendo — y esa risa, por dios, esa jodida risa, era escandalosa y contagiosa. Era perfecta.

— ¿Te conozco de algún lado? Tu cara me parece...

— ¿...Familiar? — completó Yun — Creí que era el único loco que pensaba eso.

— ¿acaso intentas coquetear conmigo Yunho? — dijo Mingi bromeando al ver que al otro chico se le coloreaban las mejillas de rojo.

— ¡N-no! Bueno, quizás si, ¿un poco? — Yunho era demasiado tierno.

Nunca cambiarás — pensó Mingi.

Así te gusté, te gusto y te gustaré, no te quejes gigante — le respondió en pensamientos el menor. Mingi asintió, rieron una última vez más y se sentaron juntos.
El maestro finalmente ingresó al salón y luego la clase dio inicio.

Quien pensaría que después de tantos años terminaría (re)encontrándose con aquel chico pelinegro con el que aun soñaba, porque sí, Jeong Yunho y Song Mingi estuvieron predestinados desde el momento en que nacieron y sus almas sabían que no dejarían de buscarse y estar juntos, sin importar cuantas vidas, personas o situaciones trataran de separarlos.

- misu.

Asi gente, me despido completamente de esta historia y quizás vuelva en un tiempo con una nueva historia... gracias por leer y votar. <3

¡Hey Peliceste! - YungiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora