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-¿Qué ha pasado Josephine?-yo debía de estar muy alterada para que Candy se diese cuenta de que algo pasaba.

-Estaba en el trabajo y Trevor me ha dado el día libre. Luego me lo he encontrado en los ascensores y me ha pedido que le acompañe hasta el garaje, yo lo he hecho y me ha besado-me quedé callada esperando la reacción de Candy.

-No sé qué decir Josephine, le podría acusar de acoso sexual laboral pero yo me estoy acostando contigo Jo.

-Pero nadie lo sabe, no sé qué hacer con Trevor.

Candy asintió, él era el jefe de Trevor, por lo que podría hacer algo.

-Le daré unas vacaciones para que se relaje con el asunto de su mujer, cuando vuelva veremos qué pasa.

Me quedé más tranquila y suspiré aliviada.

-¿Te quedas a cenar Josephine?-me preguntó Candy. Yo asentí encantada.

Encargó comida china y la trajeron a casa. Luego estuvimos sentados comiendo en su sofá hablando de nuestras vidas. Yo le conté mis planes de irme a Brasil, un poco sobre mi familia y le conté la relación con mi novio. Luego él me contó su vida en la universidad y cómo había llegado a ser jefe, por contactos de su padre.

-No me siento orgulloso, pero tampoco voy a negar que soy agradecido. Lo que sí hago es portarme muy bien con todos los de la oficina. Ellos saben mucho más que yo-admitió Candy.

Luego los dos brindamos con vino y me besó.

-¿Sabes Josephine? Quiero que lo hagamos en todos los sitios de mi apartamento, luego iremos a tu apartamento y lo haremos en todos los rincones. Cuando hallamos acabado iremos al coche, al gimnasio a la oficina....

Me empecé a reír y a excitar de pensar en todo el placer que iba a recibir.

-¿Empezamos ahora?-pregunté poniéndome de rodillas en el sofá.

Candy me miró deseoso y yo decidí tomar el control de la situación. Empecé a desabrochar los botones de mi camisa y luego a bajarme la falda que llevaba. Me quedé en un conjunto de sujetador y medias negros. Candy me atrajo a él y me sentó en su regazo ya duro. Empezó a besarme el escote, sacó del sujetador un pecho mío y lo empezó a besar. Luego lo desabrochó y se metió todo mi pecho en su boca. Empezó a succionar y a morder ligeramente haciendo que mi vagina se empezara a mojar notablemente. Luego hizo lo mismo con el otro hasta que me corrí.

Le miré cargada de deseo y le abrí la camisa lentamente besando sus abdominales. Le bajé los pantalones y le dejé en boxer. Luego me puse encima de él aún con las medias y empecé a restregarme contra él sin piedad.

Al minuto él me paró, me bajó las medias rajándolas y se quitó los boxers. Me sentó en su regazo y me penetró de una embestida. Yo estaba muy mojada y él lo notó. Empezé a moverme encima de él.

Acerqué mis pechos a su cara mientras me movía con fuerza haciendo que él gimiera alto contra mi oído y yo también gimiera alto. Se corrió dentro de mi llevándome con él y dejándome llena de calambres por la intensidad.

Sin dejarme recuperarme me tumbó en el sofá y me volvió a embestir haciendo el misionero. Yo aún sin recuperar del anterior orgasmo ya estaba apunto de tener otro. Rodeé su espalda con mis piernas para obligarlo a ir más adentro de mi, aunque ya era imposible.

-Más rápido-le empecé a decir aunque Candy era demasiado buen amante e iba más rápido que cualquiera de mis otras aventuras.

Candy no solo aumentó la velocidad, cosa ya imposible, su intensidad se incrementó haciéndome llegar a un completo clímax gritando su nombre lo más fuerte que pude.

-Ese sin duda ha sido el mejor orgasmo de mi puta vida-dijo.

Yo le sonreí y le besé en los labios.

-Nunca antes nadie me había follado tan bien Candy, creo que quiero esto para siempre.

Estaba realmente agotada. Candy me metió en la cama con él y nos dormimos al instante desnudos.

Por la mañana me desperté y Candy estaba a mi lado durmiendo. Recordé la manera tan salvaje de cómo habíamos tenido sexo la noche pasada y sentí que quería recompensarle. Candy era un genial amante.

Le preparé el desayuno y se lo llevé a la cama. Cuando se despertó con un hambre terrible, los dos desayunamos en la cama, todavía desnudos. De vez en cuando nos dábamos un beso.

Luego nos metimos en la ducha y Candy bromeó conmigo sobre follarme por detrás. En ese momento no me pareció tan mala idea. Pero le dije que no y preparé una sorpresa para por la noche.

Nos duchamos, tan solo le hice una paja muy buena que le dejó con ganas de más y me fui al trabajo.

Esa noche iba a preparar algo que nos llevaría a un nuevo nivel en nuestra relación de amantes.

JosephineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora