9.

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Estaba agotada por todo el sexo que estábamos teniendo. Pero me negaba a parar, Candy todavía parecía muy activo.

-Deberíamos cumplir la promesa de hacerlo en todos los lugares de la casa-dijo Candy besándome apasionadamente. Le sonreí complacida y me levanté de la cama con él. Los dos estábamos completamente desnudos.

Mientras caminábamos Candy se puso a mi espalda y me abrazó por detrás cubriendo mis pechos con sus manos. Me empezó a guiar hasta su despacho.

Entramos y me apoyó contra la mesa del escritorio. Me subí y abrí las piernas para él. Candy empezó a chuparme los pechos y a morderlos hasta que mi entrada empezó a humedecerse. Entonces me penetró.

Al principio lo hizo con una lentitud toturadora. Metía su miembro en mi interior y salía lentamente. Quería que fuese más rápido.

-Más rápido Candy-le supliqué mientras le besaba el cuello y con mis caderas intentaba incrementar el movimiento.

-¿Cuánto de rápido Josephine?-me preguntó Candy mientras seguía torturándome con su lentitud.

-Fóllame salvaje Candy-le pedí desesperada por que incrementase sus movimientos.

Entonces Candy empezó a moverse más rápido en mi interior, salía y entraba de mi a una velocidad que apenas me daba tiempo a parar de gemir. Se adentraba en lo profundo de mi cavidad, me embestía fuerte y yo empecé a gemir fuerte. Candy me acompañó gimiendo hasta que los dos nos corrimos.

- hagamoslo por detrás-le dije y me di la vuelta dándole la espalda, estaba dispuesta a hacerlo en el escritorio, ahí mismo, contra la mesa.

-mejor vayamos a mi habitación-me pareció mejor idea y los dos fuimos mientras nos besábamos. Entramos en su habitación y yo dejé que él me colocase. Entonces me puse a cuatro patas con mi culo en su dirección y lo alevé mientras dejaba mi cara junto al colchón. Candy me miró deseoso y noté cómo se ponía lubricante en su miembro para que fuese más placentero.

Empezé a notar su punta en mi entrada, el miembro de Candy era muy grande, no sabía cómo iba a hacer para metérmelo todo. Empezó lentamente a introducírmelo, me ardía un poco la zona pero me concentré en recibir su polla en mi interior. Cuando ya creía que tenía todo su miembro metido me embistió y sentí que toda su polla ahora estaba dentro. Me dolía y ardía muchísimo.

-¿te duele?- me preguntó Candy- Yo asentý y el me pregunto si quería que parase, pero me negué.

Entonces Candy empezó a moverse, las primeras embestidas me dolían demasiado, en cuanto me fui acostumbrando al tamaño de Candy a parte del dolor sentía mucho placer. En poco tiempo solo sentía placer.

Cuando Candy vio que estaba más relajada empezó a moverse más rápido y fuerte en mi interior. Se agarró de mis caderas y me movía con él mientras me penetraba. Empezó a ir más fuerte, iba muy adentro de mi y eso me encantaba. Me encantaba la fricción de nuestros cuerpos, el sonido de nuestras pieles chocar y mis gemidos con los suyos.

-Más- le pedí aunque no sabía si iba a poder soportar más. Candy ya iba muy hondo, pero me encantaba el placer que estaba sintiendo. Entonces Candy aumentó su velocidad y me embestía más profundamente, sentía que me podía partir en dos y eso solo me hacía gemir más. Candy soltaba gruñido de satisfacción y llegué al orgasmo en poco tiempo.

Candy siguió moviéndose en mi interior y me provocó un segundo orgasmo sin que me diese tiempo a recuperarme del primero. Se corrió dentro de mi y luego los dos nos tiramos en la cama. Ahora sí estaba exhausta. Me quedé dormida.

JosephineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora