un simple beso

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Capítulo 4

ERICK.

No tenía ganas de mudarme, pero a Katherine, mi novia, se le ocurrió venir a estudiar a esta horrenda ciudad. Mis padres la adoran por eso aceptaron venir. Yo no la quería, estaba con ella, porque.... La verdad no sé. Yo solo quería chicas para un rato, pasarla bien y listo, al otro día seguía con mi vida. Katherine llegó a mi vida una noche, después de una fiesta. Era una chica muy bella, y muy buena, yo no la merecía, pero sin embargo ella quería estar conmigo. Llevábamos juntos dos años, nunca logré sentir nada por ella, aunque alguna vez lo intenté. Creo que estoy condenado a esto.

Llegamos a la ciudad, y como era de esperar, cada chica se volteaba a verme cada vez que pasaba al lado de alguna, incrédulas. Íbamos a quedarnos en casa del hermano de Kathy, John.

Una mañana, después de que Kate jodió tanto, la acompañé a ver las carreras que había. Caminábamos por la vereda, ella miraba todo lo que se le cruzaba, parecía sorprendida por todo, hasta me causó ternura, hasta que tuve que tropezar con un cesto de basura, y allá fui, directo al suelo. Mientras me levantaba, oía a una chica que se reía a más no poder. En un momento me enojé, hasta que la vi: una chica de estatura media y ojos atrapantes, con la risa más bella que haya escuchado, por un momento me cautivó, hasta que volví a la realidad. Me atreví a echarle una "amenaza" con la certeza de volverla a ver.

Aprovecharíamos estos días, para reencontrarnos con Ben, el otro hermano de Katherine, por parte de padre, que estaría visitando a su abuela, doña Estela, según mi novia, era una vieja gruñona, no me daban muchas ganas de conocerla.

John se encargaría de llevarme hasta la casa de la abuela, mientras Kathy, se iba de compras o no sé qué cosa, no le presté mucha atención.

Llegamos a la casa de la doña, quien nos recibió de muy buena gana, pero para nuestra suerte, Ben, había salido con una vecina, a conocer. Como debíamos esperarlo, decidimos salir a caminar un poco. El aire se sentía libre, las calles eran muy reconfortantes, me hacía recordar a mi niñez, cuando de pronto la veo, la misma chica del otro día, la que se rió de mí. Le conté a Johnny la historia rápidamente, y se prendió en mi venganza. La chica se puso pálida apenas me vio, pero era dura, y siguió con su camino. No llego muy lejos gracias a que con John la hicimos caer. Ella no cayó en mi juego, se levantó, se sacudió, me insultó, y dio una vuelta para marcharse. No sé en qué estaba pensando, pero la agarré del brazo, y la besé. El beso fue corto, pero suficiente.

Jonathan parecía algo molesto por el hecho, y era lógico, pero no se enfadó conmigo, pero me dijo que no juegue con su hermana. Volvimos a la casa de Estela y ahí ya se encontraba Ben, y si mal no entendía, esa chica era la nueva amiga de mi cuñado, sería interesante verla seguido.

Katherine llegó más tarde, y se puso a contarnos en cómo había aprovechado su tarde. No escuché ninguna de sus palabras, por alguna extraña razón, y por primer vez, no podía dejar de pensar en una chica, en esa chica anónima, que lucí tan rebelde como tímida.

Yo sabía que debía alejarme de ella, y seguir con mi vida, en ésta mentira de amor que tenía con Kathy, un amor falso, del que todo sabíamos. No podía amarla, y no porque fuera mala persona, sino porque me condenaba mi pasado, perdí a mi hermana por un amor, y mi padre no fue el mejor ejemplo que tuve, y lamentablemente, yo no era distinto a él.

Pero que podía perder si ilusionaba a ésta chica, total en un año, yo volvería a mi casa, a mi vida, todo sería como siempre fue. No me importaba mentirle a Katherine una vez más, pero el juego era peligroso si yo llegaba a enamorarme.

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