365 Días..

salidas

Capítulo 7.

MADELEINE.

Tania se había enojado conmigo por besar a Ben, peo se le pasó cuando conoció a John, el hermano de Ben, el problema ahora, es que también le gustaba a Maia.

Ben me había contado que su hermana estaba con Erick por obligación, pero que ninguno se amaba. Sentí pena por la pobre chica, y él, bueno, me seguía causando curiosidad.

Jonathan había salido del hospital, e íbamos a ir a pasear los cuatro, Ben y yo, y él iría acompañado de Maia. Fuimos a la casa de doña Estela, golpeamos las manos y esperamos. En una habitación de arriba, pudimos ver a alguien llorando, y otra persona que iba y venía, perolas ignoramos, cuando los chicos salieron. Ben muy apuesto con un pantalón holgado azul, y una remera negra, en cambio John, más formal, con jeans y camisa, era muy apuesto a decir verdad, al parecer todos eran muy lindos en esa familia.

Salimos en el auto de John, él conducía y mi amiga era su copilota, mientras nosotros íbamos atrás. Según los planes de ellos, empezaríamos por ir a comer, ya que ellos ni habían desayunado. Después de tantas peleas, optamos por comprar comida y llevarla para comer a otro lado. Con Maia conocíamos un lugar precioso, que sin dudas era el indicado. Viajamos unos metros más, y llegamos. Un pequeño bosque a las afueras de la cuidad, que constaba de un pequeño arroyo que pasaba justo. Armamos todo cerca del agua, con unas piedras que había ahí, y los manteles y cosas que habíamos llevado nosotras.

En nuestra mesa improvisada, pusimos la comida y la bebida, una pizza, un par de sanguches, y las gaseosas. Empezamos a comer en silencio, hasta que John se tiró un eructo, y empezamos a reír. Comenzamos a charlar, a preguntarnos cosas, y por alguna razón, ellos siempre evitaban hablar de su hermana y su cuñado, por lo que entendí era un tema complicado. Ben propuso hacer un juego, pero cuando nos negamos con mi amiga, que fue lo peor que pudimos hacer, ellos nos agarraron, se miraron, se sonrieron, y nosotras allá fuimos. El agua estaba helada, a pesar que hacía calor, ellos reían a más no poder, peo luego se tiraron con nosotras.

-Aquí estoy por si sietes frío-me dijo Ben y me dio un abrazo. Estaba por besarme cuando me giró y me hizo ver a Mai besándose con su hermano. Primero no nos aguantamos la risa, pero después para dejarlos solos, salimos y empezamos a caminar, aun mojados.

Os sentamos en un tronco viejo, entre el sol y la sombra, él me miraba y llegó a intimidarme, ya que su mirada era hermosa, y como con amor.

-Me gustas Mad, lo sabes, y quiero conocerte bien, no sé qué me has hecho, pero por ti hago lo que sea-dijo y sin aviso previo, me besó. El beso empezó dulce, pero fue tomando ritmo y pasión, no podíamos parar, hasta que sentimos que nos llamaban. Nos miramos y nos sonreímos. Volvimos y los chicos ya estaban acomodando todo. Fuimos a una tienda, y los chicos nos hicieron esperar en el auto. Mai me contaba lo lindo que era John, y lo rico que besaba, pero se sentía mal por Tania, porque ambas sabíamos que le gustaba. Los chicos volvieron con un par de bolsas, y nos dieron una a cada una.

-Ahora nos frenaremos para que puedan cambiarse-dijo John.

Bajamos en una estación de servicio y fuimos al baño con Maia. Nos sorprendimos al ver unos bonitos vestidos, encima nos quedaban justo, estos chicos eran los mejores.

Salimos y los encontramos comprando. Los esperábamos afuera hasta que salieron.

-Bien, ahora vamos por el postre chicas-dijo Ben.

-Nosotros también vamos, ¿quieren que vayamos juntos?

En el auto junto al nuestro, vimos a Erick que se nos sumaba en la salida, pero lo que más nos sorprendió es que Tania iba con él.