Regreso

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Darien se despertó solo en la cama. Saciado, y escuchando el sonido de movimiento alrededor de su apartamento, no sintió la necesidad de seguir su rastro y arrastrarla de regreso, todavía. Debió haberse adormecido un poco, porque lo siguiente que supo, fue que ella llegó a su lado con pies sigilosos. Él esperaba que volviera a meterse en su abrazo o algo un poco más carnal. En cambio, Serena rozó sus labios con suavidad y se alejó antes de que pudiera despertar a su propio oso perezoso para abrir un ojo o arrastrarla a sus brazos. Después, se fue, con el suave clic de la puerta de su apartamento como un balde de agua fría para su despertar.
Se sentó bruscamente. ¿Qué demonios? Tal vez había ido a buscar algo de ropa o algo así. Hacer una llamada a su trabajo y decirles que iba a pasar el día en la cama con él. Haber ido a conseguir un poco de miel para que él pudiera lamer de su cuerpo.
Un destello de color blanco en la almohada a su lado le llamó la atención, y tomó la nota.
Querido Darien, Ayer por la noche fue magnífico, pero sé cómo te sientes sobre todas las cosas entre especies. Supongo que no debería haber tomado ventaja de eso mientras fuiste vulnerable y todavía te estaba reponiendo de tu experiencia cerca de la muerte. ¿Qué puedo decir, además que yo te deseaba como un oso desea a su miel? Pensé que era mejor irme sin una desordenada despedida. Siento los estragos que he causado en tu vida, e incluso más triste es que haya fracasado en mi tarea. Voy a darle el trabajo deprotegerte a alguien mejor, que te protegerá como tú te mereces. Gracias por hacerme hecho ver las estrellas, S.
PS. Después de una cuidadosa reflexión, tendría que decir que estoy bastante segura que mi cambiaformas conejito derrotaría a tu oso en un reto algún día.
¿Serena lo iba a dejar? ¿Después de la noche que apenas habían pasado amándose el uno al otro y en la que habían hecho cosas increíblemente sucias?
Cosas deliciosas que eran aún más adictivas que la tarta. Darien cerró la boca antes de que se le cayera la saliva.
¿Y ella pensaba que era sólo cosa de una vez?
Como el infierno.
Darien rugió mientras saltaba de la cama y pisoteaba a través de su departamento a su puerta. La abrió y cruzó la sala para golpear su puerta.
Serena abrió la puerta con una mirada sorprendida.
— ¿Darien? ¿Qué estás haciendo aquí? —Sus ojos se sacudieron de arriba abajo, cada vez mayores mientras lo dejaba pasar —Y ¿qué haces corriendo desnudo? ¿Es esto por el reto a luchar mano a mano? Ya que si querías un reto conmigo, podías esperar hasta después del trabajo. Se me está haciendo tarde.
Ni una palabra cruzó sus labios, aunque lo hizo gruñir mientras la agarraba y la echaba sobre su hombro. Cerró su puerta antes de acechar a su apartamento. Una vez dentro de su casa, cerró su puertatambién. La dejó sobre sus pies, haciendo caso omiso de su boca abierta. Volviendo a su puerta, echó el cerrojo, y luego, por añadidura, tiró la llave de inmediato.
Con la misión lograda, él se giró de
nuevo a su cara. Ella lo miraba de arriba abajo, con los ojos muy abiertos.
—Oh, Dios mío. Te has vuelto loco. ¿Te golpeaste la cabeza durante la pelea con los chicos malos? ¿O fue demasiado tarde? ¿Empezaron a experimentar contigo antes de que salvara tu peludo trasero?
—Te fuiste. —La acusó.
Su nariz se arrugó y a él le resultó adorable, lo que reforzaba su afirmación de que se había vuelto loco.
—Bueno, sí, me fui. Pensé que eso era lo que querías.
—No. Sí. Ya no es así. No fue así como había planeado esta mañana para nada.
—Bien. —Dijo ella lentamente. — ¿Y cómo se supone que iría esta mañana?
—Se suponía que me despertarías frotando tu trasero contra mi pene. Yo te habría empujado lejos porque soy un oso y necesito dormir mucho. Tú me habrías ignorado como siempre lo haces, y habrías agarrado mi pene para acariciarlo. Me habría dado cuenta de que podía dormir más tarde y te hubiera girado boca arriba y me hubiera hundido en ti. Después, habríamos quedado colmados. Tú habrías encontrado un impulso insaciable para darme con él en la cabeza. Eso me hubiera gustado, por lo tanto te hubiera recogido y girado sobre mi pene para una segunda ronda. —Darien alcanzó a decir eso con una cara seria, pero la primera parte lo de un pene duro como roca, lo que le sorprendió. Nunca hablaba sucio. Una prueba más de que ella sólo le había hecho perder la cabeza.
Serena lo miró con incredulidad yluego se echó a reír.
—Veo que has puesto un montón de mente en esto. Entonces, ¿Me estás diciendo que quieres hacerlo por última vez? Bien, podemos tener un rapidito, pero luego tengo que irme a trabajar.
—Quiero algo más que un rapidito.
—Bien, me has perdido totalmente. Pensé que estarías feliz de que me fuera antes de que tuviéramos que luchar con lo que me dijiste que esto no funcionaría.
Porque la desconsiderada de mí habría dicho entonces que sí podría, después me habrías gritado que era una conejita pegajosa. Así que hubiera llorado y te hubiera dicho que tú eras un duende grande antes de irme a mi casa a comer un poco de pastel de zanahoria.
— ¿Tienes pastel de zanahoria? —Su estómago rugió.
—Siempre tengo pastel de zanahoria con glaseado de queso crema, pero estás cambiando el tema.
—Tú te fuiste.
Ella sonrió.
— ¿Ayudaría si te dijera que no quería hacerlo?
Él gruñó.
—Esto no es divertido. ¿Por qué no se te ocurre hacer lo que se supone que debes hacer?
Un brillo travieso entró con sus ojos mientras ella desfilaba hacia él, y él se daba cuenta por primera vez de lo que ella llevaba. Su camisa. Ella podría haber planeado decir algo más. Rayos, podría haber estado a punto de darle la mamada que quería. No le importaba. La visión de ella con su ropa, colgando, despertó algo primitivo en él.
No le pidió permiso. Ni siquiera le dio un aviso. Simplemente la agarró y la besó. La besó con fuerza, con toda la urgencia a través de su cuerpo, impregnando sus brazos con las cosas que no le podía decir, pero que sentía. Con la pasión que sólo ella podía inspirarle.
Ella le devolvió el beso igual defervientemente, pero él necesitaba más que un sabor de sus labios. Necesitaba reclamarla, directo en ese instante. Girando a su alrededor, él puso una mano en su espalda y bajó de la parte superior de su cuerpo hacia adelante hasta que llegó a su centro. Con el aroma de su excitación perfumando el aire, ella agarró la parte de atrás del sofá, empujando su trasero contra él.
Dulce Osa, no llevaba ropa interior debajo de su camisa. Su sexo rosado brilló ya húmedo y listo para él. Darien no perdió el tiempo, enterrándose hasta el cuello en su canal de terciopelo, afirmándola con su cuerpo en lugar de con las palabras. Y lo tomó, meciendo sus nalgas contra él, tomándolo más profundo, con su lamento como el sonido más dulce.

Fue rápido, furioso y glorioso. Con la necesidad de los juegos previos innecesaria, ya que su lujuria por el otro lo compensaba. Era un placer tan adictivo, que no quería perderlo nunca. Y más especialmente nunca compartirlo.
Cuando él se vino en una racha caliente que bañó su seno, la movió a la parte superior de su cuerpo y hundió la cara contra su cuello. Entonces hizo algo de lo que había oído hablar, algo primitivo, pero que parecía tan correcto.
La mordió.
No lo suficiente como para tomar un pedazo, sino con la presión suficiente como para romper su piel y dejar una impresión de sus dientes en su nuca.
Marcándola en el estilo antiguo.
Y ella se dio cuenta.
— ¿Qué demonios acabas de hacer?— Chilló azotándose y llevando una mano a su cuello.
—Nada.
Sus ojos se estrecharon.
— ¡Darien!
— ¿Creerías que te di un muy entusiasta chupetón?
Por un momento, él pensó que ella le preguntaría más, pero como de costumbre, no hizo lo que esperaba. En cambio, se echó a reír.
— ¿Cómo se me ocurrió pensar en ti como alguien formal y correcto? Eres un oso travieso, travieso, y si no tuviera que ir a trabajar, me quedaría y te haría darte cuenta de lo sucia que puedo llegar a ser.
—Entonces, quédate. Voy a hacer que valga la pena. —Él movió las cejas y ella se rió más fuerte. No entendía qué era lo que había hecho su risa tan adictiva, pero disfrutaba mucho de la atención.
— ¿Puedes mantener ese pensamiento para más tarde? Es decir, si me quieres de vuelta más tarde. ¿O es aquí donde finalmente me das una charla y me encuentro
con un labio tembloroso tratando de ser valiente?
—Nunca me dejarás vivir por el hecho de que pienso que los osos no deben mezclarse con los conejos, ¿verdad?
Ella se golpeó la barbilla.
—No, probablemente no. Puedes pegarme por ello más tarde.
Oh, sí, pero primero, él tenía que hacer una visita a las oficinas de la CUP.
Alguien tenía que darle un poco más de explicaciones. Y quería el material original de las cámaras de observación de su casa. Darien no iba a compartir su video sexual con cualquier persona, bien, a excepción de Serena. Verlos con ella probablemente daría lugar a alguna diversión compartida.

EL OSO Y LA CONEJITA (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora