Loba en piel de cordero.

En el rin me siento viva.

Narra Loan.

Se fueron en dirección a la cocina y la verdad... me entró muchísima curiosidad, así que sigilosamente me acerqué a ver de que hablaban, sentía culpabilidad... pero no pude evitarlo, me escondí tras la puerta, dónde podía escuchar todo con claridad aún estando fuera de su campo de visión.

Narra Lyla.

Ya en la cocina Ryan me miraba con una gran sonrisa. No entendía nada, teniendo en cuenta que momentos antes me había estado echando la bronca por querer pelear esta noche, hice un gesto con mi cabeza, indicándole que hablara.

-Entonces... ¿se cancela lo de esta noche?- preguntó con una gran sonrisa.

-¿Que?- fue la única palabra que pronuncié en ese momento.

-Oh vamos cariño... sé que sólo querías pelear para no tener que aguantar la horrible voz chillona de esa chica, y no te culpo, me sangraban las orejas y solo me habló unos minutos.- dijo haciendo una mueca de desagrado.

-Que se haya ido no cambia nada.- solté molesta.- creía que me apoyabais en esto. Casi pareces Adam.- mi corazón se contrajo de solo pronunciar su nombre.

-Tu lo has dicho, te apoyabamos, en pasado.- mi ceño se frunció ligeramente.- después de lo que ocurrió en la última pelea... cariño, te queremos, pero tenemos miedo de perderte, ahí no hay reglas, ese es el problema.- resoplé con fuerza.

-No os quejáis tanto cuándo os hago ganar unos cuantos miles.- espeté molesta.- Creí que podía contar contigo.- dije con desilusión.

-Cariño... no hables así, sabes que no se trata de dinero.- ahora era el quien sonaba triste.- ¡Joder! Tenemos miedo, ¿vale?- dijo frotándose la cara con las palmas de sus manos.

-Algún día entenderás, que estar vivo y seguir respirando, no es lo mismo.- dije de forma pausada.- En mi día a día... sólo respiro.- suspiré.- Pero es en el rin dónde me siento viva.- en su cara pude ver el dolor.

-Tienes que superar eso.- su voz era firme.- no puedes estar atada al dolor de tu pasado, sé que fue y es duro, pero nos tienes a nosotros.- tomó mi mano cuidadosamente.- No fue tu culpa...- su voz salió como un susurro.- No escuches a quienes dicen eso... tu fuiste la víctima, no el verdugo.- negué con la cabeza y mis ojos se cristalizaron.

-¡NO, NO Y NO! TODO...todo fue culpa mía.- mi voz perdía fuerza a medida que hablaba.- todos lo decían... fue mi culpa, yo debí morir y no ella.- Ryan me abrazó con fuerza.

-¡Para! Deja de decir eso, fue ella, ¡maldita sea! ¡Fueron ellos quién te rompieron! Tu... sólo eras una niña... tu... no debiste vivir y ver tales cosas. Así que para con eso.- sonaba dolido, frustrado, mientras me apretaba con fuerza.

-Ella decía... que era mi culpa Ryan, que él nos dejó por mi culpa, que nadie podía quererme.- sollocé contra su pecho.- Y luego Edward...- Me calló con un beso en la frente.

-Para pequeña, no te hagas más daño, ellos fueron basura. Vamos... te invito a un helado.- negué con la cabeza.