La muerte solo es el umbral de una nueva vida. El fin es solo el principio. Si confías en lo que crees, tu alma nunca morirá.
Después de un trágico accidente, una joven futura madre se despierta y descubre que tanto ella como su hijo por nacer se h...
Había pasado ya un mes desde el nacimiento de Tim, y las cosas para Amy eran bastante diferentes. Cuando le presentó al resto de Merryvillage a su hijo, varios Pokemon se habían encariñado con el pequeño.
Como ella había esperado, Sirden y Kate fueron buenos amigos para Tim. El primer día que se conocieron, prometieron ser amigos de por vida. Esto le encantó a Amy pues, días después de que Tim aprendió a moverse sobre cuatro patas, pudo ver a los pequeños jugar al pilla-pilla y a las escondidas como buenos amigos.
Había otro punto que tratar sobre la vida de Amy: Fury. El Flareon se había mostrado tan amable con ella, que le parecía alguien tan bueno con el que pasar el resto de su vida. Una noche, mientras Tim ya se había ido a dormir; ella estaba a punto de decirle algo, cuando Fury le comentó:
"Sabes Amy, estoy feliz por el crecimiento de Tim" dijo, "Aunque sabes que no soy su padre, creo que es hora de que él vaya a la escuela"
Amy se quedó un momento pensando, recordaba que cuando ella era humana también debía ir a la escuela. Pero esta vez su ella y su hijo eran totalmente diferentes a como ella habría pensado alguna vez. ¿Sería bueno que Tim fuera a la escuela? Recordó que Aura dijo que el director era muy amable, al igual que lo era ella.
"Si realmente lo crees, entonces estoy de acuerdo" respondió Amy.
"Bueno, mañana tengo el día libre. Así que, si quieres, lo acompañaremos ambos a la escuela"
"Gracias, Fury. De verdad"
"Una cosa más, sabes que me gustas. Por eso, quisiera saber si...tu..."
Amy miró al Flareon, parecía que estaba muy nervioso, aunque ella creía saber de qué iba todo eso.
"Fury, no te preocupes, solo dímelo. Supongo que es lo que yo imagino" le dijo ella tranquilamente.
"Está bien, quiero preguntarte si..." él deslizó una pequeña caja a los pies de Amy y lo abrió. Dentro había un bonito collar dorado con pequeñas gemas blancas, "¿quieres ser mi esposa?"
"Yo..." Amy lo miró: él era Pokemon, ella humana. Obviamente no eran el 'tipo' correcto, pero desde que llegó allí había sido su mejor amigo, su protector, y un padre para Tim. Suspiró antes de tomar su decisión.
"Lo haré" dijo Amy. Fury la miró, parecía que iba a llorar de felicidad. Escucharon un pequeño ruido a sus espaldas, era del pequeño Tim, quien se había despertado de la nada.
"Viva, viva, ¡viva!" gritó de felicidad el pequeño, "¡Tengo papi!"
"Muy bien travieso" dijo Amy, agarrando a su hijo por el cuello con su boca, "podrás celebrar mañana, porque también irás a la escuela"
"Gracias, mamá" dijo Tim, cuando Amy lo dejó en su cama "te agradezco que estemos todos juntos aquí"
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Las palabras de Tim hicieron llorar de felicidad a Amy, ella se sentía ahora en casa. Todo lo que fue lo que ella vivió desde entonces, era la vida de un Pokemon, pero no le importaba, pues tuvo amigos que la apoyaron en todo momento, y a su hijo, el que casi perdió una vez, vivo y alegre de vivir ese y varios días más en un hogar como ningún otro...
