Parte 4 - Cambiando prendas

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Cambiando prendas

El día siguiente, sintiéndome bien de la visita de mi amiga, me desperté un poco más animado. Reestructuré un poco mis expectativas de todo este proceso y me preparé para empezar mi día. Tengo que ir a hacer unos ajustes donde estaban los servidores principales de donde trabajo, debido a que siento que mis cambios se están volviendo cada vez más aparentes, ahora ya hago parte de mi trabajo desde casa e ir a la oficina cuando se ocupe o haya alguna junta. Como este cambio ocupaba de mi presencia entonces no tengo de otra que asistir a mi trabajo y verificar que todo esté bien aparte cualquier distracción es buena.

Me baño, lavo los dientes y preparo mi ropa para el día, lo mejor que pueda hacer para ir escondiendo lo más que pueda. Saco un pantalón de mezclilla obscuro, camisa y un sueter para aprovechar el clima fresco al igual que los vendajes y la camisa de compresión. Estos últimos días mi región pélvica ha estado muy sensible por lo cual tendré que usar calzones más flojos, espero que eso me ayude a tolerar esta sensación.

Después de hacer todos los rituales para alistarme y salir de mi departamento, al estar bajando por las escaleras para llegar al estacionamiento, el movimiento de los pantalones junto con los calzones ya me estaban provocando una sensación que no había sentido antes, me incomodaba la fricción que la tela estaba ocasionando a mis nuevos labios y debido a que los calzones me quedaban cada vez más justos gracias al tamaño de mi cadera y nalgas hasta sentía cómo se metía entre ellos, por cada paso que ahora daba incrementaba una sensación incómoda, volteaba a mi alrededor para ver si había alguien para aprovechar a acomodarme el calzón y tratar de sacar lo que sentía entre los labios, recuerdo cómo antes era incómodo tener una erección y caminar por la calle pero esta sensación es mucho más incómoda ya que por cada paso que daba se incrementaba cada vez más esta sensación incómoda.

Pero esta vez no lo lograba, pero por lo más que trataba de acomodarlo a los pocos pasos regresaba esa sensación incómoda. Por lo más raro que esto sonaba, ahora tendré que dejar de usar este tipo calzones. No había considerado que hasta éstos representarían una molestia para mi, me han fallado también. Regreso a mi departamento para usar mejor boxers.

Al estar llegando al piso de mi departamento, veo pasar una vecina que tenía tiempo sin ver desde que empecé a notar mis cambios, temiendo que me diga algo, trato de no voltear a verla pero veo que ella sólo sonrió al cruzar nuestra mirada ni dijo algo cuando pasó alado de mi, ¿será que ya no me reconoció?, ¿ya tan diferente me veo?, ¿o quizás mi cara incómoda hizo que no quiera entablar una conversación?... no sé qué sea la razón, según yo aún tengo alguna semejanza a mi antiguo yo y ando cuidándome para pertenecer lo más que pueda con mi atuendo... pero no sé qué puede implicar que no me habló.

Pero no hay mucho tiempo para pensar en eso, ocupo quitarme este calzón que ya me molestaba para seguir con mi día. Entro a mi departamento, me quito mi pantalón y seguido por mi calzón... libertad al fin.

Al caminar hacia mi ropero, doy un vistazo en el espejo para ver si había alguna irritación o algo diferente que haya provocado tanta fricción. Mi micropene cada vez era más chico pero mi atención ya se centraba en mis labios que ya se asemejaban completamente a los de una vulva.

La vista me recordó de aquella vez que me acosté con una chica que para mi sorpresa tenía un clítoris bastante largo, aquella vista fue lo suficiente para quitarme los ánimos para tener sexo con ella, ahora que ando viendo cómo mi micropene ahora está entre estos labios, me pongo a pensar si a lo mejor aquella chica me puso alguna maldición y es lo que me está provocando todo esto.

Bueno, no está tan disparada mi idea, pero al seguir viéndome mi curiosidad me ganó al explorar un poco su desarrollo y, para mi sorpresa, me dio una extraña sensación placentera al estar tocándome. Temiendo lo que esto implicaba mejor regreso a lo regresé a la casa.

Mi transición | TGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora