Cenizas De Un Lucero

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Todos se atraganta ron con el pesado almigar del tiempo, ichigo rugio como portador de una desgracia inminente y pronto sus carnes fueron prese tes de ello, no tuvieron de otra más que escapar en sus diferentes mundos, era tan aterrador, era tan denso, era como si sus ojos expresasen tu epitafio de muerte agonizante e incinerante.
No había nada que pudieran hacer con el, era muerte en abundancia y era un niño conocido que ablandó el corazón de ambos hace ya tiempo.

¿Cómo enfrentarse al monstruo que contenía los restos del alma que les abrió los ojos?

Más que nada fueron incapaces de desgarrar la carne que fue de ichigo, lastimar la esencia de su fuego interno. Era todo culpa, una que se cernía sobre sus gargantas oprimiendo las. Ellos lo dejaron a su suerte, a morir.

Y el lo sabía demasiado bien.

Los demás al oír la noticia se atraganta ron, tales palabras, el peso en ellas y más importante, el sabor triste y amargo en ellas.

Ichigo había sucumbido a sus instintos, no sabían de qué era capaz.
Solo se sabía que se guiará por instintos de sangre, hambre y malicia. Había quedado más que claro su deseo por ver a otros sufrir por venganza, como se deleitó y si ya no habían límites en su mente humana, seguramente ahora sin remordimientos lo haría por placer, jugando con sus presas, con almas conocidas, con añejos del alma.
A yoruichi le aterra a esa idea, imaginar como evoluciona a por odio a un vastolorde y como se disponia a ir tras ellos, para desollarlos, quemarlos, hacerlos llorar del horror y sucumbir al escozor de una plegaria.

Rukia no paro de llorar, la orgullosa kuchiki se rompió ante el recuerdo de una alma que su corazón anhelo más que nada.

Orihime, ausente, soltó una solitaria lagrima ante la tristeza de el sentimiento vacío que ahora ichigo poseía en su hueco.

Uryu sintió como si su hermano hubiera caído, sucumbido a la oscuridad que era el igual a la muerte, no se sintió traicionado, se sintió impotente.

Chad, permaneció en silencio con un sentimiento escalando en su corazón y quemandolo de dolor, su amigo, su hermano, su compañero de batallas... ¿Este era el final?

Urahara sintió como si hubiera perdido a un hijo, como si hubiese fallado, realmente si lo hizo...

Nadie tenía derecho a decir "Ichigo, fuiste débil, no es culpa mía"

El. Se esforzó tanto hasta quebrarse, incluso isshin se los dijo.
El se forzó y regalando pedazo de su alma, se quedó sin una y se carcomio en el sentimiento de la rabia y egoísmo.

Y aún así no se atrevían a declararlo egoísta.

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