Capitulo 11: El beso y la pijama de zanahorias
JULES
Livi y yo terminamos de arreglar todo aquello que se encontraba fuera de su lugar en la sala de autopsia, yo recogí las muestras que nos fueron necesarias (ya que a Livi le daba muchísimo asco acercarse demasiado al cadáver de este hombre). Ella aplicó el manto de invisibilidad sobre mi y salimos hacia el corredor. Estábamos parados en medio del pasillo desolado de la morgue a las 3:00am de la madrugada . Tan cerca el uno del otro que era capaz de oler el perfume que emanaba de ella constantemente, naranjas con un toque de romero y al final algo de pintura. Podía escuchar perfectamente el sonido de su respiración y sus latidos un poco acelerados como los míos. Nos miramos por unos cuantos segundos , como si algo más fuerte nos hubiera unido desde aquel momento donde yo había irrumpido en su habitación para abrazarla hasta que durmiera.
Desde el pasillo apareció la Sra. Lamber, era la encargada de llevar el papeleo de los residentes de la academia , ella resolvía el que los residentes de patología recibiéramos cuerpos que examinar. Me pareció muy extraño el verla en esa parte del hospital, pues no era exactamente su zona de trabajo. Ella trabajaba en en el área de psiquiatría, balanceándose entre la oficina de papeleo estudiantil y las emergencias psiquiátricas, ambas residencias quedaban en el mismo piso, el ultimo en todo el Hope Hospital. Lamber entró en la sala y cerró la puerta con cerrojo y durante un rato considerablemente largo, Livi y yo esperamos en silencio para ver lo que pasaba. mientras nos tomábamos de las manos fuertemente. Lamber salió de la sala arreglándose la cofia, mientras que con un pañuelo se limpiaba el liquido escarlata que le caía por el labio, cuidando siempre que nadie la viera.
-Los cuerpos de las fotos que te enviaron estaban muy pálidos, podría haber sido porque les drenaron la sangre, no porque hallan sido arrojados al mar ¿No crees?- Susurro Livi en mi oído, me di cuenta de que estaba flotando un poco para llegar hasta mi altura
-Si, es justamente mi teoría, estas aprendiendo- Susurré de vuelta
Una vez que Lamber se había alejado y entrado en el ascensor, Livi y yo ingresamos en la sala de nuevo para poder contabilizar los daños. El cadáver estaba tan pálido como los encontrados en la playa, aunque visiblemente, por más que buscaras no se veían las marcas de los colmillos.
-Las marcas que buscas están en la muñeca- Dijo apartando su vista- Le colocó un hechizo para que nadie pueda verlas, pero yo si las veo, las veo perfectamente- tapé el cadáver y salimos al pasillo, de nuevo.
-Entonces, en resumen, los matan de maneras diversa, los marcan como ganado para que podamos entender que fueron ellos y todos tienen el vinculo de pertenecer a la misma manada, la cual se desintegró hace muchos años
-La misma manada que había acabado con Rooda, según tenemos entendido
-Lo que realmente me preocupa es que la manada esta casi exterminada, solo faltan mi madre y el tío Argo. El ministerio debe hacer algo, no solo por el hecho de que es mi madre la que está en peligro, sino también, porque, políticamente hablando, no deberían dejar que el representante de los licantropos muera, el desastre que se hará para elegir a uno nuevo será de gran magnitud. Y no dudo que haya menos de diez muertos, así ocurrió la ultima vez, es como una especie de juegos del hambre versión licantropa
-Aún no puedo creer que no le prestaran atención a la opinión y testimonio de Sierra. El ministerio depende mucho más de las banshees de lo que realmente creen, si no ¿Como harían para prevenir las catástrofes del mundo sobrenatural?, ellos me estresan- Livi tomó mi mano, yo sabia lo que esto significaba, así que cerré mis ojos y de un segundo a otro nos encontrábamos en la fuente del parque cercano a la casa
-¿Por qué en el parque?- Pregunté, hacia mucho frió, ella se frotaba los brazos, por lo que decidí quitarme el suéter y dárselo
-Tu suéter huele bien... Yo, quería caminar contigo, hace tiempo que no lo hacemos...
-Pensé que no te agradaba el olor a cigarro, pensé en dejarlo y eso...- Dije sacando y encendiendo un cigarro
-Me he acostumbrado, no deberías cambiar lo que haces solo para agradarme, ya me gustas... tu forma de ser...
Pasamos todo el camino a casa callados, al llegar toda la casa tenia el silencio de la madrugada y todas las luces estaban apagadas, mamá se había ido a dormir hacia ya un rato, cuando Livi, por medio de su telepatía, le había hecho saber que estaríamos bien. Cada uno se fue hasta su habitación en completo silencio. Pero por más que traté de dormir no era capaz de conciliar el sueño. Así que decidí hacer algo que me ayudaba recientemente a dormir. Caminé descalzo hasta su puerta, suavemente toqué tres veces y solo entré, como había hecho tan solo unos días antes. Levanté las sábanas y metí con cuidado debajo de estas, Livia giró a verme una vez que recargué mi cabeza en la almohada, al parecer ella llevaba despierta el mismo tiempo que yo.
Ella apoyó su cabeza justo frente a la mía, nos encontramos mirándonos fijamente el uno al otro, tomé su mano, y por impulso irracional, la llevé hasta mis labios para besar cada uno de sus finos deditos, tan delicados y artísticos como lo era ella en general. Se sorprendió pues sus ojos castaños se abrieron al momento en que lo hice, ella se apegó más a mi, hasta que ambos terminamos abrazados. Acariciaba su cabello y no pude evitar reírme al ver su pijama de zanahorias favorito. No entendía completamente que había sido lo que se había apoderado de mi, creo que, quizás, pudo ser mi alma despertándose de un frió sueño para suprimir mi parte científica que dominaba en su momento, quizás incluso pudo ser como con los Sims, pudo ser una acción automática de mi subconsciente que me vi obligado a cumplir.
La estaba besando. Ella me besaba. Podía sentirla conmigo, podía notar el fuerte lazo que nos unía traspasando otro nivel, ahora sentía que nunca seria suficiente de ella para mi. Por fin entendía lo que significaba el verdadero querer platónico. Aquel del que nunca te cansarás, aquel que nunca dejará de ser suficiente. Ese amor que te impulsa a obsesionarte con saber más de aquella persona que había llegado tan lejos como para dejar una huella, un rastro, en tu alma. Era ese amor al saber, al sentir, al espíritu, era el amor de dos almas dedicadas al saber.
Livia pasaba su manito por los rizos de mi cabello cada vez más alborotados, mientras torpe y deseperadamente yo buscaba sentir la piel de su espalda cálida. Todo era tan hipnotizante, era el sentir que necesitaba ahogarme en ella. Sus dedos eran como pinceles que me detallaban desde el mas misero detalle, sus cabellos eran como hilos que me mantenían con ella. Y el único testigo que teníamos resultaba ser el famoso pijama de zanahorias que se encontraba siendo vilmente ignorado desde la alfombra.
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Witchblood (Editando)
FantasyToda su vida Olivia Green ha convencido a todos de ser una chica común y corriente, de bajo perfil, con una vida normal, amigos normales, nada que una chica de su edad no desee. Pero ella oculta algo, como todos los demás. Es una Veela, una bruja bl...