Viaje 5.5 El Poder Que VA Más Allá De Lo Normal

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Presente: Noviembre de 1492 E. c. Villeda, distrito de Riguel.

Sobre un mantel grueso de color café oscuro se extiende una cantidad miscelánea de cosas aparentemente innecesarias e interesantes. De entre todo lo que allí se expone hay un artículo en especial que llama la atención del niño. Señalando tímidamente con el dedo Amit pregunta curioso.

Amit: ¿Qué es eso Señor Pichirilo?

Pichirilo: Esto amiguito, es una ocarina. ¿Te gusta?

Yan: ¡Hey! ¡Todavía te estoy hablando!

El hermano mayor todavía está disgustado por la acción de esta mañana de su amigo el comerciante. Yan sigue interrogándole en el porqué de haberse ido sin avisar.

A: ¿Y para qué sirve?

P: ¡Con ella podrás crear música!

A: ¿Crear música?...

Sus ojos se iluminan al pensar en la idea y su mente comienza a fabricar las múltiples posibilidades de lo que se supone que conlleva crear música. Sorprendido exclama.

A: ¡Cómpramela hermano!

Y: ¿Cuánto?

P: 20 piezas de plata.

Y: Es muy caro, bájale.

P: ¡Es una ganga!

Y: ¡Para ti seguramente! ¡Te doy 5 piezas!

P: Esta bien, me despojare de mis principios para complacer a mi público...

Como si lo hubiera ensayado de antemano dice con todo teatral.

P: Por ser mi amigo del alma te lo dejaré... ¡a 19 piezas!

Y: ¡Debe ser una broma!

Mientras regatea con Pichirilo, tres soldados de Villeda se acercan con brusquedad e irrumpen el comercio de Pichirilo.

Soldado: Oiga, el hombre barbón.

Pichirilo: ¿A quién le llama barbón?

Yan: Pues a mí, creo que no.

Con cara de pocos amigos, el uniformado se pone frente a él y le contesta seriamente.

Soldado: Te hablo a ti. ¿Qué, estas sordo?... Dime, ¿tienes permiso para vender aquí?

Pichirilo: ¿Permiso? ¡Yo nunca he necesitado permiso para vender mis productos! Esto es comercio legal.

S: Cualquiera que quiera vender necesita hablar antes con la administración. Son nuestras leyes. Aquí necesitas licencia para comerciar.

P: ¿Con quién tengo que hablar para que me den permiso?

S: Con el juez en turno. Recoge tus cosas, tendrás que acompáñenos.

Indignado, el comerciante agita la prenda de vestir de su camisa sobre su pecho y con elevada voz reclama.

P: ¡¿Ahora se necesita permiso para trabajar?! ¡¿Qué ley injusta es esa?! ¡¿Adónde vamos a parar con todo esto?!

De mala gana, Pichirilo recoge sus cosas y encarga su cuidado a Yan, quien le asegura que así lo hará. Además, el comerciante lo tranquiliza al decirle que lo espere en la residencia hasta que arregle sus asuntos con el gobierno. Una pequeña garantía de que volverá.

Posteriormente de llevar la carreta llena de cosas al hospedaje, él ata los animales y les da de comer. Después a ellos les apetece dar un rodeo por la ciudad, conocerla mejor y aprovechar para comprar algo de comer. Aquí son muy famosas las tortillas de harina de trigo, en algunos comercios las sirven con carne de oveja. Dicen que son muy ricas; ellos lo comprobarán.

El gran viaje a Nueva MombasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora