Viaje 4.5 El Hombre Que Tenia A Una Bestia Como Mascota

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Presente: Noviembre de 1492 E. C. Osawa, prefectura de Yuan. Sótano.

El mensajero lleva varios días escondido en este insípido lugar. Eso explica la cantidad de basura y desperdicios de comidas que hay regada en todas partes. Kiyoshi le explica al mensajero con detenimiento lo que sucedió. Cuando finaliza lo toma con familiaridad y lo acerca a su hermana. Dándole unos golpecitos en su espalda dice risueño.

Kiyoshi: Te presento a mi buen amigo "el mensajero"

Inclinándose levemente, ella se presenta diciendo.

Nue: Mucho gusto señor, mi nombre es Nue Fan y somos guardianes del emperador de Yuan. Hemos sido enviados por su majestad el emperador para velar por su seguridad y escoltarlo hacia la capital. Por favor, haga todo lo que le digamos, su bienestar y el mensaje que lleva es muy importante. Haremos lo posible para llevarlo con bien a Yuan. ¿Necesita algo? ¿Está usted bien?

Mensajero: (frustrado) ¡NO, no lo estoy! ... (caminando en círculos) Intento hacer mi trabajo y, y, ¡y ahora quieren matarme! ¡Este es el peor trabajo del mundo!

Poniendo el brazo alrededor de la nuca del mensajero, Kiyoshi trata de tranquilizarlo.

K: Tranquilo amigo, nosotros te protegeremos. Nada te pasará. Nosotros somos fuertes. (pose) ¡Somos los mejores!

N: Kiyoshi ¿cómo me has encontrado? ¿Cómo supiste del paradero del mensajero?

K: La señora del pan me lo dijo ¡Y qué buen pan hace!

N: ...??

K: La señora que tiene una panadería en la superficie, ella escondió al mensajero aquí. Todo este tiempo ella lo ha estado alimentando ¿verdad, amigo?

Se sienta sobre la cama y desganado contesta.

M: Sí, ella ha sido muy buena conmigo. Cuando le suplique que me ayudara, ella me trajo aquí para que no me encontraran.

K: Antes de empezar con la búsqueda me dio hambre y, ya sabes.

N: Te pusiste a comer ¿cierto?

K: (encoge los hombros) No puedo pensar con el estomago vacio. Bueno, el caso es que, la que me atendió fue precisamente la señora del pan. Por cierto, se llama Erika, nos llevamos muy bien porque ella dice que tiene un nieto que se parece mucho a mí y eso llevó a que le contara sobre aquella vez que fuimos con nuestro padre al lago, ese día soleado que no llevaba ropa interior y...

N: No me interesa eso. Sigue con lo que estabas antes.

K: Paciencia hermanita, no te enojes.

Despreocupado, él hace a un lado algunas cosas antes de deslizar suavemente su espalda sobre la pared para dejarse caer y sentarse al estilo Juanés.

K: Después de enseñarle el retrato del mensajero, ella lo identificó de inmediato. Aunque al principio desconfió de mí, le aseguré que veníamos de Yuan y que somos guardianes del emperador. Así, después de más plática, accedió a ayudarme. Me reveló que unos hombres del extranjero lo seguían y desesperadamente él le pidió asilo. Ella lo mantuvo a salvo en este lugar llevándole alimento y ropa.

M: ¡Pero no he podido darme un baño! ¡Ya me quiero ir de aquí!

En imitación a su hermano, ella hace lo mismo y se sienta en el suelo dejando reposar su espalda sobre la pared.

N: ¿Y qué hay de la mina abandonada? ¿Cómo supiste dónde estaba?

K: Le pregunte a Erika sobre los hombres que lo seguían, y me comentó sobre la minería abandonada. Ella insinuó que los responsables eran ellos, así que decidí ir a investigar y me encontré en que estabas en aprietos. Ese era el momento de demostrar mi coraje y valentía como futuro guardián. (haciendo gestos con las manos) Tome mi arco y le di a uno y a otro y a otro. Aunque superado en número, hice uso de mis habilidades sobrehumanas y les arrojé una bomba de humo ¡Buum! ¡Fue increíble! Dime hermana, ¿Qué se siente haber sido salvada por tu hermano? Soy genial ¿verdad?

El gran viaje a Nueva MombasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora