11 - Si fuera la última vez

10.8K 2.5K 435
                                    

Son las nueve cuando salgo de bañarme. Cuando entro a mi cuarto me llevo un gran susto al ver a Jimin ahí sentando en mi cama, solo y en silencio. Es como si mis pensamientos se materializaran de la nada.

- Por Dios, Jimin. Me has asustado. ¿Qué haces aquí? 

- Llegué antes y tu papá me dejó pasar. - explica. 

- Ah. Bueno, me cambiaré y luego nos vamos. 

- Claro. - responde. Está algo callado. Eso no es normal en él. Jimin siempre está sonriendo o bromeando con algo y ahora sin embargo está demasiado serio. 

- ¿Todo bien? - pregunto. 

- Sip. - dice - Veo que...ya tienes todo listo para irte. - señala mi equipaje. 

- Sí, solo me falta guardar algunas cosas. 

- ¿Mañana quieres hacer algo especial antes de que te vayas? 

- No sé, papá me propuso ir a comer o algo de eso. Yo te aviso. - le respondo mientras busco que ponerme entre la ropa que ya guardé.

- Está bien. - dice y luego se vuelve a quedar callado. 

Sé que soné como un desinteresado total pero no sé de qué otra forma actuar sin exponerme. 

No hablamos mucho más de ninguna otra cosa. Cuando termino de vestirme y peinarme, agarro mis cosas y nos vamos. 

Los chicos ya están allá cuando llegamos al bar. 

- Oigan, ¿por qué traen esa cara los dos? - nos regaña Taehyung. Aparentemente ninguno de los dos entró con la actitud con la se supone debíamos entrar. 

- Casancio. - me excuso yo. Jimin no dice nada. 

Lo primero que hago es beber. Lo necesito. Taehyung pide tragos para todos y le pone onda a la noche. Su entusiasmo es contagioso y lo agradezco, porque sino no sé cómo hacer para fingir que estoy feliz.

Nos ponemos a bailar en ronda en la pista de baile. Noto que este lugar está lleno de chicos más grandes, de veintipico quizás. Probablemente universitarios, pero seguro hay unos cuantos adolescentes infiltrados como nosotros también. Es el primer bar gay al que voy pero no me parece muy distinto a los que suelo asistir normalmente en Seúl.

Salvo por las miradas que siento sobre mí y nosotros en general por parte de otros chicos. 

Namjoon sostiene de la cintura a Seokjin. Sabe bien mostrarles a los demás que su novio no está disponible para nadie más. 

Taehyung está fascinado con la atención que recibe y ya lo veo mirando a su alrededor en busca de su próxima presa. 

A mí me da igual que me miren. No me molesta ni me intimida. Pero el que más miradas se roba sin duda es Jimin. 

Y no me extraña, es el que más carita de niño tiene entre todos nosotros y en mi opinión el más lindo también. Sus jeans ajustados tampoco ayudan a que su cuerpo pase desapercibido. 

Si yo fuese alguno de estos sujetos también estaría babeándome por él, no los culpo. 

No quiero que ninguno se le acerque, porque sé que no tengo excusa para poner si alguien lo invita a bailar u otras cosas que no quiero ni pensar. Nosotros somos amigos y no puedo impedirle nada. 

Para evitar eso, rompo la ronda y me acerco a él. Si bailamos juntos nadie se le acercará. 

Pongo mis manos en su cintura imitando a Namjoon con Seokjin, y lo estrecho contra mi cuerpo. Él me sonríe y me abraza. Los chicos nos dan nuestro espacio y nos dejan solos. 

Un verano en Busan 📷 KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora