Los lobos corrían agitados a mi par, sus gruñidos y rugidos vibraban en el aire levemente resonando al compás de sus pasos, mis garras se enterraban con fuerza en la tierra húmeda y fría, el invierno estaba a la vuelta de la esquina y me molestaba no estar junto a mi compañera brindándole mi calor. La casa claramente era cálida y suponía que acogedora para mi pequeña, las heladas en invierno no eran problema para ella, estaba en muy buen estado y no hace mucho que la había re modelado. La había construido cuando me independice de mis padres, la diferencia entre la primera construcción y la actual era monumental. Los tiempos cambiaban y no había lugar para estancarse en el pasado . También debía admitir que gozaba con placer de las nuevas tecnologías, era obvio que facilitaba mucho las cosas, pero odiaba ver como los humanos a la par del desarrollo destruían preciados recursos naturales.
Kyle un lobo joven pero con gran agilidad se adelanto del grupo perdiéndose entre los arboles, gruñí lo suficientemente fuerte para que todos me oyeran, deteniéndonos a esperar. Anton (alfa del norte) junto a sus aliados caerían y yo seria el causante de ello. No podía respirar tranquilo sabiendo que estaban libres por el mundo siendo una amenaza para mi manada. De ninguna manera iba a quedarme de brazos cruzados, mucho menos cuando osaron meterse con mi compañera, mi instinto rogaba por su pestilente sangre, desgarrar pedazo a pedazo sus almas con mis propias garras hasta que no queden rastro de aquellas personas que osaban pretender acabar con las "bestias o monstruos" de la tierra, cuando los únicos monstruos eran ellos, carentes de amor y llenos de ambiciones.
Cerré los ojos un momento y agudice mis sentidos, estábamos en terrenos enemigos, fiarnos no era un opción, la brisa fresca acaricio mi pelaje suavemente, aspire el olor sin encontrar rastro del enemigo cerca, como si la luna nos bendijera en la batalla, el viento estaba a nuestro a favor, fuimos muy cuidadoso camuflando nuestro olor y yendo contra el viento.
Los lobos a mi alrededor se encontraban listos para la pelea, rodear parte de la manada nos tomo nuestro tiempo, temía encontrar un contratiempo al cruzar el pueblo de los lobos, pero no fue así, a pesar de que en un comienzo los habitante norteños se asustaron e incluso se prepararon para lo peor en este caso una batalla, el objetivo no era acabar con vidas inocentes, resignados pero aliviados de no tener que pagar por decisiones ajenas a ellos, no interfirieron en el camino. Era una manada muy buena, se veía en sus ojos la familiaridad y humildad que tenían, muy diferentes a sus lideres, lo cual me sorprendió mucho, una parte de mi imaginaba que trataría con personas influenciadas por las ideas de su alfa.
A mi alrededor todo se mantuvo en silencio, las respiraciones y latidos de mis camaradas eran uno con la naturaleza, las hojas de los arboles se mecían levente gracias a la suave brisa que recorría en el ambiente, la luna brillaba con fuerza haciéndose notar entre las blanquecinas nubes que la rodeaban como fieles protectoras en el solitario cielo, donde sus únicas acompañantes solían ser las estrellas, pero que se encontraban muy lejos como para aminorar su solitaria estancia.
El roce entre los granos de arena, tierra y piedras hicieron que enfocase la vista a varios metros donde anteriormente kyle había desaparecido. Sus ojos de un verde esmeralda brillaban entre las sobras de los arboles, un rugido e inclinación de cabeza era la señal que necesitaba.
Recorrí rápidamente con la mirada a los lobos que me acompañaba, y rugí en aviso. Era hora de luchar.
Aullé largo y fuerte, sintiendo la estampida de lobos pasas a mi lado avecinándose a la batalla. El aullido a la distancia de Liam y John me confirmaron que también se pusieron en movimientos. Sin esperar mas, me apresure a liderar el grupo guiándolo hacia el enemigo, en segundos que parecieron largos minutos atacamos el campamento improvisado donde cazadores y lobos se refugiaban, No les dimos tiempo a los centinelas de poder defenderse, pero a medida que nos acercamos al centro mas hombres armados aparecían, si bien, el ataque los tomo por sorpresa no estaban del todo desprevenidos. Los lobos que no estaban transformados no tardaron en hacerlo, ni los cazadores en sacar sus armas. De ellos teníamos que ser mas cuidadosos, ya que no eramos inmortales si balas o flechas nos herían en órgano vitales. Razón por la cual un pequeño grupo de lobos en su forma humana escalaban y trepaban los arboles mas altos brindándonos apoyo desde allí. Disparando a diestra y siniestras contra el enemigo.
ESTÁS LEYENDO
Mi Lobito
Hombres Lobo- Eres un lobo malo - gruñí. - tu lobo- susurro en mi oído, erizando mi piel