Capitulo 19

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-Mocosa, ya han llegado por nosotros- el susurro de Mike hizo que abriera los ojos, estaba exhausta, y habían tardado más de lo que había imaginado en venir por nosotros, me encontraba acostada sobre la hierba, sobre mi había un pequeño espacio entre los arboles que me permitan ver la noche estrellada. Mi cuerpo dolía con el mínimo movimiento que hiciera, durante la huida la adrenalina que recorría me impedía detenerme, pero ahora que estábamos un poco mas seguro y que me había calmado me costaba mucho esfuerzo moverme y resistir el dolor, mis ropas estaban manchadas de sangre, otra de las razones por la que no quería moverme, ya que generaba que los cortes comenzaran a sangran aun más. 

-bien- cerré mis ojos y me tomo un tiempo antes de levantarme. Tenia que reunir fuercitas. 

El dolor es psicológico. El dolor es Psicológico. En realidad no duele, solo es mi cerebro diciéndome que duele.

Suspire unas veces más antes de levantar el torso, la  punzada de dolor en mi abdomen fue más fuerte de lo que había pensado. Mordí mi labio conteniendo un quejido, Mike sabia que  parte de la sangre que me cubría era mía, no que toda ella me pertenecía. No quería generarle molestias cuando sabia que en breve nos rescatarían, así que omití ese hecho diciéndole que era sangre de los cazadores. 

Solo esperaba que hayan traído algo de comer, eso lo haría mas llevadero, Zack había dicho que estuvimos   desaparecidos por cinco días, eso explicaba porque me encontraba tan famélica. 

Mike se encontraba a unos metros de distancia observando un punto en la lejanía, pasaron cinco horas desde que habló  con Zack, cinco horas en las cuales estuvó vigilando  los alrededores atento a cualquier ruido o movimiento sospechoso que notara. La forma de moverse y su comportamiento no parecían en absoluto al delicado Mike que conocía, también la forma en la que sostenía la pistola y cuchillos, sabia qué y como hacerlo... como si tuviese entrenamiento ¿quien realmente era Mike? porque me había quedado muy claro que era mucho más que un chico rubio que temía ensuciarse.

El sonido de un auto aproximándose a grandes velocidades hicieron que me pusiera alerta, Zack dijo que vendría por nosotros, pero también había cazadores buscándonos por los alrededores, un paso en falso nos pondría en evidencia y estaba vez esos hombres no serian tan buenos con nosotros. 

Una extraña sensación de euforia, alegría y seguridad comenzó a crecer en mi pecho, me sentí muy nerviosa de repente, quise golpearme por la forma adolescente que comencé a sentirme. Sabía que significaba, y una tonta sonrisa comenzó a generarse en mi rostro. Zack estaba cerca.

-¡Mierda!- me pellizque el brazo y mordí mi lengua, aun así no podía desaparecer la expresión boba en mi rostro. 

-¿qué te sucede?- la voz de Mike a mi lado me asusto, me miraba  confundido. Mi cara comenzó a enrojecer y desee desaparecer. No quería que me vieran así, parecía una loca. Desvié mi mirada hacia el lado contrario del sonido del auto, a pesar de que me apetecía muchísimo verle, no quería sentir todas ese emociones, me perturbaban y no sabia como hacerlas desaparecer o al menos fingirlas. 

-nada..- mi voz salio poco audible, pero no me importo. 

A medida que el sonido de los motores (porque no era solo un vehículo el que se aproxima) aumentaba, mi corazón más se agitaba, mire mis manos temblar, y la suciedad en ella. 

Abri los ojos como platos, llevaba cinco días sin ducharme, seguramente apestaba y me veía faltal. me dieron ganas de esconderme. 

Ay diosito, Zack me vera así, que vergüenza. No, no quiero que me vea, si son mas carros me subiré donde el no este.  

Suspire con pesadez, que importaba, estuve cinco días secuestrada por cazadores que solo me torturaron, me veía genial, al menos aun permanecía completa. Observe a Mike de espaldas a mi, y el rubio se encontraba en buenas condiciones a pesar de haber perdido peso, eso era lo importante.  No sabría que hubiera hecho si el herido fuese él. Agradecí que me lastimarán a mi y no a él. 

Mi LobitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora