Capítulo 3

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"La única belleza que soy capaz de percibir, es la belleza que emana su corazón frío y dañado

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"La única belleza que soy capaz de percibir, es la belleza que emana su corazón frío y dañado. Me muero por verte y si se puede, conocerte un poco más".

—Alisson Stones

Otra mañana como cualquier otra, tengo dificultades para despegar mi espalda de mi suave cama. Desde hace un par de semanas me propuse levantarme temprano para poder alcanzar el transporte público y no tener que pedirle a papá que me lleve diariamente.

«No te propongas cosas imposibles, querida Ali» repetía mi la vocecita de mi mente el mismo lema de siempre.

Ah, sin olvidar el fino despertador en forma de alfombra que para apagarlo debía levantarme y pisarlo, mamá lo compró en una tienda virtual, dijo que eso "me serviría" para mejorar mis hábitos de levantarme temprano, creo que la tecnología y yo no somos buenos amigos.

Ya despierta me dirijo al cuarto de baño y mientras lleno la tina, me deshago de mi pijama de conejitos. Una vez ya lista la tina me meto en ella y me hundo hasta que el agua me llegue al cuello, y bueno, me duché y después de unas cuantas canciones salgo; cepillo mi cabello y me visto con un jean claro, unos vans color vino y una playera con estampado del álbum "Born to die" de Lana Del Rey.

—Muy bien, lo que sigue es desayunar... y al terminar ir al colegio. Tú puedes, Alisson —dije dándome ánimos mientras me miraba al espejo, pero al darme la vuelta me tiro rendida sobre mi cama—, mejor que sea mañana.

—¡Alisson! ¡¿por qué demonios tardas tanto?! ¡apúrate, o sino te irás caminando al colegio! —dijo la voz estricta de mi padre desde el otro lado de la puerta.

Agarré mi mochila con todos mis útiles y mi celular, bajé de inmediato a la cocina, dejo mis cosas sobre la mesa y voy al refrigerador para sacar la Nutella y a la alacena por pan. En cuanto me pienso preparar un emparedado, aparece mi madre y me arrebata la deliciosa crema de chocolate.

—Oye ¡devuélveme eso! —chillé como niña pequeña.

—De ninguna manera voy a dejar que sigas comiendo eso, ¿sabes cuántas calorías tiene esto? —cuestionó mi madre como si la Nutella fuese la cosa más dañina del mundo.

—¿Y qué? Me da energía —me excusé y mi creadora frunce el ceño mirándome incrédula.

—Mejor deberías comer pan tostado con mermelada y un poco de licuado que preparé hace un momento —sugirió ella mientras guarda algunas cosas en su bolso.

—¿Y esperas que beba esa cosa rosa? ¡sabe a medicina! —espeté.

—Contigo no hay remedio, Alisson. Por cierto, ¿estás segura que puedes quedarte en casa sola mientras nosotros no estamos? Pensábamos llamar a uno de tus primos para que te cuide todo este fin de semana...

Testimonio de un Apocalipsis [Testimonio #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora