Capítulo 8

51 18 1
                                    

"Humanos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.









"Humanos. A veces somos tan ilógicos y contradictorios. Tan irresponsables y pedantes. Tan orgullosos y ariscos."

—Melody Rijkaard


Un disparo me ensordece, mi instinto hace que cierre mis ojos y dé por hecho que estaré muerta. Es definitivo. Espero el dolor, espero sentir cómo desgarran y muerden violentamente mi piel, pero nada de eso sucede. No hay dolor.

Tan pronto como el sonido del arma me deja sin mi sentido del oído, un cuerpo pesado está sobre mí. Abro mis ojos, mi respiración se agita, mi cerebro se ha quedado en blanco y no dejo de observar el cuerpo, ahora sí, inerte del zombie. Mis manos no me responden.

Alguien me quita de encima el pestilente cuerpo, me ayuda a levantarme fácilmente, como si mi cuerpo no pesara más que un par de kilos y no un aproximado de sesenta, que es lo que peso realmente.

—¿Estás bien? —Observo detenidamente a mi salvador, es un chico de no más veinte años, con el cabello corto de un rojo precioso y aterciopelado, rasgos duros e impactantes, alto y con un cuerpo trabajado. En resumen, el sueño de toda chica adolescente hormonal.

—Sí, eso creo. —Intento respirar, ya que me había olvidado de hacerlo—. Muchas gracias, te debo una, soy Melody. ¿Y tú? —Extiendo mi mano esperando que la estreche y me responda.

—Connor. —Responde seco. ¡Incomodidad!

—Eh..., tengo que ver si los chicos están bien. —Señalo cualquier lado lejos de él. Busco con la mirada a los chicos de mi escuela y me dirijo a ellos. En cuanto llego, Addeline se me lanza encima, me abraza con fuerza sacándome todo el aire que había recuperado y murmura muchas cosas agradeciendo que esté bien y no me haya tragado ese zombie.

Le doy palmaditas en la espalda, diciéndole que no es necesaria tanta preocupación.

—¿Cómo están? —Pregunto al resto.

—Nosotros bien, y al parecer tú también, gracias al chico pelirrojo que no ha dejado de mirarte desde que has venido hacia acá. —Robert sonríe y levanta las cejas, le doy un leve empujón ruborizándome y miro hacia atrás disimuladamente. En cuanto mi mirada se encuentra con la de él, se voltea rápidamente y mi rostro sigue del mismo tono carmín por la vergüenza.

—Será porque lo dejé solo para ver cómo estaban ustedes.

—No lo creo. —Interviene Emma. Me limito a no responder, es demasiado suspicaz como para ganarle en esto—. Vamos, tenemos que agradecerles como es debido.

Emma es muy buena líder aunque no quiera admitirlo, puede que mejor que yo. Nos acercamos al grupo de jóvenes desconocidos que se acercaron a Connor en cuanto se dieron cuenta de que estaba solo. ¡Vaya grupo tan heterogéneo! Tampoco es que nosotros tengamos muchas cosas en común, es gracioso ya que se supone que la sociedad estudiantil nos divide a todos, según su apariencia, popularidad y afinidades.

Testimonio de un Apocalipsis [Testimonio #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora