Testimonio de un Apocalipsis [Testimonio #1]

Capítulo 7

"En ocasiones tenemos que abandonar la vida que habíamos planeado, porque ya no somos la misma persona que hizo aquellos planes."

—Connor White

De pronto el instituto se empezaba a llenar de silencio, voy a suponer que el simulacro ha terminado. La rubia y yo nos encontrábamos encerrados en un aula, ella no dejaba de hacer preguntas de lo que estaba sucediendo y daba vueltas por todo el lugar con desespero, igual yo tenía preguntas, pero no las sacaba al aire.

Nunca pensé que fuera posible que existiera una invasión zombie, desde años atrás se predijeron cosas terribles para estas fechas, eso arruinó mis pequeños planes de elevar mis calificaciones y por fin ya egresar de preparatoria, pero ¿eso ahora qué importa? Ha comenzado una nueva vida.

—¿Qué haremos ahora? —pregunta angustiada.

No respondí, a decir verdad, no sabía qué hacer ahora, no me siento preocupado, ni estoy asustado, ¿debería preocuparme y ayudar a los demás? ¿estar acompañado por mi compañera de clase, esa que no dejaba de observarme en ratos? Supongo que a nadie le gustaría estar solo en el apocalipsis.

—Pues llevemos a cabo la supervivencia —respondí después de un rato—. Andando, siempre tuve una inmensa pasión por no morirme de hambre, ¿vienes o no?

Ella asintió, ni loca se quedaría sola. Antes de que pudiéramos abandonar el colegio busqué por los escombros un metal o algo para llevar a la mano, luego una loca idea me llegó a la mente.

—Connor, ¿qué haces? —pregunta al verme que tomo una roca y rompo el vidrio del cuarto donde guardan diversas cosas de jardinería, limpieza, etc, luego abro la puerta y entro ahí.

—Necesitamos algo con qué defenderos, toma —respondí obvio y le pasé una larga cuchilla para cortar pasto.

Busqué por todo el pequeño cuarto artículos que pueden servir como una motosierra, pinzas, un matillo, un destornillador y hasta unas tijeras puntiagudas podrían ser útiles. Ahora lo siguiente será asaltar un banco, ok no. Estuvimos caminando por un buen rato, que suerte de que no se nos haya aparecido un chupa cerebros, la ciudad ya empezaba a vaciarse de gente, también estaban por derrumbarse algunos edificios y uno que otro vehículo volcado, me recuerda a los vídeo juegos de realidad virtual y todas esas películas de zombies.

Desde hace un momento siento los ojos de la rubia encima de mí, me ha estado observando más de la cuenta, no sé si le querrá una foto mía o tengo algo en la cara y no me lo dice directamente porque la intimido. Me tomé el valor para hablarle.

—¿Te gusta lo que ves? —solté con vanidad.

—¿De... qué hablas...? Sólo cuido de que... no aparezca un muerto andante —titubeó, no sabe qué mentira decir la chica.