Rubén llego al misterioso pueblo sin muchas expectativas, con el pasado atormentándolo y sin nada que perder. Lleno de anhelos y miedos que le hacen preguntarse si esta en el lugar correcto.
Pero al conocer a Samuel siente que las cosas no están de...
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Uno de sus primeros recuerdos que a la fecha tiene presente, es el de los brazos de su madre, estos eran cálidos y a pesar de ser muy delgados que pareciesen que podrían romperse con facilidad, en realidad eran todo lo contrario, su agarre era firme y fuerte, pero lo acunaban con inmenso cariño y cuidado al mismo tiempo, en aquel entonces a sus ojos su madre representaba todo lo que estaba bien, todo lo bueno y lo maravilloso.
Y sigue recordando.
Recuerda su sedoso y largo cabello caer en suaves rulos contra su cara provocándole cosquillas, sus delgados labios curvarse hacia arriba formando una sonrisa acompañada de hoyuelos en cada extremo, unos ojos castaños que brillaban en ternura por su hijo y en donde el mismo podía verse reflejado, recuerda el suave tacto de sus finas manos revolver su desastre de cabello haciéndolo reír en el acto para después tocar su nariz y apretarle las mejillas, se veía encantada por contemplar a su pequeña criatura, en admirar su belleza infantil y encontrar similitudes de ella misma que se plasmaron en su hijo. Y entonces su boca se abría lentamente y con una delicada voz entonaba una canción de cuna que lo calma y le hacía poco a poco caer en un sueño profundo.
La escucha llamarlo por su nombre.
Stars
Una rama quedó enganchada al borde de su sudadera, el tirón repentino fue tal que lo hizo trastabillar y retroceder un paso interrumpiendo su carrera, la rama perforo la tela por la fricción y la brusquedad del movimiento mas no le soltó, tal como un depredador cierne sus garras sobre su objetivo y se niega a dejarlo ir hasta darse por saciado, pero gracias al momento no es capaz de prestar atención o de preocuparse por ello ya que en estos momentos, él cómo presa se encuentra huyendo de un depredador aún más peligroso y letal.
El conejo no puede priorizar evadir a la serpiente cuando el coyote esta sobre él.
Así que sin más tiro con fuerza provocando un desgarre completo en la tela blanca. Una vez libre retomo su huida, jadeante y bastante cansado noto que sus heridas ganadas a lo largo de su viaje poco a poco comenzaban a pasarle factura debido al desgaste físico y emocional que con la noche empezó a emanar. Por ello sus movimientos y pasos comenzaron a volverse algo torpes.
La lluvia tampoco estaba deseosa de ayudarle. Caía con tal fuerza que dolía y obstaculizaba su visión convirtiendo todo a su alrededor en un campo de neblina negra que lo helaba y hería con cada segundo que pasaba.
Podía escuchar su propia voz como algo lejano, sus quejidos y maldiciones dirigidas al bello fenómeno mientras que detrás de él se oían gritos y sonidos inhumanos que le seguían el paso con una velocidad nunca antes vista, y le resulto increíble cómo era posible que aquellos espantosos sonidos predominaran sobre la tormenta que no le permitían escucharse así mismo.
Temeroso continúo corriendo adentrándose más y más dentro del frondoso bosque, desorientado y asustado, herido y cansado.
No tenía consciencia de cuánto tiempo llevaba huyendo, pero desde que el sol le abandono durante su travesía era de dar a notar aproximadamente unas cuatro horas en los que los descansos se limitaron en detenerse unos pocos segundos para recobrar el aire, ubicarse y decidir hacia a donde ir para de nuevo empezar a correr. Y fueron estas nulas pausas las que hicieron que ahora él aun pudiera mantenerse de pie, los pocos minutos de sueño y de alimento que consumió hace ya más de once horas eran otro de los factores por los que aún no caía en el desmayo, aunque por estadística y por qué el propio cuerpo lo necesitaba le extrañaba más que no hubiera sucumbido desde antes.
