F⌇Feo

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• Dedicado a Atinyforever09

• Incluye el tema de la autoestima baja.


Se encontraba flexionando sus brazos una y otra vez

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Se encontraba flexionando sus brazos una y otra vez. Sus músculos ardían, su pecho subía y bajaba con dificultad. El calor hacía que todo su cuerpo sudara, y la falta de hidratación lograba que su garganta le raspara.

Gordo, ¿Puedes dejar de comer tanto?

Contaba cada movimiento, pasando por el número trescientos. Llevaba más de cinco horas en aquella sala de ensayos, desde las ocho hasta actualmente, las una de la madrugada. Cada vez más sentía como el cansancio lo dominaba, pero no se dejaba vencer y continuaba ejercitándose, como si dependiera de ello.

Asqueroso, ¿De qué sirve poder cantar si tienes toda esa grasa en tu cuerpo?

Cada vez jadeaba más fuerte, llenando sus pulmones con aire y luego vaciándolos. Por más que se estuviera esforzando toda aquella semana, aún no se acostumbraba a tanto movimiento y trabajo de fuerza.

Feo, ¿Por qué eres idol, si no tienes un buen físico?

Sus brazos temblaron y lo que sintió a continuación fue un golpe frío del piso contra su cara. Se quejó adolorido, apretando sus puños. Dejó que pasaran unos segundos y, con una débil fuerza, recobró su postura; Estaba agotado tanto física como mentalmente, pero no se detendría, por más rendido que se encontrara. Jongho seguiría quemando calorías hasta que su cuerpo fuera lo suficiente para todos.

Cayó por segunda vez cuando en su muñeca sintió un calambre. Gritó, esta vez siendo incapaz de volver a levantarse. Sobó su muñeca, tratando de aliviar aquel dolor repentino. Sentía como su cabeza punzaba, y la agitación le provocaba arcadas. Trató de calmarse, cerrando los ojos, pero no funcionó. Siempre que sus párpados de juntaban recordaba las respuestas de los haters a sus selcas de Twitter.

─No llores, llorar te hará más feo.. ─Susurró ahogadamente, sintiendo como su nariz enrojecía. Lastimosamente, hizo caso omiso a sus propias palabras y comenzó a llorar en silencio, odiándose.

Odiaba no poder verse como antes lo hacía. Odiaba caminar por ahí, sintiendo como todos lo observaban y criticaban cuando en realidad nadie lo hacía. Odiaba tener que entrar a un baño y evitar mirar su reflejo en el espejo. Odiaba ignorar los gruñidos en su estómago, que crecían conforme se saltaba las comidas. Odiaba tomarse una foto y borrarla a los segundos, pensando que su rostro arruinaba todo. Odiaba buscar su nombre y que saliera la palabra "ugly" a su lado. Odiaba compararse con otros famosos sin querer. En serio, odiaba todo eso, y aunque la mayor parte del fandom limpiara las búsquedas y lo llenaran con lindos comentarios, ya no se sentía cómodo con él mismo.

Aquellas personas siempre estarían ahí, recordándole que él no era perfecto.

El sonido de unos pasos en el pasillo lo alarmaron. Trató de sentarse y luego de unos intentos, lo logró. Acercó sus rodillas a su pecho y abrazó sus propias piernas, buscando esconderse. Su llanto era inaudible, tratando de que nadie lo escuchase. Aunque claro, la luz de aquella sala lo delataba, y cualquiera podría entrar por la puerta. Escondió su cara con sus manos y alguien abrió la puerta. Jongho se tensó, quedando inmóvil, pensando que alguien del staff lo había encontrado.

Sin embargo, al sentir como unos delgados brazos lo rodeaban, aquella idea desapareció. De hecho, todo lo que inundaba su mente desapareció, y lo único que pudo hacer fue sollozar.

─Yeosang.. ─Dijo a lo bajo, sin poder continuar, pues sus propias lágrimas se lo impedían. El rubio solo lo apretó, intentando consolarlo.

─No te hagas esto, por favor. ─Fue lo que dijo, para empezar a hablar.─ Jongho, estás esforzándote demasiado, y estoy cansado. Cansado de verte con esa mirada perdida. Cansado de ya no escucharte cantar por las mañanas. Cansado de saber que lloras en la madrugada, mientras finjo que nada está pasando. ─En aquel momento se sentía muy frágil, por lo que cada palabra dicha con aquella suavidad lograban que su pecho y su ser se quebraran. ─ Sé que es lo que ocurre, todos lo sabemos, pero tú te lo guardas y dejas que te consuma. ¡No puedes hacer esto! ¡Ya casi pesas cincuenta kilos! ¡Es muy poco para tu cuerpo! ─Demandó enojado. Jongho se encogió─ . Tú no eres feo, pero esas malditas personas te hacen creer que lo eres, y eso no está bien. No importa si uno o dos no te ven como alguien perfecto, porque para mí sí lo eres. ─Un silencio rotundo invadió aquel lugar. El pelinegro no se atrevía a moverse y Yeosang no parecía querer soltarlo.─ Soy tu novio, Jongho, ¿En serio pensaste que no me daría cuenta de todo esto? ¿Crees que ocultando tu dolor todo estará mejor? ¡Claro que no! ─El mayor dejó de abrazarlo y gateó hasta quedar frente a él.─ Eres el chico más bueno, dulce, hermoso, talentoso, inteligente y bonito que he conocido. Quiero lograr que tú te veas como yo te veo, bebé. ─Ahora su voz era más tranquila. Su mano se dirigió a la cabellera del menor y se dedicó a jugar con los mechones negros.─ Quiero verte mejor, que comas conmigo y con los demás miembros. Quiero que dejes de madrugar para salir a correr por más de dos horas. Quiero desaparecer todo pensamiento negativo en ti y que me sonrías como antes. Que dejes de evitarme a mí y al resto por miedo. ─Alejó las manos de su cara y el menor inmediatamente apartó la mirada.─ Sé que odias que te vean llorar, pero por favor, mírame Jongho.

El menor hizo caso y conectó sus pupilas con las del rubio, sintiendo una punzada en el corazón. Aquel momento tan delicado, donde Jongho era expuesto en su lado más débil, a la persona que más amaba; lo hizo olvidar por unos momentos el motivo de su tristeza.

─Eres hermoso, ¿Bien? Eres muy hermoso, y no importa cuánto tiempo te tome, lograrás superar esto; lograrás amarte de nuevo. Yo estaré ahí para ti.

Jongho se abalanzó al mayor, quedando encima de este. Se aferró a él, acorrucándose. Yeosang ignoró el hecho de que su novio estuviera muy sudado y rodeó su cintura, sobando su espalda baja. Tardaría mucho en lograr que su dongsaeng volviera a comer las tres comidas y dejara de hacer tanta fuerza, pero por ahora, el hecho de que sus palabras lo hubieran calmado, le bastaba. Dejó un pequeño beso en la frente ajena, y sonrió.

─Creo que.. ─La voz de Jongho sonaba rasposa y avergonzada, pero la calidez en su habla indicaban que ya estaba más tranquilo.─ Después de todo, no soy tan feo.

Jongsang ABC (에이티즈)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora