OFICIAL BUENOTE

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Ten

Johnny estaba dormido con la cabeza sobre el escritorio. Después de leer el libro de Kyungsoo, se había convertido en mi objetivo personal hacer que él me sacara su ''macana''. Todo lo que me tomó, fue cantar el coro de Jailhouse Rock muy alto y repetidas veces alrededor de las tres de la mañana para que echara la maldita cosa hacia mí. Por suerte, las barras estaban en el camino. El Oficial Buenote tenía genio.

Yo no entendía por qué había pasado la noche aquí, de todos modos. A través de algunos interesantes murmullos, me enteré de que su amigo Doyoung estaba de servicio, no él. No me tomaron las huellas digitales, ni siquiera me tomaron fotografías. En cambio, él me encerró y me compró pizza. No estaba seguro si había sido arrestado o llevado a una cita.

El reloj de John comenzó a sonar, lo que lo hiso gemir y sentarse. Apretó un botón para detener el molesto sonido antes de frotarse el rostro con las manos.

-Buenos días, cariño. ¿Cómo has dormido?-pregunté secamente.

-Maldita sea-se lamentó-Esperaba que hubieras sido una pesadilla.

Puse los ojos en blanco.

-Entonces, ¿qué hay en la agenda para el día?. ¿Vas a interrogarme o algo así?-yo estaba en la cárcel, también podríamos salir.

-No-él estaba arriba, agarrando las llaves para abrir la celda-La temporada de fútbol infantil comienza hoy. Es una especie de gran cosa por aquí, y yo preferiría ir a eso que oírte cantar todo el día-abrió la puerta y se apartó para dejarme salir. Me sorprendió que no me esposara.

-Tú sabes que te gustó-le contesté. Yo no era un profesional, pero no tenía tan mal tono tampoco.

Él me llevó de vuelta a la oficina, así que podría conseguir mi moto. Como estaba en la parte de atrás, tuvo que abrir la puerta para que yo pudiera salir cuando llegamos allí.

-Debemos hacer esto otra vez en algún momento-bromeé al salir del coche.

-Estoy seguro que lo haremos-respondió él, cerrando la puerta.

-Adiós oficial-sonreí mientras él se volvía al coche y se marchó.

Fútbol infantil. Recordaba vagamente a Soo versión niño y al mini jefe, también conocidos como Jisung y Moonbin, hablarme de su juego. ¿Qué tipo de tío sería yo, si no fuera a echarles porras a ellos?. Probablemente sería necesario ponerme algo con los colores de su equipo, pero era algo que parecía tan normal.

En el viaje de vuelta a casa, pasé por un pequeño salón de tatuajes y de inmediato supe lo que iba a hacer para mostrar el espíritu del equipo. Aparqué mi moto al frente y me dirigí hacia el interior.

Esperando a ver algún tío grande y atemorizante con el noventa por ciento de su cuerpo cubierto de tatuajes, me sorprendió bastante cuando una rubia salió de detrás de la cortina.

-¿Qué puedo hacer por ti?-preguntó.

Yo no pude evitarlo.

-¿Que hace una chica como tú en un sitio como éste?.

-¿Estás coqueteando conmigo?-Ella se cruzó de brazos y levantó una ceja, esperando mi respuesta.