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Ten

Era un típico día de escuela. Fui a mis clases, más o menos puse un poco de atención y volví a mi dormitorio para ayudar a Hendery con el último proyecto. No pensé que pudiéramos llegar a tener nada en común, hasta que me enteré de su amor por las bromas universitarias. Él era extremo cuando se trataba de sentir el espíritu escolar, y cualquier escuela que nos desafiara, merecía ser castigada.

Juntos, habíamos decorados varios campus, irrumpido en los vestidores y secuestrado mascotas de todas las formas y tamaños. El intento de robo de ese oso, pasaría a la historia como uno de los momentos más tontos de nuestra vida. El pueblo no estaba contento cuando se enteraron del maldito desastre que se estaba desatando. ¡Nadie parecía notar que estaban tras nosotros!. Incluso hicimos el noticiero de la noche en base a nuestro maravilloso trabajo. A pesar de que estábamos llevando máscaras, Kyungsoo llamó para decirme lo estúpido que era eso. Estaba un poco ofendido porque él asumió automáticamente que el idiota en la tele era yo. Era yo, pero ese no era el verdadero punto.

Volviendo al drama que nos ocupa, me estaba preparando para salir con Hendery, pero él seguía insistiendo en que probara su malteada. Al final me tomé la maldita cosa, y solo así se quedó callado. No era nada especial, por lo que no entendí porqué era todo el alboroto.

Íbamos en su diminuto coche, en dirección fuera del campus. No estábamos muy lejos cuando empecé a sentir sueño.

-¿Qué demonios es lo que me pasa?-me quejé. Fue entonces cuando me di cuenta de la expresión de culpabilidad en el rostro de mi compañero de cuarto.

-Lo siento, Tenie-dijo él rápidamente-Dijeron que era por tu bien.

-¿Quién?. ¿Qué demonios está pasando?-exigí. El imbécil me drogó. Antes de que pudiera responder, me desmayé.

No sé cuánto tiempo había estado fuera, pero me desperté en un cuarto oscuro atado a una silla.

-Mierda-susurré. Esta era una película de tortura a punto de volverse real.

-¿Chittaphon?-alguien gruñó detrás de mí.

-¡¿Johnny?!-no podía ver, pero reconocería su voz en cualquier lugar. Él era la perdición de mi existencia, de quien resulté estar algo así como enamorado, pero estaba muy seguro de que nadie sabía eso último-Que lujo encontrarte aquí.

-¿Estamos atados en alguna mazmorra y eso es todo lo que tienes que decir?-preguntó incrédulo.

-Bueno, no puedo decir mucho sobre el clima. No hay ventanas en este agujero de mierda-repliqué. No podía creer que empezara a atacarme-¿Cómo le haremos para salir de aquí?.

-Sostente-murmuró.

Chillé cuando el tarado de repente balanceó su silla. Ya que al parecer estábamos atados espalda con espalda, ambas sillas se inclinaron. Golpeamos el suelo lo suficientemente fuerte para que las malditas cosas se quebraran. Creo que mi brazo se partió junto con ellas.

-Hijo de puta-me quejé-Deberías advertirle al chico antes de hacer algo como eso.

-Te dije que te sostuvieras-argumentó. Una vez se liberó de las sogas, me ayudó a levantarme-¿Estás bien?-preguntó, sonando mucho más amable.

-De pelos-contesté sarcásticamente-Debería haber sabido que el maldito se volvería loco. Tanta efusividad y alegría en sus rutinas debían de afectarle.

-¿De qué estás hablando?-preguntó Johnny.

-¡Hendery!-osea duh-El chico que me drogó y trajo aquí.

Pasó sus dedos suavemente entre mi cabello. Supongo que buscaba heridas o algo, y yo no tenía idea cómo terminé sentado en su regazo o cuánto tiempo llevábamos aquí.

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