III

15 0 0
                                    

"Nada es lo que parece" una buena frase que me gustaría enseñarle a la chica nueva. El jefe decidió que sería buena idea que yo sea su mentor y también que seamos compañeros, dice que necesito alguien que me entienda y "ya es tiempo de dejar de ser un lobo solitario". Trabajar solo es lo máximo. No quiero tener una compañera de oficina pero tampoco puedo negarme asi que dejaré claras ciertas pautas, si eso haré.

Me niego a que cualquiera se convierta en mi persona de confianza y tenga que completarme, quiero decir estaré la mayor parte de mi día trabajando con ella y seguro tendrá perspectivas que yo no. No creo que una pequeña prueba sea algo malo. Tengo pensado contarle el anterior caso, mostrarle un par de pruebas y analizar sus conclusiones. Luego le revelaría la solución, haciéndole escuchar la grabación, y Zass ya tendría todo en uno. Plan perfecto.

El semáforo cambio a verde y pude seguir mi recorrido habitual al cuartel en el que trabajo. La verdad es que ayer me quede fascinado con la imprevisibilidad con la que pueden llegar a darse los hechos, las personas somos muy extrañas y todos guardamos algún que otro secreto.

Estacioné donde siempre y cruce a la cuadra de enfrente hacia el cuartel, apenas entrar la ví. Una chica esbelta, de unos 1,67 cm calculo, con su cabello morado atado en una trenza al costado derecho, si es que la veías de frente, y una sonrisa que te provocaba querer averiguar qué es lo que la producía. Vestía impecable su uniforme, lo que demostraba su interés por su primer día, su responsabilidad y dedicación. A simple vista parecía una persona fácil de tratar y que no me llevaría demasiado la contraria; se lo que pensaran luego, ¡Ja! ¡Que iluso!

- Hola que tal - comencé la conversación

- Justo a tiempo, tu nueva compañera acaba de llegar, asi le muestras el lugar y algunas cosas que creas necesarias. No te preocupes, te conozco, asi que deje su curriculum en tu escritorio, luego ya sabes donde dejarlo. Mmm que mas era... a si, ya sabe las pautas de seguridad y reglas de convivencia asi que no te preocupes por eso. Eso es todo, espero que se lleven bien -

Me limite a asentir y ella soltó un amable gracias, luego el general se dirigió hacia su oficina. Mientras él se iba decidí presentarme.

- Ren Myers - le tendí mi mano

- Shienna Sheiling ,pero solo dime Shienna- dijo muy amistosa, tomó mi mano y nos dimos un breve apretón formal - ¿yo cómo puedo llamarte?

Como quieras, me da igual - No soy borde, pero se me sale, ¿que más le hubiera dicho? No me parece mal.

-ah... Okey... - respondió no muy convencida. Mi actitud no le dio una buena primera impresión, quien sabe que le habra dicho ese general que tenemos. Notoriamente no utilizo un lenguaje muy formal, así que seguro él hizo principal énfasis en el compañerismo y que se sintiera cómoda. Siempre tan optimista y empeñado a que nos relacionemos bien entre nosotros, un poco mas y ya parecía que quería que fuéramos una familia. Bueno una familia policial.

- Que curioso, pensé que Sheiling era un nombre - abrí un nuevo tema de conversación intrigado por su apellido, mientras empezábamos a caminar.

- Mucha gente suele confundirlo, porque si es cierto que es un nombre también. Mi familia es de ascendencia asiática aunque actualmente el linaje está un poco perdido en cuanto los rasgos físicos como veras - hizo una pequeña risa forzada.

Luego de esa conversación nos quedamos un rato callados. Solo volvimos a compartir palabras cuando de camino a mi oficina, que ya no sería tan mía porque ahora la compartiría, le presenté a Ethan y a otros policías de confianza, le indiqué las salidas de emergencia, el laboratorio, los baños y las demás oficinas. Al llegar dejó sus cosas y se sentó en su escritorio.

- Bueno mira, sé que acabas de llegar y todavía no te has instalado pero me gustaría hacerte una pequeña prueba - hice una pausa en la espera de algún reproche o respuesta, pero solo me miró atenta y podría afirmar que en sus ojos existía una pizca de desaprobación. Carraspeé- Bueno te dejaré unos documentos de pruebas del anterior caso, que no fue muy difícil la verdad, y me gustaría escuchar tus concluaiones-

Que ansioso - espetó a modo de queja-Escucha - cruzó sus piernas - Entiendo que puedas tener desconfianza sobre mis habilidades, pero estoy segura de que soy muy capaz. Si quieres comprobarlo ya te dejaron mi curriculum sobre la mesa. - Dijo desafiante - vamos revísalo, no estoy aquí por nada.

Tome la carpeta en la que estaba su currículum y le heché un vistazo. No estaba nada mal, tenía buenos promedios, algunos otros méritos y un curso de medicina forense, algunas cosas básicas que le habrán enseñado para opinar sobre el tema. Pero claro, no lo aplicaría porque nosotros no pisamos el laboratorio nunca durante toda nuestra jornada.

- Nada mal -

- Pero no suenas muy convencido - replica y sonrie de lado, una sonrisa muy atractiva por cierto - Igual haré la prueba que tienes en mente, me da curiosidad y parece interesante. No vale arrepentirse ahora. Aunque tengo una pequeña mmm como decirlo ¿petición? - ladeo la cabeza probocando que la trenza que llevaba se deslizara por su hombro y cayera - creo que condición es la palabra que busco.

No me esperaba para nada esa actitud tan desafiante y contraria a la mia, estoy seguro de que me traerá problemas. Al menos tiene bastantes puntos de vista que difieren de los míos. Aunque nuestras personalidades choquen, con el tiempo me acostumbraré.

- También he investigado un poco acerca de ti. No te relacionas bien con el equipo, ellos lo creen así, quiero decir recibes la información en tu computadora o archivos y apuesto a que ni sabes quien es la medico forense. El análisis de ADN hace puff y solo aparece ahí en tus documentos, maravilloso ¿no?- Definitivamente me adelanté al hablar. Bueno tal vez con mucho, mucho más tiempo me acostumbraría y se calmarían las cosas. Esta vez se cruzó de brazos y se paró- Bien, vamos a conocerla - y la vi desaparecer por la puerta.

Me quede de piedra en la silla. ¿que acababa de decir? Esta de broma ¿no? Esperaba que si hasta que asomó su cabeza por la puerta

- Ya que esperas hombre? Que te lleve andando en la silla o qué? -

No pude evitar sonreír, su sarcasmo era bueno. Ya me gustaría presenciar sus interrogatorios.

No te creas todo lo que veasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora