No te creas todo lo que veas

IV

Fastidio podría ser un gran adjetivo de lo que mi ser sentía en ese instante. Me pregunto en qué maldito momento accedí a entrar en esta sala. No soportaba el fuerte olor putrefacto mezclado con alcohol y otras sustancias médicas. Era el típico aroma que tendría un hospital, sumado al de un cadáver claro esta. Y aquí estoy, de cuclillas, con ganas de vomitar, una chica que me mira apenada y la otra tapando su boca para opacar el sonido de las risas que no podía aguantar mientras sostiene su celular y seguro me está grabando.

Al principio solo la seguí, nos detuvimos en la puerta y observé como sacaba de un closet un delantal, un barbijo y unos guantes, y luego cómo se los ponía. Yo no iba a entrar, definitivamente no. No tengo problemas en tener contacto con cadáveres que presentan múltiples heridas y un sinfín de casos más. Pero estar allí por más de quien sabe cuantas horas, inspeccionarlo, abriendo el cuerpo, buscar ADN simplemente no era lo mío. Me recorren escalofríos de pies a cabeza de solo pensarlo.

Cuando mi nueva compañera asumió que no podría hacerme entrar al laboratorio N°1 optó por tener la maravillosa idea de forzarme hacerlo. Me tomó por el brazo y me empujo dentro, tomó una mascara y unos guantes y me los dió. Me dejó a la suerte por si me los quería poner o no. Por si esto fuera poco bloqueó la puerta, ¡LE HECHO LLAVE! ¿Acaso estaba loca? Nadie le ha dicho nada, es increíble que sea el único que está en desacuerdo.

- Venga, tampoco es para tanto solo era un brazo - dijo cuando por fin se apiado de mi mientras me daba unas palmaditas en la espalda. Me limité a fulminarla con la mirada - Vamos de a poco, aunque ahora entiendo porque no querías venir - no aguantó más y otra vez estalló en carcajadas.

- Bueno creo que es mejor si lo dejan por ahora y lo acompañas a que vaya a tomar aire, está bien si no vuelve no pasa nada. - soltó amablemente Samanta, la médico forense a quien había conocido hace tan solo 10 minutos atrás.

- Créeme que volveremos- contestó Shienna

- Oh créeme que no- musité disgustado

Para mi alivio, abandonamos la infernal sala denominada "Laboratorio N°1" más rápido de lo que esperaba. Siento que nunca había deseado tanto algo como en el momento en el que miré aquel brazo sin dueño. Por mi cabeza solo pasaba la idea de salir de allí, una y otra vez. Y aquí estamos en la puerta de la comisaría, apreciando como la gente nos mira de manera extraña. Tengo la mirada en un punto fijo mientras las personas siguen con su vida normalmente y caminan por la vereda.

Shienna intentó conversar conmigo. Tengo la impresión de que quiso disculparse y mencionó algo sobre el video que grabó. No le presté la mínima atención y me limité a asentir, se dió cuenta de mi estado y no volvimos a dirigir palabra. Luego tendría tiempo para hablar sobre el video que me parecía irrelevante o probablemente lo olvidaría.

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- Entonces... Sobre la prueba que querías hacerme... - ahí se detuvo. No nos habíamos dirigido la palabra en horas, más de dos calcularía ya que dentro de poco terminaría nuestro horario laboral. En realidad, nosotros específicamente no teníamos un horario fijo allí. Nuestro principal compromiso era utilizar las oficinas para investigar, pero mientras no hubiera ningún crimen podríamos quedarnos en casa o hacer lo que relativamente quieramos sin estar allí en vez de encontrarnos sin ningún propósito y solo perdiendo el tiempo.

- Ese tema lo conversaremos después - Arranqué un pedazo de papel que no servía y, con mi lapicera negra, escribí mi número - háblame por aquí cuando tengas tiempo - le extendí el papel - te enviaré todos los detalles por allí.-

- Pensé que esto sería más interesante y no unos mensajitos como un juego para celu de puzles - Al no haber respuesta por mi parte, incomoda, agregó - Bueno si en algún momento llego a una conclusión muy elaborada será mejor esperar a contarlo en persona o hacerlo por llamada.-