-010 [𝐦𝐲 𝐥𝐚𝐝𝐲]

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[Tres meses después]

Estábamos en la casa de los Byers. Se iban a mudar. El amor de mi vida, y mi hermana, ya no los iba a poder ver.

-My Lady...- entró su cuarto. Yo lo miraba, todos los póster que le hize pegar, ya no estaban, no había nada.

-No creo soportarlo- Me cae una lágrima.

-Me di cuenta de algo...

-¿De que?- dije dandome vuelta para mirarlo.

-Déjame recordartelo

Saca una hoja y la comienza a leer

-William Byers...Ahora, antes de que deje de leer esto, le quiero decir que lo amo con toda mi alma, jamás dude de eso. Mi Lord...
-Gracias por hacer que me de cuenta que el amor existe. Y ese amor... eres tu. Te amo Cabeza de coco.

El final lo dijimos al mismo tiempo

Recordaba esa carta, y todavía no se porque

-Te lo acordaste todo este tiempo...

-Creí que jamás te ibas a dar cuenta.

-¿Por que no me dijiste que lo escribiste?

-Tenía demasiada vergüenza. Sabes que amo tu lado dulce, pero en ese momento no sabía lo que iba a pasar después. Ahora me arrepiento- suspire-No voy a poder besarte en un buen tiempo- dije mirando al suelo.

-Nat- levante mi mirada-¿Sabes que te amo?

-No ¿Me lo puedes decir?

-No, mejor te demuestro- me agarró de la cintura y me beso muy tiernamente. Juntamos nuestras cabezas, nos miramos y tiramos una risita.

-Créeme, me vas a hacer falta.

-Si, a mi tambien.

-Pensemos en algo positivo- dije separandome de el- ahora con cerebro, te voy a molestar todos los dias de tu vida.

-¿Y quien dijo que eras una molestia?

-No lo se.

-Si me permite My Lady- agarró unas cajas del piso, entre ellas estaba D&D- voy a llevar esto a la caja de donaciones.

-Dime que al menos cuando vengas de visita jugaremos- espero que diga que si. No soportaría no jugar más.

-¿Por que no jugariamos? Es mi, corrección, nuestro juego favorito. Jamás podria dejar de jugarlo.

-Gracias a dios.

-Si, gracias a el.

-¿Ya la sabías?

-siempre la dices- dijo saliendo del cuarto.

Yo me senté en el suelo y mire todo el cuarto.

-Encerio. Voy a extrañar este cuarto.

-Hola Corazón. ¿Todo bien?- dijo Joyce asomándose por la puerta.

-Si, por supuesto- me pare- sólo que un poco nostálgica.

-Estamos igual. Tranquila... seguro volveremos para Navidad.

-Se pueden quedar en mi casa, seguro a Steve eso no le molesta.

-Claro- se acercó y me abrazo- ahora me voy a ordenar las cosas de Hopper- dijo saliendo del cuarto.


Llegó la hora.

La despedida.


El último beso.

El último abrazo.

𝐌 𝐘  𝐋 𝐀 𝐃 𝐘 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora