Yuna, 2 Polos Opuestos Versión en Español

Parte 2 escrita por Marta Pozo Medina

Parte 2 escrita por Marta Pozo Medina.

Jack y su compañero deciden ir a un lugar donde no pase apenas gente para dejar a Yuna y retenerla allí.
Rápidamente se dirigen a un bosque donde el compañero de Jack tiene una pequeña cabaña que usan los dos para sus trapos sucios. Ésta la consiguió de parte hereditaria de su familia. De repente, escuchan un abrupto sonido originario del maletero del coche.

―Eh, Jack, ve un momento y mira el maletero a ver qué le pasa a esa mujer ―dijo riéndose mientras iba disminuyendo la velocidad para detener el coche.

―Está bien, si veo que está consciente le doy otro golpe para dejarla aturdida y K.O.

Una vez que el coche está parado Jack decide asomarse abriendo el maletero y ve a Yuna. Ésta se encuentra desatada.
De repente, Yuna golpea a Jack. Éste sale disparado y cae al suelo. Yuna observa sus brazos, sorprendida, y pensando llega a la conclusión de que, gracias a la píldora que ingerió de pequeña, ha obtenido un efecto secundario que le proporciona una increíble fuerza. Entonces, ésta decide escapar de allí.

Daichi, al ver que Yuna estaba escapando, decide arrancar de nuevo el coche. Consigue, de nuevo, a Yuna. Ésta, al ver que ha sido de nuevo capturada, reacciona de la misma manera que antes. Le da un golpe a Daichi para aplicar su fuerza, pero ésta no surge efecto. Tras intentar librarse del secuestrador, Yuna no lo consigue. Ésta lo ve todo borroso y, finalmente, pierde la consciencia.

Tiempo después, Koichi llega finalmente al bosque. Cruzando el bosque encuentra rastros de sangre de color rojo oscuro. Llega a la conclusión de que es sangre seca. Éste se preocupa mucho. Introduce la mano en su bolsillo para coger su teléfono móvil y acaba llamando a la policía.

Koichi, muy estresado porque nadie contesta al teléfono, no se queda de brazos cruzados y decide buscar a Yuna con cara de preocupación. Mientras tanto Yuna se encuentra inconsciente en el suelo de la cabaña, ya que la llevaron dentro, y Daichi se encuentra hablando con Jack ya que no pensaban que Yuna tenía tanta fuerza.

Yuna despierta y se da cuenta que está atada y no puede hacer nada, intenta hacer fuerza y no había forma, era como si la fuerza regresaba cuando menos se lo espera.

Koichi se da cuenta que hay una luz que proviene de algún sitio, y decide ir donde la luz, es la cabaña de Jack y Koichi decide tocar la puerta.

―Jack, no abras la puerta, ¿no decías que no había nadie en este bosque? ―dijo Daichi con cara de preocupación.

―No lo sé, a lo mejor es alguien que se ha perdido y quiere preguntar cómo se sale de este bosque, pero no voy a abrir por si acaso ―dijo sorprendido Jack.

Yuna observa la puerta y descubre que está viendo a través de la puerta. Piensa que será por los efectos secundarios de la píldora. Ésta ve que es Koichi, se sonroja al pensar lo que ocurrió y cuando ve que Koichi se iba a ir, Yuna grita y llama a Koichi con todas sus fuerzas. A continuación Jack y Daichi le tapa la boca a Yuna, pero Koichi, al escuchar a Yuna, que provenía de aquella cabaña, decide dar puñetazos para tirar abajo la puerta, pero no lo consigue ya que es de madera y no se rompe con facilidad.

Yuna, como no podía hablar, sólo podía observar a través de la puerta, pero se dió cuenta que no tenía bien amarradas las cuerdas de las piernas. Intenta quitarlas como puede y, como Jack y Daichi están atentos observando la puerta, no se dan cuenta de nada. Yuna, sentada en el suelo con las piernas libres de cuerdas, les mete una patada a cada uno con todas sus fuerzas. A uno lo estampa contra la puerta, de tal manera que abre la manivela de la puerta sin darse cuenta. Cuando Jack está de pie, se dirige a Yuna para pegarle puñetazos, pero antes de que lo hiciese Koichi le sorprende por detrás estampándole un tronco pequeño de árbol que tenía Jack para la chimenea, Koichi le da en la cabeza y Jack cae desplomado. Inmediatamente, Yuna y Koichi salen corriendo. Daichi le coge de la pierna a Yuna y ésta le da con la otra pierna una patada y le pisa la mano. Al fin consiguen escapar.