Domingo 23 de febrero. 01. 24 AM.
— ¿Podemos hablar? —preguntó Lorena mientras salíamos del restaurante después de obligarlas a elegir el boliche donde Teo tocaba por última vez, las chicas se adelantaron como si entendiesen que queríamos especio pero no era así para mí. —estoy preocupada por algo, no sé si estás al tanto pero ese chi...
—Siento que nada de lo que me vayas a decir, me va a interesar, al menos no ahora. —le dije y me adelanté también para seguir el hilo de conversación de las chicas, el cual era los amantes de fin de semana.
— ¿Teo viaja con nosotras? —preguntó Delfi y yo me encogí de hombros. — ¿se queda más tiempo?
—No lo sé, no hablamos eso.
—No tienen tiempo ¿no? —insinuó Joanna y asentí en confirmación, causando la gracia de ellas, excepto la de Tizi y Lorena que estaban más atrás.
No me sentía bien con la lejanía que había de repente entre Teo y yo, pasamos días espectaculares como para terminar enojados por una tontería, así que estaba dispuesta a matar mi orgullo para buscarlo y pedirle hablar, concretar lo que nos quedó pendiente y olvidar la terrible inseguridad que tuve con él y esa chica, de la cual no me sentía nada orgullosa porque pensándolo en claro, fue pésima mi actitud.
El boliche donde estaba tocando, era diferente a los que había estado los últimos días, era más pequeño y la cabina del DJ estaba ubicada en la parte inferior, la pista central daba a que él pudiera ver a la gente así que cuando reconocí sus mezclas, después de bailar algunas canciones de las chicas, me dispersé para llegar adelante.
Tev'ga fue presentado y la multitud explotó como lo hizo la noche anterior, él era bueno en lo que hacía y se notaba su pasión en la consola, así que no quise distraerlo y lo observé desde un lugar que no podía verme. No obstante, las ganas de acercarme y comérmelo a besos me picaban con fuerza, porque se veía hermoso con su remera blanca al cuerpo que la luz la hacía fluorescente.
Un chico se me acercó para pedirme bailar pero noté sus intenciones en cuanto pasó su mano por mi cintura baja, me negué de inmediato empujándolo y se fue en cuanto comencé a pegarle en el pecho, moduló algo que no entendí pero supuse, y con la bronca que eso me provocó me encaminé al baño para buscar claridad.
— ¡Mai! —escuché que chillaron y cuando me di la vuelta, vi a Elena salir del cubículo del baño, lo que me quedó pasmada. —ay pensé que ibas a venir, qué bueno que llegaste.
—Hola Ele, sí vine recién, me sentía mal y...
—Oh sí, Teo nos dijo que te sentías mal, te noté decaída, ¿te sentís mejor ahora?
—Eh... sí, sí, me siento mejor, tomé algo y vine para aprovechar el último día a full.
—Y sí nena, hay que disfrutar hasta la última gota. —se rió y asentí refregándome el estomago porque se volvía física la molestia que me hacía sentir pensar en el hecho que estaban de nuevo con él, y tenía que darle la razón con nuestra conexión por pensar una respuesta igual a la mía. —te espero, es tu turno.
—Ah sí. —me reí cuando me indicó el cubículo vacío. Entré pero al cerrar la puerta lo primero que hice fue respirar hondo. Era estúpido, muy estúpido sentirme celosa de una chica divina como Elena, principalmente cuando tenía novio y eran tan seguros entre sí que hasta se animaron a abrir su pareja con nosotros.
Salí sonriéndole para ir a lavarme las manos y darle el turno a otra chica, ella me siguió.
— ¿Es raro preguntarte por lo de la noche? —dijo apoyándose en la encimera, yo la miré para escucharla con atención. — ¿no te gustó o...?
ESTÁS LEYENDO
Una semana: Todo Incluido
Teen FictionLa confusión que Mailén experimenta es propia de la adrenalina hormonal post adolescencia, o al menos es como ella definiría el torbellino que está envolviendo su vida en los últimos tiempos. Abordado por los problemas intrafamiliares, Teo necesita...