Una semana: Todo Incluido

02. Martes.

Martes 18 de Febrero. 6: 56 AM.

TeV'ga

Te de Teo.

V'ga de Vega.

Teo Vega.

Su arte tenía su nombre y mi deducción era un juego para descubrir, la parte superior de la computadora llevaba el logotipo con esas letras y fue divertido intentar adivinar el por qué entre alcohol, besos y caricias insinuantes. No obstante, lo que más me gustó fue ganar sin esfuerzo porque el significado era una tonta distorsión de su nombre de pila y mi premio fue ganármelo a él.

Amanecía en la playa y estábamos lo más aislados posible de la gente que comenzaba sus actividades en el complejo, de hecho los veía chiquitos para donde nos adueñamos de una reposera en medio de la arena blanca, con la privacidad necesaria para hablar y tocar lo que se nos antojaba.

—Mi hermano y yo éramos chicos cuando lo decidimos, no puedo culparme por eso, pero admitilo... fuimos creativos.

—Fue lo más ingenioso que escuché alguna vez. —asentí y él bufó pellizcándome la pierna, me reí buscando hacer lo mismo con su brazo y empezamos una pelea fingida de pinchazos y pellizcos, muy infante por cómo me hacía reír.

—No te rías de mi creatividad.

—Bueno no me río más, no me río más. —farfullé conteniendo la risa y dejó sus dedos quietos. Logré estabilizar mi gracia y me contagié de su sonrisa con los hoyuelos tan lindos y marcados, recostándome hacia atrás para verlo desde lejos y comprobar que era hermoso. —es re lindo que se te hagan los hoyuelos cuando sonreís.

— ¿Sabías que son considerados una mal formación, no?

— ¿Cómo?

—Las personas lo adjudican a algo lindo, pero en realidad se forman cuando los músculos de la cara no funcionan bien, lo leí por algún lado, pero gracias por considerar linda mi malformación. —se encogió de hombros y yo me reí, sorprendida de su argumento.

—De verdad que es linda tu malformación.

El amanecer nos acechaba pero me negaba a terminar la noche, no quería dejar de estar con él y me obligaba a no tener sueño por esa misma razón, aún lo aguantaba y cuando Teo jugó con su dedo por mi pierna desnuda con su sonrisa cómplice por mis palabras, me estremecí y me senté para darle mi atención y mi consentimiento para dejarlo ir más allá.

Él estaba acostado hacia atrás y mis piernas eran lo que más cerca tenía para jugar, lo que a mí me tentaba muchísimo por cómo las daba.

— ¿Va a ser muy difícil para vos dividir tu tiempo? —preguntó haciendo patrones en mi muslo, miré cómo lo hacía y después a él. —me refiero, estás con tus amigas y también tenés que disfrutar de todo lo que hay acá para hacer, por mi parte sé que puedo darte una exclusividad.

—Comparto mucho tiempo con mis amigas y no se ofenderían si disfruto de todo esto porque al fin y al cabo es a lo que vine, a divertirme, así que tu exclusividad sólo compite con todo lo que hay para hacer acá, aunque te la puedo dar.

—Perfecto, me alegra saberlo porque se me ocurre un lugar al que ir, hoy.

— ¿Cuál es?

—Prefiero mostrártelo, y como abre a partir de las doce podemos encontrarnos después de la cena así vos disfrutas el día con tus amigas. —dijo y no fue sutil al sentarse e indicar que me tirara más atrás, metiendo su mano directo por mi pollera y moverme contra sí para tapar con su cuerpo lo que quería hacer. Le mordí el labio cuando se acercó y gemí con intención cuando tocó mi intimidad por encima de la tela de mi tanga. —la próxima ya no voy a ser tan cortés.