↝ 4: intruso

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💌 INTRUSO 💌

Habiendo pasado cerca de tres horas desde que ambos se quedaron dormidos, San abrió sus ojos lentamente teniendo una escasa visión de su alrededor. Estaba oscuro, y tan pronto como descubrió que su cabeza estaba entre dos almohadas, se tranquilizó y se sentó apoyándose en el respaldo de la cama. Wooyoung dormía como un bebé apegado a él y con el movimiento que había causado, el menor gruñó y se volteó en la cama para darle la espalda.

"Estuvo cerca" pensó Choi un poco nervioso al creer que lo había despertado. Echó un vistazo a la habitación, notando que las ropas estaban tiradas sobre el suelo y el frasco con lubricante se había volteado sobre la alfombra. Algunos muebles se encontraban fuera de lugar y el reloj de pared estaba en el suelo desarmado. Al recordar esa noche suspiró pesadamente y se puso de pie con la intención de ir a la cocina por un vaso con agua, no sin antes buscar sus bóxers entre la ropa que estaba el piso para ponérselos inmediatamente.

—Qué noche más increíble...— decía el azabache caminando por la casa con una gran sonrisa en sus labios. Al llegar a la cocina, bebió el agua de un solo sorbo y estiró los músculos de sus brazos y espalda. Cuando volvió donde Jung, se acomodó junto a él y siguió durmiendo.

A pesar de que ya había amanecido, la habitación se mantenía oscura por las gruesas cortinas que tapaban las ventanas, y Wooyoung se despertó recién al medio día, hora en que abrió lentamente sus afilados ojos y sintió el aliento de su novio cerca de su cabeza. Se refregó uno de sus párpados y se fue separando lentamente de los brazos del mayor.

— ¿Qué día es hoy?— se preguntó somnoliento antes de bostezar sin taparse la boca. Buscó su celular con la mirada dentro de la habitación, pero al no divisarlo a simple vista, decidió tomar su consola que estaba sobre su mesita de noche.

Lo primero que hizo fue estirar su brazo, y al no ser suficiente, movió un poco su cuerpo sintiendo una fuerte puntada en la zona de sus caderas mientras las sábanas se deslizaban por su piel desnuda. Tan pronto como ese dolor fue volviéndose constante los recuerdos de la noche anterior aparecieron en un abrir y cerrar de ojos. Su rostro se fue enrojeciendo gradualmente. Al principio creía que se trataba solo de un sueño, pero el hecho de que ambos estuviesen desnudos en la misma cama, que su habitación se encontrara muy desordenada, y por sobre todo, que San se viera muy contento durmiendo al lado suyo, eran suficientes pruebas para convencerse de que esas imágenes eran recuerdos recientes y reales.

Estaba aterrado. Jamás pasó por su cabeza que la maldición podría sacar su lado más libidinoso, y haciendo un intento por evadir la realidad lo antes posible, tomó la consola y se puso a jugar un videojuego.

—Oh, ya despertaste.— se escuchó la voz ronca del mayor. — ¿Cómo dormiste?— preguntó mientras estiraba sus brazos.

Wooyoung se encontraba avergonzado, y dándole la espalda con su consola en mano, no respondió a la pregunta. San entendió perfectamente que su novio quería evitar una conversación sobre el tema de anoche, y dando un suspiro, se mingiantó de la cama.

— ¿Quieres que te traiga desayuno?— preguntó mientras se rascaba el trasero.

Jung sentía que en cualquier momento su estómago empezaría a sonar por el hambre, y asintió con su cabeza sin despegar su vista del juego. Choi abrió la puerta dejando entrar una ligera brisa helada que provocó un escalofrío en el rubio.

— ¡Ah! ¡Achú!— exclamó Wooyoung antes de sobarse la punta de su nariz con el dedo índice.

—Creo que antes de desayunar, debería darte una ducha y ponerte algo de ropa...

aquí hay gato encerrado ↝ woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora