3. Kyung Hee es un lugar pequeño.

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Si bien Doyoung había sugerido que hablaran al mirar su reloj se dio cuenta de que había gastado su hora de almuerzo siguiendo a Jaehyun por ahí. Debía ir a su clase de genética, tenía laboratorio, y si osaba no presentarse Seulggi, su compañera, lo mataría.  

- Puedo esperar a que termine tu clase – ofreció sin dudar Jaehyun con su estúpida sonrisa – estaré cerca – 

- Bien, dame tu número para que pueda localizarte después – dijo Doyoung quien no tenía opción si quería terminar con esa situación de una vez por todas – 

Intercambiaron números con reticencia de parte del pelinegro y una palpable emoción del castaño. 

- ¿Puedo ir a recogerte al laboratorio? – pregunto Jaehyun – 

- No, – respondió rápido para sentirse mal cuando el otro le dirigió una mirada de cachorro pateado – ni siquiera creo que puedas ubicarte entre los edificios –

- Sabía que estabas cerca – respondió el otro con una sonrisa de suficiencia que hizo que un escalofrió recorriera su espalda – 

- Deja de decir cosas raras, - dijo Doyoung en un siseo – no quiero que… ¡Diablos! Voy tarde, me voy. Hablamos después de clases – apenas termino salió disparado hacia el laboratorio – 

La clase fue tortuosamente larga, su mente estaba en Jaehyun y no en la práctica, y Seulggi no fue nada cortes al empujarlo cuando por tercera vez no pudo encender la centrifugadora para las muestras de sangre. Agradeció infinitamente cuando la clase termino. 

Pero su alivio fue breve, pues a unos metros de la puerta del laboratorio estaba Jaehyun con su estúpida sonrisa de hoyuelos sujetando un vaso de café y unas galletas luciendo como el maldito perfecto novio. Seguramente varias chicas de su curso pensaron lo mismo si la forma en que observaban al castaño y cuchicheaban entre si era algún indicativo. Con un suspiro de resignación e intentando evitar prestar atención a las miradas que seguro recibiría camino hasta Jaehyun que le ofreció el café con una sonrisa. 

- Creí que te había dicho que no – dijo Doyoung entrecerrando los ojos pero tomando el café de todos modos –

- Perdón – dijo el castaño quien le dirigió otra mirada de cachorro – 

 Por un instante no le costó nada ver un par de orejas sobre la cabeza de este bajas en gesto de disculpa, orejas de lobo suministro tontamente su mente. 

- Vamos a hablar – dijo empezando a caminar queriéndose alejar de las miradas inquisitivas de sus compañeros – 

- ¿Quieres cenar algo? – pregunto Jaehyun. Eran las ocho, casi las nueve, se había saltado el almuerzo, moría de hambre pero… - 

- No, - dijo pero apenas la negación salió de su boca su estómago rugió haciendo que sus mejillas se encendieran en vergüenza, el castaño aguanto una risa – 

- Vamos, vi un restaurante de pizza cerca – dijo Jaehyun tomándolo de la manga de la bata que no había alcanzado a quitarse – 

Al final se dejó arrastrar, estaba demasiado cansado y hambriento para oponer resistencia. En el último minuto solo encontró fuerza necesaria para mandarle mensaje a Johnny y decirle que tampoco cenaría con él.

Devorada media canasta de pan y mientras esperaban por su orden se sintió con ánimo de enfrentar a Jaehyun de una vez por todas. 

- ¿Cómo sabes lo del lobo en Odaesan? – pregunto Doyoung en un susurro entrecerrando los ojos – 

- Yo era ese lobo – respondió Jaehyun en un susurro también incluso tapo su boca al decirlo. El pelinegro arrugo el entrecejo en molestia, decidiendo que de ahí no obtendría nada cambio de enfoque – 

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