Melodía De Placer

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Melodía de placer

Aquella noche recordé la ambrosía de sus besos, lo ufano de su mirada esa que me dejaba tan embobada, pero yo de fuerte me las daba, así fue como recordé aquella última vez, aquella melodía de placer...

Rosas impregnaban aquella sala donde yo esperaba a mi amante; llevaba puesto un vestido color coral con un escote pronunciado así que mientras él llegaba yo me coloqué a tocar el piano me fui en la melodía cuando de repente sentí sus manos y su susurro suave:

--Te ves tan deliciosa Magdala

Leandro sosegaba mi sentir de una manera que yo abandonaba mi razón y solo me dejaba llevar por sus caricias, por su voz que me guiaba al punto más álgido del placer.

Me tomó de la cintura y me subió en aquel piano que se escuchó al contacto con mi piel, abrió mis piernas de par en par quitando con fuerza mi braga e introduciendo sus dedos hábiles con maestría, lanzó un gemido entrecortado lleno de frenesís provocado por su talentosa manera de moverlos, jadee mientras lo besé con hambre, con ganas de desgastar sus labios, lo mordía en el hombro de la desesperación que sentía al llegar aquel éxtasis tan embriagante, vi como su pronunciada erección se le notaba, me levantó y me dijo :

--Toca la melodía que se escuchaba cuando llegue mientras me sientas dentro de ti.

Uff eso si que fue algo inesperado, así que obedecí y mientras él me subía mi vestido yo empecé a tocar el piano, al mismo tiempo que él de una sola estocada alineó su falo empezando a arremeter con fuerza, era tanto mi desespero que no podía concentrarme mientras me estaba enloqueciendo, él lanzaba aquellos gemidos tan arrebatadores que me sucumbían en la desesperación de querer que me embistiera con más fuerza, yo solo podía decirle:

--Quiero más, más ¡¡Por Dios, sigue!!

Estaba tan fuera de control cuando sentí como mi cuerpo se liberaba y mis 0rgasmos salían como mar embravecido, mientras él lanzaba de forma gutural sus bramidos, llenándome con toda su simiente mis glúteos hasta la última gota y al final una nalgada, eso fue apoteosico e inolvidable.

Leandro y yo somos necesidad, somos entrega completa el uno del otro, aquí hay pasión, descontrol, yo soy su debilidad y él sabe que es la mía, estamos claro que esto va más allá de todo, así seguiremos hasta el final.

Mile Morales "Dulce Cayena" 🌺
Bitácora de una Dulce Cayena
Barranquilla - Colombia

El orbe erótico de la sumisión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora