Duele cuando respiro

Un obsequio

Fue un obsequio...

Ese anillo, una pieza para nada común, la gota de sangre que Skuld diosa protectora del futuro perdió al ser atacada, resistió a un precio muy pequeño si se piensa bien, pero no es tan simple, los seres superiores no pueden deslindarse de sus poderes ni en una milésima parte, es decir, no pueden perder algo tan valioso como la sangre.

La gota al ser hallada ya estaba solidificada pero con demasiada energía negativa producto del dolor, antes de ser retornada debía ser purificada por seres inferiores.

La única solución fue colocar la piedra en un anillo y empezar a buscar quienes pudieran hacerlo.

Tomo milenios hallar a los indicados, al llegar a las manos de Tristán Walker y Tony la joya al fin había sido purificada y era tiempo de que retornase a la real dueña.

Algo sencillo? Nada es fácil con tales personajes. 

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Iban por la carretera, una salida de pareja mientras los pequeños estaban al cuidado de Marina y Rhodes cuando Stella y Tony fueron transportados de manera poco usual a un lugar desconocido, Stark no pierde el tiempo y activa su armadura intentando no sufrir un ataque de pánico al imaginar caer en las dimensiones de un kalkaj de nuevo. Un ser sombra les informa que sus señoras los han traído hasta ahí por una razón importante y les guía hasta la mayor de las estructuras en el horizonte, un castillo gigante.

Dentro 3 tronos se alzan, con 3 mujeres hermosas pero una de ellas parece desvanecida rodeada casi en su totalidad por espinas. Son de un tamaño gigantesco.

-Al fin... el maestro con el alma rota. Soy Verdandi diosa del destino, protectora del presente

-Soy Ur diosa del destino, protectora del pasado

Stella sabiendo la importancia de esos seres hace una reverencia en respeto y obliga a Tony a hacer lo mismo, mediante un sutil golpe con el codo.

Tony no es muy afecto a creer en autoproclamadas diosas aunque las saluda cordialmente como saludaría a un miembro de la realeza.

Verdandi nota la mirada de preocupación en Stella hacia la figura desvalida de Skuld que reposa a su derecha.

Verdandi- Mi hermana Skuld es la protectora del futuro, sus fuerzas son mermadas a un nivel incomprensible para los humanos, esto no puede continuar más, son nuestros poderes los que estabilizan los ríos del tiempo y espacio    -se pone de pie y desciende disminuyendo su tamaño en cada paso hasta llegar frente a ellos-   Las espinas desaparecerán con ayuda de alguien que cumpla ciertos requisitos-    clavando sus ojos en Brent

Stark se agita, esa gigantesca mujer no puede estar hablando en serio

Verdandi observa con profundidad la mirada de la mujer, a pesar de insinuar darle tal misión ella no baja la mirada, no duda ni teme.

Verdandi- Eres un ser interesante Stella Brent, bastante interesante... odias y amas con la misma intensidad, a pesar de lo imposible de la tarea no rechazas llevarla a cabo. Un espécimen bastante notorio para pertenecer a una raza tan peculiar como la humana. Pero no eres tú quien debe llevar a cabo esto, el dueño de la sortija del alma debe hacerlo, el legítimo dueño, alguien a quien hemos esperado por mucho tiempo-    posando la mirada sobre el dueño de la armadura

Sortija del Alma, el nombre del anillo de compromiso de Sarah.

El reactor del pecho de Stark se abre mostrando el anillo, no comprende el significado de esas palabras, la sortija solo posee valor sentimental.

Las diosas sonríen, nadie comprenderá por cuanto tiempo han esperado ese momento

Verdandi- Un amor puro y verdadero, sin manchas ni engaños, tú demostraste devoción ante un amor que llego tarde a tu vida, respetaste que tu ser amado tuviera un lazo con otro y a pesar que su presencia llenara de luz tu ser, nunca imaginaste arrebatarlo, un sentimiento desinteresado    -el científico solo puede cerrar los ojos tratando de aguantar en no llorar-    Esa piedra es la gota de sangre que Skuld perdió, para purificarla fue llevada a tu planeta.