Solo un golpe

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Esto no es ciudad pentagrama.
Emmm... la guarida de algún idiota.
¡¡¡A QUIEN DIABLOS LE IMPORTA QUÉ DÍA ES!!!

- Solo eramos yo y el maldito sistema a punto de estallar, la cuenta hacia atrás no se detenía y justo al ultimo segundo, corto el cable y el contador se detiene, en ese momento saco las gafas de sol dándome la vuelta y digo... 

- Ornelo... -me abraza desde el asiento trasero- no necesitas impresionarme, solo dime la historia tal como fue -nuestras miradas se cruzan un segundo por el espejo retrovisor, yo le sonrío, devuelvo la mirada hacia el camino y suspiro.

- Está bien...

Todo comenzó esta mañana en el gimnasio de la colmena, estaba habiendo barras cuando uno de esos zánganos se quedó de pie mirándome con un vaso de té helado sobre una bandeja, yo me detuve al darme cuenta de que no se movía.

- ¿Qué miras? -me solté para ponerme de pie junto a él.

-  Nuestra reina solicita su presencia -me bebí el té de un sorbo y lo dejé de vuelta en la bandeja.

- De acuerdo, iremos después de tomar una ducha.

- El camino es largo Sr. Ornelo, nuestra reina se pone de mal humor cuando la hacen esperar -giré mis ojos frustrado al oírlo.

- Vale vamos de una vez.

La colmena es gigantesca, así que llegar hasta la sala de masajes nos habrá tomado unos 35 minutos. Ya en el lugar Donatella se encontraba recostada boca abajo con unos 6 o 7 zánganos masajeando su espalda mientras uno de sus sirvientes limaba sus uñas. No se parecía tan feliz de verme.

- ¿Sabes? -ella tiene un tono muy detestable para hablar, siempre pareciera que está susurrando- no me molestaría que te tomes unos minutos extra para vestir algo más presentable.

- Este tarado me dijo... -en ese momento me giré para señalarlo pero ya estaba cerrando la puerta desde afuera- ¡com um caralho!

- No es necesario que te exaltes Ornelo -se levantó y se acercó hasta mi con el pecho descubierto para acariciar mi mejilla- te necesito calmado para tu siguiente misión.

- ¿De qué se trata esta vez? -le dije apartando su mano de mi mejilla y...

(Ella en respuesta mete su mano dentro de mi camiseta, deslizandola desde mi abdomen hasta mis pectorales mientras  por encima del pantalón sujeta mi glúteo derecho con fuerza y apoya su cabeza en mi hombro mientras me susurraba.

- Ornelo ¿acaso te das cuenta de a qué te resistes? -sujeto sus muñecas..

- Solo dime qué diablos quieres Donatella -al escucharme me suelta y todos los demás caballeros, zánganos y sirvientes, desenfundan sus armas y me pican con ellas.

- ¿Cómo me llamaste? -uno de sus sirvientes me patea las piernas haciendo que caiga arrodillado frente a ella.

- ... Mi reina... -me tomo un tiempo para respirar hondo.

- ¿Cómo dijiste? No te escuché -dice sujetándome las mejillas para que la vea a los ojos; aunque manteniendo su tono de voz habitual, se le nota enojada, en el fondo comienzan a sonar fuertes zumbidos mientras habla.

- ... Mi... Reina... -en ese momento todos se alejan y vuelven a guardar sus armas- solo, deje de hacer eso... por favor -digo sin quitar la mirada del suelo.

- Yo no he hecho nada -dice dándome la espalda, tras chasquear para que un sirviente le acerque una toalla con la cual se cubre- uno de mis zánganos está esperando afuera para explicarte qué tienes que hacer...)

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⏰ Última actualización: Apr 15, 2020 ⏰

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