La boda había pasado, por lo que toda la familia volvió a sus lugares de residencia. Gus y Pierre volvieron a Francia con el abuelo y nuestros padres volvieron a Napa.
Hoy es el día en que el tío Tim se va de luna de miel. Y eso conlleva a quedarnos solos.
Las maletas ya se encontraban en la puerta.
- En la puerta de la heladera pegue un papel donde están los números de emergencia y los códigos de las alarmas. - dice Tim a René. - Rita vendrá todos los días y se encargara de la casa como acostumbra. Hará el desayuno y el almuerzo, de lo único que se tienen que encargar ustedes es de la cena. Pueden pedir lo que quieran o cocinar ustedes. Aunque sus padres me pidieron que les dijera que no se acerquen al fuego.
- Estaremos bien, no te preocupes. - dice René.
- Tienen el número de la garita de seguridad, ahí siempre hay un guardia. Y les dejé el número de Alaric y Kristine.
- Esta bien. - dice René.
- Y ahora lo más importante.... - dice nuestro tío y mira hacia abajo a un costado, donde se encuentra sentado su hijo canino. - Bobby. Come cuatro veces al día, no le puede faltar agua, ni su salchicha de peluche. Le gusta ir a caminar, llevenlo siempre con correa, pero cuando lleguen a la playa pueden soltarlo. Si ven que se pone melancólico déjenlo pasar a nuestra habitación, lo hará sentir mejor dormir en nuestra cama.
- Cuidaremos muy bien de Bobby. - dice René.
- Le gusta la pizza y el helado, por si quieren convidarle de vez en cuando. - dice en un susurro.
- Timmy, ¿ya estás listo? - dice Naomi bajando por las escaleras.
- Si, solo terminaba de hablar con los chicos.
- Muchas gracias en verdad por quedarse con Bobby. - dice Naomi. - Nos rompía el corazón tener que dejarlo en una guardería.
- Si hay alguien que le dará mucho amor, ese es René. - digo.
Tocan el timbre.
- Debe ser Kristine. - dice Naomi y se dirige a abrir la puerta.
Al abrirla entra la rubia junto con su irritante esposo.
- Veníamos a despedirnos. - dice Kristine. Las dos amigas se abrazan.
Tim y el vecino se dan un abrazo también.
- Sobrinitos. - dice Tim y nos abraza a ambos. - Se que eres como tu padre que que no le gustan los abrazos. - agrega mirándome.
- Buen viaje tío. - digo.
- Disfruten mucho. - dice René con una sonrisa.
El vecino y Tim toman las valijas y salen por la puerta. Naomi va detrás. René se agacha que queda abrazando a Bobby. Mientras yo salgo hasta la puerta y veo como van subiendo las cosas.
- Gabriel, ¿no? - dice la rubia, miro y veo que la tenía a mi lado. Asiento. - Quería disculparme si fui muy grosera esa noche. No suelo ser así, solo que no llevaba un buen día. Lo lamento.
- Esta bien. - digo tratando de ocultar mi sorpresa.
- Ya se que lo sabes, pero estamos enfrente. Cualquier cosa que necesiten no duden en llamarme a mi o a mi esposo. Hasta me gustaría que vengan a cenar a casa.
- No es necesario.
- Insisto. Quiero conocer a los sobrinos de Tim, el siempre habla maravillas de ustedes.
- Claro. Gracias. - digo. Ella me dedica una sonrisa y se dirige hacia su amiga.
Suspiro con fastidio. No me sera tan fácil librarme de ellos.
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Déjalos que Hablen
Roman pour AdolescentsTodo marchaba relativamente bien en tu vida, hasta que tus padres te obligan a cuidar la casa de tu tío durante sus vacaciones, en una ciudad diferente y quien tiene que echarte un vistazo de vez en cuando es el vecino de enfrente; un apuesto hombre...